miércoles, 14 de noviembre de 2018

CS2018 Etapa 12 - Xinzo de Limia



Qué noche tan buena,... y qué desayuno tan rico y tan potente. ¡Un Desayuno Continental por favor! Como anoche la cena fue más bien frugal, la caldera estaba necesitada de combustible y en esas estamos. El desayuno que parece que no me lo voy a poder comer pues si, empezando por una punta y acabando por la opuesta. Mmmmmhhh, qué delicioso. Subo, recojo las cosas, las cargo, me hago una foto con la chica que regenta el Carlos V y salgo a por la siguiente etapa.

¡Qué frío carajo! Brrrrr, La cuestarraca del 20% que hay para subir al castillo hace que hasta me siente bien para entrar en calor. El pueblo es precioso como pocos, uno de los más bonitos de España sin duda alguna, y además de bonito está limpio. Al llegar arriba a la Plaza del Ayuntamiento hago unas fotos y me acerco para observar las panorámicas del río desde los miradores de la fortaleza, que por cierto están escarchados. Es precioso lo que contemplan mis ojos, me entretengo quizás más de la cuenta echando fotos pero es que no voy a venir muchas veces a La Puebla de Sanabria y 'me quiero llevar' todo lo que pueda. En ruta, toca bajar de la montaña y enganchar la carretera, la temperatura está bajando y ya estamos por debajo del 0º, brrr, vaya frío por estos lares por Dios! 

Aprieto el pedaleo para combatir las bajas temperaturas pero enseguida llega un aliado natural, el Alto de Padornelo al que subo por la 'antigua' Nacional, una carretera estupenda de firme y con ausencia casi total de circulación ya que la autopista corre en paralelo y es la que sustenta el tráfico rodado. Una espesa niebla le da un aire fantasmagórico al paisaje que muestra árboles de colores otoñales, ¡estamos en Noviembre recordemos! Un poco antes de llegar arriba hay que cubrir unos cientos de metros a través de un tunel que permite que la carretera se cruce con la autopista. Al poco estamos en Padornelo y empieza a disiparse la niebla. El día se presenta distinto a lo conocido anteriormente, dicen que va a salir el Sol, que no va a llover, que subirán las temperaturas,.. y todo eso dicen que se va a dar en Galicia. ¿quién se lo va a creer?

La obras de construcción de la autopista más las obras del tren de alta velocidad han creado un estado de caos en muchas zonas y ahora llegamos a una de ellas. Afortunadamente hay una carreterita estrecha que aunque se aparta un poco es muy bonita y entretenida, en uno de los recovecos que hace me paro debajo de un castañar y me adjudico un buen almuerzo de castañas, digno de un buen cerdo de pata negra, -ohhhinngg, ohhhinngg, qué ricas! Señores, además ha salido el Sol. Estoy en shock orgásmico.
Por los alrededores de Chanos retomo de nuevo la nacional y tras unos kms duretes de subida llego al túnel que separa la gran Castilla de la enigmática Galicia. Y la tierra de la lluvia me recibe con un Sol magnífico que hace que después de muuuuchos días me pueda quitar el chubasquero por fin y mostrar la zamarra de globero de élite murciano. Mammma mía, cuánto tiempo sin pasar un poquito de calor.
La N-525 va jugueteando a un lado y otro de la autopista pero la tendencia ahora es de llano y de bajada. En Gudiña hago un alto porque se ha hecho la hora de comer. en una tienda compro lo habitual, algo de jamón, queso, pan y unos membrillos y dulces, cosa que sea de fácil digestión. Me siento en un banco de piedra al sol y me siento feliz por lo que estoy viviendo.

