sábado, 2 de julio de 2022

Marmotte 2022

 

La Marmotte te marca y te envenena al mismo tiempo, lo cierto y verdad es que durante muchos años nunca pensé .-sí, ya sé que me repito pero es así-. que volvería a enfrentarme de nuevo a estos desafiantes puertos y altos de montaña  pero la vida te da oportunidades y he podido de nuevo, veinte años después, degustar esta agridulce sensación de sufrir y gozar al mismo tiempo que tan bien conocemos los que nos gusta esto del ciclismo. Hay que dejar claro que cuando decimos Marmotte estamos hablando de lo máximo en cicloturismo...


Durante meses de trabajo lento y constante se ha fraguado una preparación que en mi opinión personal ha estado aceptablemente bien, no puedo quejarme aunque en este tipo de pruebas todo siempre es poco. Durante meses he ido acumulando kms y desnivel para acentuar el entrenamiento en las últimas semanas con más desnivel acumulado diario y subidas cada vez más largas. Mi campo de entrenamiento natural ha sido la Cresta del Gallo, de dureza importante pero a la que le falta distancia, otro lugar también usado ha sido Sierra Espuña, donde hemos estado entrenando los compañeros de club y que representa un escenario más cercano al de la Marmotte en longitud de puertos aunque menos exigente en dureza que aquellos.


La organización del viaje ha sido de lujo por parte de nuestro compañero Rafa Aragón que ha hecho todas las gestiones necesarias para que nosotros no tuviéramos otra cosa casi que hacer que dar pedales, también destacar especialmente a Vicente Contreras, compañero que ha aportado capitanía y mando en el grupo para llevar el contingente de manera organizada. Y a Diego Andreu que de forma altruista ha cedido una furgoneta para el desplazamiento a tierras francesas. Gracias especiales a los tres.
El grupo Globeros de Élite afrontaba de nuevo esta prueba ocho años después de que en 2014 muchos socios obtuvieran el carné de ciclista, .-que todo el mundo sabe que se saca aquí-. Este año 2022 ha sido otro buen año de expediciones de carnets. Yo lo tenía sacado de 2002 y 2003 pero ya necesitaba una renovación jeje. 
 
Los componentes de esta aventura han sido sin ninguna duda lo mejor del viaje, con buena disposición, buen humor, risas, compañerismo, solidaridad,.. un placer disfrutar de los momentos que nos ha deparado este fin de semana largo con todos ellos. Hemos echado de menos a algunos compañeros, especialmente a tres que en principio eran de la partida, Irene, José 'el cámara' y Juanma. Me acordé de Juanma al terminar la marcha, él sabe bien por qué.
 

 
El desplazamiento hasta los Alpes se hizo en dos trozos, uno primero en jornada de tarde hasta Barcelona y un posterior al día siguiente para llegar a la estación de Deux Alps, un sitio idílico y maravilloso lleno de vida con unas vistas a las montañas de postal. El hotel Les Lutins ha sido de cuento, de duendes como indica su nombre, con habitaciones cómodas y limpias, con unas panorámicas al asomarte por la terraza para quedarte a vivir allí, como si estuvieras en la casa del abuelo de Heidi, clase premium en definitiva. Eso por no hablar del desayuno que era delicatessen, muy fino y muy casero a la vez. Es-pec-ta-cu-lar.
 
Tras hacer un corta ruta el día anterior bajando y subiendo Deux Alps que me pareció perfecta para desentumecer y activar los músculos después del larguísimo viaje realizado vamos preparando ya lo que será el día definitivo. -Qué cosas, parece que nunca va a llegar y llega. 
 

