sábado, 20 de mayo de 2000

Sierras de Moratalla 2000

Mi primera Marcha Cicloturista


Este es el relato de mi primera marcha cicloturista, Moratalla’00. Bonito sitio para bautizarme. A las 6:00 del Sábado tocó darse el madrugón. El cielo en Murcia estaba despejado pero llegando a Moratalla fue torciendose hasta quedar todo cubierto.

En la salida coincidí con Joserra y Juanma, mis compañeros de club puesto que yo me inscribí como "Ciclistas en la Red", club ciclista virtual creado en torno a la todavía muy incipiente y tierna red Internet.

Hablando sin referencias, pienso que la organización estuvo muy bien, los avituallamientos correctos y bastantes (yo paré en todos), las curvas peligrosas indicadas con banderolas rojas, tres ambulancias (alguna creo que tuvo que trabajar desgraciadamente), asistencia técnica (a Juanma tras una avería en su rueda trasera le reemplazó Antonio Larcia (dueño de mi tienda habitual de Murcia) la rueda en menos de 30 segundos con posterior empujón para tomar velocidad), indicación de distancia a los puertos, etc... Los "peros" fueron los menos: para muchos como yo el agua caliente de las duchas fue una ilusión que no se concretó y el otro pero fue que los diplomas salieron demasiado tarde.

En la salida, 540 participantes escuchabamos las palabras de ánimo de Antonio Alix, el homenajeado por la organización antes de dar la salida sobre las 9:30. Un cañonazo y un estridente claqueteo de las calas sirvió para que enfilaramos de entrada 12 Kms del primer puerto del día, Alto de los Alamos. Con ritmo tranquilo la gente fue cogiendo posiciones. Yo subía con Joserra y con Juanma que, dando tironcillos nos quería animar a tirar hacia adelante pero nosotros ni caso. Quedaba muuucho por delante y el primer puerto debía ser un calentamiento más que un calentón.

El tiempo hasta entonces era ideal, un ligero fresquito y nada de viento. Una vez ascendido el segundo puerto (muy suave) del día llegaba la zona más "estable" del recorrido. Aquí formamos un grupo de unas 20 unidades en el que se rodaba muy bien. Después del avituallamiento, en el que cargó comida (por dentro y por fuera) el grupo va deshaciéndose. La subida a Nerpio la hago cómodo, siempre a mi ritmo que resulta ser el de los demás acompañantes. Continuamente voy mentalizándome de que llegará el Puerto de Benizar a darme un mazazo y me reprimo a la hora de acelerar la marcha.

A pesar de que había estudiado el recorrido, el Alto de Yetas me sorprende, no lo había catalogado bien. Aquí empiezo a sufrir el llevar un desarrollo no apto para mi condición física en determinados puertos. Aún así, enlazo bajando con el grupo de Juanma y Joserra aunque a estas alturas el inquieto Juanma ya no puede reprimirse más y nos abandona definitivamente. A partir de aquí, nos quedamos Joserra y yo pedaleando tranquilamente con un terreno que aunque picado tiende hacía abajo. Aprovechamos para hablar un poco de nuestras cosas y así llegamos a Letur.

En Letur, con un centenar de kilómetros ya en las piernas, empieza a llover. Al coronar el n-simo puerto nos ponemos los chubasqueros que ya no nos quitaremos. Es lluvia fina pero continua que provoca que unido a la temperatura que baja por momentos las manos se queden como carámbanos (y los pies también).

Total, que estamos ya en Socovos y ahora empieza lo divertido. En el avituallamiento paró y decido que debo comer bastante. Pico plátano, manzana, dulces y cargo avellanas y orejones de albaricoque. Joserra decide que prefiere seguir y lo pierdo de vista. Al arrancar siento una pereza tremenda de seguir pedaleando teniendo en cuenta los kilómetros realizados ya (120), el tiempo de perros que hace y la subida que me espera.

Oootra vez a la bici y "parriba". Llego al pueblo de Benizar y no me anima ni la  gente. Estoy mustio. Sigo hacía arriba y llego a un muro de no más de 50 metros pero muy duro. ¿Qué pasa?  No avanzo, a malas penas consigo dar pedaladas, la respiración bien pero las piernas no responden. Un chaval me dice que si me empuja y le digo que no lo dude. Una sensación de alivio se convierte de repente en otra contraria. Miro hacia atrás porque tengo la sensación de que el mismo chaval que me empujó ahora me agarra hacia abajo. No, no está, ¿He pinchado? No, tampoco. Nada, me pongo de pie y empiezo a tirar de brazos (Ahora me duelen más los brazos que las piernas) Superado el muro me estabilizó y consigo establecer un ritmo.  Varios me pasan pero veo uno por delante que va más despacio que yo. Esto me da fuerzas de no se donde y sigo. Veo a gente que sube remolcada y más fuerzas que me llegan del ego.... Llego por fin arriba.

Joserra ha sufrido también una crisis subiendo Benizar y lo he alcanzado. Nos dejamos caer como hojas de otoño, pura gravedad. Poco a poco parece que voy cogiendo tono. Como sopla un poco de viento ahora, me coloco delante para tirar un poco. Al cabo de un poco me doy cuenta que voy solo. Miro a mi alrededor en el valle del Campo de S.Juan y todos vamos de supervivientes, solos. La lluvia ha hecho daño. El terreno también, en ningún momento da ritmo, es un continuo subebaja.

Para mi sorpresa, me voy recuperando y me uno a dos ciclistas (Kelme y Soc.Vitoriana) con los que llegamos a un buen entendimiento y vamos superando gente. Joer, que acabo llevandome los puntos de los dos puertos que quedaban y más contento y feliz que una pita me dejo caer en los 12 Kms últimos que eran de bajada, peligrosa eso si.

En la meta, puesto 333 para hacer 168 Kms en 7:28 (A mí me salieron 175Kms en un tiempo de pedaleo de 7:08) lo que me hace tener una sonrisa de oreja a oreja.

Me quito el sombrero para Juanma y Joserra que marchan hacía Málaga (400Kms) para hacer la Eduardo Chozas. Yo soy un feliz hombrecillo, ellos son hombres.

En la próxima marcha (Requena) espero tener ya mi Zeus nueva con trrriple plato y poder defenderme mejor en los fuertes desniveles. Lo único es que dejaré de ser la nostalgía del ciclismo de antes con mis calapies y mis manetas de cambio en el cuadro.

Un saludo feliz.

(Crónica publicada en su momento en la Ciclolista)