Ahora tengo la 'oportunidad' de cruzar por Laza y saltar Verín pero me da un poco de pereza meterme por las montañas aun sabiendo que por Verín también las hay, pero sin duda menos. Las muchas jornadas de bicicleta hace que la cabeza entre a decidir a la corta.
De pronto llego al Alto de Fumaces, una maravilla, es uno de los balcones del mundo, menuda panorámica hay y con el día despejado que tenemos da hasta vértigo observar cuan lejos llega la vista, si parece que hasta se tiene que ver la Cresta del Gallo jajaja Me hago unas fotos de esas que recuerdas con cariño toda la vida. Me he montado una especie de trípode para colocar el teléfono y he sacado sin duda una de las fotos del viaje.
Ahora ¿que tenemos? pues una bajada muy larga y vertiginosa hasta Verín, una población importante de Galicia, tras la que viene la consecuente subida, el Alto de Estibadas, alto que se hace bastante monotono y que se me empalaga sobremanera por lo que hace que se acelere la búsqueda de un lugar donde aparcarme. Además, como he pasteleado bastante hoy se está oscureciendo ya. Xinzo de Limia es el lugar destinado a alojarme, además de ser una población de entidad, es la más cercana.
Tras un rápida búsqueda me meto en el Hotel Xinzo, un dos estrellas que medio cumple pues la cama es muy mejorable pero bueno, qué le vamos a hacer, habrá que probar cosas peores para valorar más las mejores. Vamos a decir que suficiente pelao. La población tampoco es que sea de mucha belleza, bastante industrial y gris, con tintes de ciudad comunista, que me perdonen los lugareños si puedo ofenderlos.

La cena la realizo en la habitación, he comprado una cerveza en el chino, tengo comida en forma de pan y embutido que me ha sobrado de la jornada y con un dulce me voy a dormir. Estoy en Galicia! Una sonrisa de regocijo me viene a la cara.
 

martes, 13 de noviembre de 2018

CS2018 - Etapa 11 - Puebla de Sanabria

 

No he descansado demasiado bien en Zamora, quizás anoche fueron más cervezas de las debidas y una cena 'amontoná' en la habitación aunque ahora, en la mañana, tenía apetito de modo que cuando llegué al desayuno y aprovechando que estaba absolutamente sólo, hice uso del buffet libre libremente jeje. No es que tuviera mucha variedad pero era aceptable y durante el tiempo que estuve hice acopio de provisiones en forma de panecillos, mermeladas y similares. Siempre viene bien unas reservas alforjeras 'porsiaca'.
 
Una vez restaurado y organizado tocaba ruta turística matinal por Zamora, una ciudad que me gusta mucho, de raza, auténtica, limpia y elegante, el puente romano una pasada al que le hago unas fotos que salen preciosas con el rio en calma espejado reflejando la ribera y el cielo, las calles, la catedral, las iglesias, la plaza mayor, todo en calma, con quietud marcando una pausa en una ciudad milenaria.
Sobre las 11 abandono Zamora y me dirijo hacía la Puebla de Sanabria, queda un largo trecho por delante donde se presentan en primer lugar unas grandes praderas de cereales que han sido ya cosechadas por donde pasan rebaños de ovejas muy numerosos. Las pistas de tierra van acompañando a la carretera nacional haciendo unos sube y bajas que en ocasiones resultan desagradables por lo que enseguida me mudo a la carretera nacional, la N631 que no tiene apenas tráfico y por la que se rueda muy bien. El cansancio acumulado se hace notar a todos los niveles, en esta zona no merece la pena adentrarse demasiado en sitios desconocidos.  Por la carretera llegamos al gran Embalse de Ricobayos, ¡qué bonito es el cicloturismo, lo que uno va descubriendo oye! y atravieso por una de sus pasarelas al 'otro lado', al pueblo de La Encomienda. Para contrarrestar esa belleza a continuación llega una zona de largas rectas un tanto aburridas en las que el rodar y avanzar kms es lo más interesante, no hay muchos atractivos. 

Al llegar a Tábara, y aburrido de la monotonía me adentro por una pista de tierra que tiene buena pinta y se mete por una zona arbolada, antes de esa zona tengo que salvar las obras de la vía del AVE que pasará por aquí. Hace mucho calor a esta hora.

Las pistas son anchas y de tierra roja, voy circulando bastante paralelo a una carretera y en un momento dado al encontrar barro pienso que debo ir por la carretera aunque luego retrocedo de nuevo porque se aleja mucho de mi objetivo de La Puebla, así que me envalentono y me encomiendo a la suerte de que el barro sea puntual. Tras superar la zona jodida parece que, efectivamente, la cosa no empeora sino lo contrario y aunque el terreno no es fácil porque presenta subidas que se hacen duras y las ruedas se 'pegan' al final me gusta porque se respira una gran paz y los árboles hacen algo más ameno el paso.
Tras unas grandes y frescas choperas llego a Bercianos de Valverde, un pueblo muy sencillo y apartado. No tengo nada que hacer allí así que sigo mi marcha, quiero avanzar. Y lo hago por unas pistas de tierra otra vez muy solitarias surcando zonas de encina baja y matorral en ocasiones y extensos campos de cereales en otros. Cuando llego al Río Tera paro a descansar y comer. A continuación analizo la situación y decido que apuesto por carretera y manta hasta la Puebla por la carretera N525. Me quedan unos 60 kms todavía y en claro terreno ascendente con la tarde que se va echando cada día antes. Llegaré de noche pero no me apetece que sea demasiado tarde. Así que me acoplo lo mejor que puedo a mi máquina y a rodar y a hacer kms con la mayor eficacia posible.

 Se hizo largo el kilometraje pero con un café y unos bollos que me comí en un bar del camino conseguí llegar a La Puebla de Sanabria, era ya noche cerrada y hacía bastante frío. Las luces iluminando la fortaleza que hay en lo alto de la montaña le dan un aspecto muy auténtico y medieval a la ciudad.

Durante el recorrido, en una de las múltiples paradas, y ya habiendo fijado el destino final reservé en el Hotel Carlos V porque me dio buena impresión. Cuando llegue allí, se confirmaron los buenos augurios y me recibieron con una calidez muy grande en el hotel. Era de gestión familiar y la chica muy simpática y amable, el marido también. La habitación soberbia, magnífica, comodísima, me quedo sin adjetivos! En ella disfruté de una buena ducha y tras organizar un poco todos los bártulos que llevo siempre, bajé a cenar al mismo restaurante del hotel, en el que el chef era el marido. El menú fue sencillo, con una ensalada apetitosa y completa. Tras la cena disfrute de una noche reparadora, seguramente la que más de todo el viaje.
 
¡Felices sueños!

 

lunes, 5 de noviembre de 2018

CS2018 - Etapa 3 - Baeza

 

Engañados por Google Maps

Me despierto en Huesa y los pronósticos han acertado de pleno, lluvia de intensidad media desde primera hora de la mañana. Abortamos salida, espero a ver si escampa o amaina al menos. Ahora llueve mucho.

Me paso toda la mañana como un león enjaulado, dando vueltas en la habitación y mirando el radar de lluvia esperando a ver si aparece una ventana sin agua en la que salir de Huesa pero el frente no acaba de pasar nunca. Así que llega un momento después de varias horas que tengo que tomar decisiones y me hago una propuesta muy simple, salgo cuando se cumpla lo primero: que pare la lluvia o que se hagan las 12. Al final se dan las dos cosas simultáneamente, llueve muy poco y son las 12. ¡Vamos! Nada que ver con la hora de partida de ayer a las 7:30.
La salida es tipo estampida, en bajada potente durante bastantes kms -yupiiii, llueve un poco, me pongo la gorra impermeable que me he comprado pero voy incómodo. Fuera gorra hostias! Enseguida aparece ante mis ojos el paisaje monotemático de estas latitudes: olivos, olivos y olivos.

La carretera como hemos dicho empieza fácil, como que llevo 25 km/h de media con una MTB y alforjas pero pronto se va complicando. El terreno andaluz de lomas onduladas se empieza a sentir. Sale el sol con timidez pero al menos sale. 
La ruta que llevo en principio es la diseñada por la aplicación Bikemap que siempre me ha parecido muy interesante porque está hecha para ciclistas, sin embargo llegado al punto en el que estoy y consultando cómo llegar al destino deseado con Google Maps en su versión 'como llegar en bici' da una opción que resulta tremendamente atractiva por ahorro de kms y porque transcurre cerca del río Guadalquivir. Es difícil resistirse a la tentación de tomar esta ruta de manera que caigo en ella y me embarco sin imaginar en las consecuencias que tendría.
Lo primero que ocurre es que en unas pistas de tierra que pasan cerca del río empiezo a tomar contacto con el barro, y cuando digo tomar contacto es en grandes cantidades, no un poco. En apenas unos pocos metros de camino de tierra se aglomera tal cantidad en las ruedas que impiden el movimiento teniendo que parar y con un palo ponerme un buen rato a quitar barro para poder continuar. Sigo la marcha paralelo al río y cuando llego al punto en el que se cruza a través de un puente no es que no esté el puente sino que hay unas barreras bajo dos llaves que impiden el paso, una llave de Endesa y la otra de la Confederación Hidrográfica. Me lo está diciendo un operario de Endesa que me dice que está cansado de ver gente equivocarse siguiendo las indicaciones de Google. -Ahrrrg, porca miseria, para llegar a estar en el otro lado del río, que no puede haber ni siqueira 20 metros tengo que hacer más de 20 kms dando un rodeo de la hostia... -Estamos apañaos!
Vuelta atrás y tengo que cruzar de nuevo la barrucera. Intento como puedo sortear aquella 'mierda' sin pringarme en exceso pero aun así me toca limpiar de nuevo. A continuación sigo para dar el rodeo de los 20 kms. Patrás, patrás, patrás, desandando todo lo que había hecho hasta una estación de ferrocarril, ahora se presenta una bonita subida al frente para encaramarnos a una montaña y luego dar media vuelta y bajarla por otro sitio. De locos!

Después de unos kms de asfalto bueno llegan otros de asfalto roto y después llega la tierra y con la tierra la lluvia y con la lluvia los charcos. Y todo esto en un paraje totalmente inhóspito, no hay ni animales muchacho!, que no pase nah porque aquí por no haber no habrá tampoco ni cobertura para teléfono.
Parece que al menos la equipación de chubasquero y alforjas aguantan el agua perfectamente, tiempo habrá de comprobarlo en el futuro.

Tras bastantes kms de caminos de tierra decentes bajo una lluvia persistente estoy deseando llegar a Puente el Obispo para coger una habitación y descansar, el día aunque corto ha sido sufrido por la lucha contra los elementos, particularmente el agua y el barro y no me importa haber hecho menos kms. Cuando por fin llego al pueblo,... chasco de los gordos, me dicen unos chicos que allí no hay hostal ni nada que se le parezca, que la opción más corta es ir a Baeza. Tachán, Baeza, que está allá arriba en aquel cerro, cerca del cielo según se ve desde donde estoy. Madre mía!
Los chavales me plantean las siguientes opciones:
Llevarme en el Audi  jajaja, opción descartada porque ni cabía la bici en el coche lo primero y no estaba la bici como para meterla, embarruzada hasta las arcas. Otra opción que me dan es subirme a un autobús que pasa por allí, un Alsa. La tercera opción ya la podemos imaginar, en la bici.

La opción primera ni existe, la segunda me la pienso, incluso me quedo esperando en la parada un rato pero... hace frío allí, estoy todavía mojado de la lluvia caída, además, ¿y si luego no me quiere llevar? La bicicleta está fatal de barro, mmmmmh, nada nada, que me marcho en la bici. 
Es como hacer una Marina, no se si visto así es mejor o peor, mejor por conocido y peor por lo mismo... tenemos por delante algo más de 8 kms al 7% de media pam pam pam, paciencia paciencia bicharraco, que ya llegaremos.
Cuando voy por la mitad, me pasa el Alsa -Adiossss! 
e inmediatamente después empieza a llover pero bien. Y más y más, acho, que llueve cada vez más. Y que se hace de noche, pero de noche cerrada y allá que voy con las luces hecho un bandido.
Cuando llego a Baeza a las últimas rampas está cayendo la-de Dios, la carretera de subida es como un arroyo que se me viene en mi contra, yo subo a contracorriente como si fuera una lancha o como un salmón, no lo se. La gente me mira como a un marciano, pensando de qué manicomio se ha escapado este. Son momentos complicados.
Llego a un hotel que está al principio de la ciudad y me refugio en el aledaño, hace muuucho frío y sigue lloviendo aunque parece que va calmando un poco, tan fuerte no puede caer mucho tiempo. Con dificultades saco el móvil y busco hotel en Booking. Baeza, Oferta oferta, 4 estrellas por 38 euros. Llamo,-¿tienen habitación? -si -pues muy bien, voy para allá. Cargo navegador, busco el hotel y tachán, pero si estoy aquí! jajajaja, No había pasado un minuto y estaba entrando en recepción haciendo la reserva y con el empleado sorprendido. Le digo que disculpe por lo asquerosa que va la bicicleta y me dice que no pasa nada, que la dejarán en un lugar seguro del garaje. Estupendo!
Qué gusto no, qué gustazo la ducha, arreglar un poco las cosas, quitar el barro, descansarrrr, y luego cenar por todo lo alto en un restaurante de la ciudad, demasiado caro eso sí, me pasé. Pero el lomo de orza y las anchoas estaban divinas.

Qué bonito Baeza! Mañana tengo que visitarla. Me voy al hotel a recomponerme de los sustos y de los acontecimientos del día.  Es verdad que he hecho un retroceso de la ruta natural pero la visita a Baeza merecerá la pena.
 
 



domingo, 4 de noviembre de 2018

CS 2018 - Etapa 2 - Huesa

 

Salgo tempranito, siendo ya Noviembre y estando en un pueblo pegado a la sierra las 7:30 es una hora temprana pero se me queda muy lejos Santiago y me da un poco de estrés, para combatirlo una de las cosas que se me ocurren es salir a pedalear ya! 

Hace bastante frío, veo en el Garmin -5ºC, poca broma. Así que la subida a los Collados de la Sagra me ayudan a combatir un poco el frío, el día se presenta diferente al de ayer, no tenemos previsto (la bici y yo jeje) cruzar ningún tramo de tierra, todo será sobre el negro asfalto.  En la Sagra hay nieve, aunque no mucha tampoco, durante el ascenso hay trozos de bajada muy severos que hace que se vaya ganando y perdiendo altura alternativamente, no obstante llegaremos al techo del viaje en este trozo de tierra de España. En las bajadas muuuuucho 'pelete'.

Yo creo que entre el frío intenso y las duras pendientes que hay me he hecho daño en la rodilla izquierda, -la buena-, y me duele como el tendón justo debajo de la rótula, ya veremos que pasa, muy pronto en el viaje para empezar con averías....
Después de llegar arriba existe la posibilidad de acercarse a las secuoyas pero no pilla de paso, pilla a contramano, por lo que finalmente no lo hago, de todas maneras unos metros más adelante, por mi ruta natural, veo algunos ejemplares muy bonitos y grandes de estos bellos árboles por lo que me alegro de no haber hecho desvío de ruta.
Me noto ciertamente estresado por sacar kms y en ocasiones renuncio a ver cosas que me gustaría pero es que entonces no me cundirían los días y no llegaría nunca a destino, tengo que intentar equilibrar una cosa con la otra.
Ahora toca bajar del techo del Camino por zonas de umbría y el frío es muy severo, vamos, que estoy congelado, hace buen día de sol pero está raso y en las zonas de sombra la temperatura es gélida. Perdemos metros y ganamos frío..brrrrrr.

Ahora me muevo en dirección sur, en las cercanías de Huescar y con destino Castríl. Paso por el Pantano de San Clemente que con el día de sol que se ha puesto está precioso. Antes de llegar hay unas llanuras que 'se dejan' hacer unas fotos espectaculares. Nice!
Paso por algunas pedanía pequeña, ahora recuerdo el nombre de una, Fátima, y así voy hasta llegar a Castríl. Me he dado relativa prisa pero está bien lo de llegar aquí a la hora del almuerzo.  Lo negativo de la mañana es la rodilla izquierda que protesta.

Hago unas fotos muy chulas de pueblo visto desde la carretera que viene de arriba y paseo con gusto por la zona monumental, es un pueblo bonito y singular, la fama la tiene bien ganada. Al solecico en una plaza muy hermosa me tomo un bocadillo de lomo y una buena cerveza, almuerzo de albañil, que me lo he ganado!

Seguimos la ruta y al salir en dirección oeste hay una presa muy particular, distinta a otras muchas, es como si fuera más casera, de color tierra. Desde la presa hay unas bonitas vistas del pueblo y también del embalse. Luego la carretera está muy picada y hay obras.
Al cabo de un poco un desvío, no se puede ir por la carretera natural, te indican la marcha por una que apunta hacía arriba y que se incursa en lo más duro de una cordillera ufff, la otra, la cortada parece más civilizada pero no conozco el alcance del corte,.... me la juego y me voy por la que está en obras. Y me salió bien porque aunque tenía sus buenas cuestas y sus buenos baches no estaba cortada para una bicicleta como la mía y su orografía aun siendo dura y exigente seguro que era mucho mejor que la alternativa. Buena elección, la rodilla mala así lo dice.
Llegan ahora a mis sentidos unos paisajes increíbles, el Parque de la Sierra de Cazorla está aquí y se muestra en todo su esplendor con un día radiante y alegre, las zonas de acampada, picnic, arroyos y manantiales, pinadas, etc,... se suceden sin parar, es un paraíso de montaña. Yo me conformo con impregnarme lo más posible de esa belleza porque debo seguir acumulando kms, quiero llegar por lo menos a Huesa y no se muy bien lo que me espera por el camino. Las estribaciones de la Bética son complicadas.

A continuación llego a Pozo Halcón, un pueblo ya con claro tinte andaluz, intento sellar en una iglesia importante que me pilla al paso pero hay alguna celebración y está lleno de gente muy arreglada entre los que yo no conjugo demasiado bien por lo que sigo camino y al final no hay sello. El siguiente pueblo importante ya es Huesa pero hay peaje todavía por medio, la montaña se me mete en mi camino.
En un determinado momento tengo la opción de seguir una carretera nacional, -la opción fácil entiendo-, o meterme por una que tiene pinta de montañosa y empieza con una cuesta criminal. Me duele la rodilla pero hay algo que me empuja a la opción insensata. -Allá voy!
La carretera tiene un asfalto nefasto, horroroso, menos mal que voy con MTB. El trazado va por toda la cresta de la montaña haciendo sube y baja pero en el balance final apunta positivo, y así voy hasta que llega un momento en el que se abre una panorámica majestuosa del valle hacía el oeste. Buassss!!!
Estoy en uno de los momentos mágicos del viaje, carretera que serpentea sin fin por toda la montaña ofreciendo unas vistas inigualables, instantes felices y agradecido de haber sido empujado por 'algo' a esa carretera. Ha merecido mucho la pena.
La carretera finalmente tras una fuerte bajada llega al nivel del río y Huesa está cerca, se intuye que bordeará la carretera la montaña pero no, de pronto se ve que la carretera la han echado por lo directo. Un cartel de 2 kms al 10% así lo indica y hay que morder duro para subir. Después de esto hay otra nueva subida ya menor que nos conduce al pueblo de Huesa que está en alto.

Ya en el pueblo me acerco a la casa de David junto a la iglesia y charlo con su vecino Julián un buen rato, hago fotos, visito la iglesia y busco posada, como sólo hay una es dar con ella. Es temprano, podría intentar avanzar más pero me apetece quedarme aquí.

Ceno en el bar que hay abajo, en la barra, un buen bocadillo y unas cervezas. El inspector me decían los de por allí jajajaja
Después de prepararme bien me ofreció el del bar un 'Baylis',... -pues venga! Así que me fui caliente a la cama. 
Mañana 'andaluceamos' más!