 
Como fuimos tarde a por los dorsales nos han mandado directamente a la escombrera, a la cola de todos, allá donde campan mayoritariamente excursionistas y gente de poco madrugar. La salida la hacemos 40 minutos después de que salgan los primeros, los de chapa amarilla y chapa naranja, luego salían los de chapa azul y nosotros los últimos con la chapa roja. Durante el día iba mirando a los que adelantaba y si eran azules me daba satisfacción y si eran naranjas o amarillos gustete jajaja
En cuanto a uniformidad no la hay, cada uno de los globeros lleva lo que le ha parecido mejor. Yo, chaleco y manguitos,... que me vino bien en la salida y primeros minutos pues hacía un frío de cojones que me hacía tiritar mucho pero quitando eso, la ropa extra sobró el resto del día aunque ya que la tenía la utilicé en las largas bajadas.
En parrilla de salida coincidimos con el doble de Filippo Ganna, un gigantesco ciclista que al lado de nuestro pequeño-gran Pedro daba risa verlos. -Paaam!, que nos vamos, la salida no se hace demorar en exceso, salimos bastante bien en cuanto a puntualidad y como el terreno es llano con tendencia de bajada la velocidad se va incrementando y se rueda a buen ritmo. ¿Detrás de quien me pongo? Pues de F.Ganna que tapa más que una manta de Zamora jajaja

En el grupo de cabeza que durante la leve bajada va creciendo vamos un buen número de globeros aunque en la subida a la primera presa aquel pelotón se parte en pedazos enseguida. Rafa Rosagro, el Rayo de Valkenburg, da un arreón de los suyos y nos quedamos muy poquitos delante, yo aguanto y José Buytrago también. Éste apuntaba maneras desde la mañana. 

Mis sensaciones son muy buenas, tengo las piernas en buena condición. Durante el pasaje junto al embalse, que en ese momento presenta un ambiente melancólico, Rafa y yo nos quedamos aislados pero enseguida que llegan las rampas empezamos a pasar ciclistas, negocios 30/1 o incluso más ventajosos, adelanto 30 y me pasa 1. Y voy 'sobrao' chaval, sin apretar en exceso, controlando pulsaciones y watios (que para eso tengo medidor) y remontando más que los salmones. Me siento fuerte y capaz pero también sensato.
 
La dureza del Puerto del Glandón es clara, no es una subida cualquiera, lo que ocurre es que después de lo mal que lo pasas después esto se olvida pero no, no es fácil ni mucho menos. Además, hay humedad y empieza a hacer algo de calor por lo que entra como tarea el intentar no fallar en la hidratación e incorporación de sales además de empezar a abrir chaleco y quitar manguitos. 
Las panorámicas que se pueden ver en esta subida son de esas que te gustaría preservar para siempre en tu retina, estampas de belleza sin igual unidas a la imagen de ciclistas desfilando como pequeñas hormigas por la carretera que va serpenteando las laderas. Nice!

20 años después de aquel 2002 rememoro todavía con mucha precisión muchos puntos del recorrido, el cruce a Allemond, la subida a la presa, el paso por el pueblo donde nos hicimos una foto con el grupo de granainos (Juan, Fernando y Alfonso) en un monumento en memoria de los caídos en la guerra mundial, la bajada al barranco intermedia.... el superrampón que viene a continuación... -¡Menudo talegazo se pegó el pobre uff! Un hombre ya entrado en años que le pilló con todo el desarrollo metido después de la bajada y no le dió tiempo a cambiar a desarrollo de 14% y la bici empezó a hacer un ruido clac clac clac y al instante cayó de lado como un árbol segado - uff, qué daño verlo. Al cabo de unos pocos kms más otro percance, éste en forma de 'jamacuco', uno que está tumbado en la carretera y le asisten los sanitarios, tenía un color muy muy malo.

Voy controlando el ritmo en la subida pero me tientan unos vascos (- hostia Iñaki) con un ritmo un poquito más vivo y me engancho a ellos, bien, no me vino mal, siempre se agradece.Y así hasta llegar a donde se abre el valle y se deja ver a lo lejos la Croix de Fer y a la izquierda el Glandón. Cuando llegamos al arco donde se establece el corte del tiempo cronometrado hay una marabunta allí que no hay quien se aclare, no se puede ir con la bici a por el agua, no se puede dejar en casi ningún sitio, luego no se puede coger nada, se tarda una eternidad, nada, que en esta situación envidias mucho a los grupos que llevan su propia organización de avituallamientos, es notablemente mejor, no te rompe tanto el ritmo.
Tras un 'mes' en el Glandón nos vamos Rafa y yo de aquella urbe de montaña y comenzamos la revirada pero bellísima bajada. Rafa, por supuesto se enfila como alma que lleva el diablo pero qué le vamos a hacer, baja seguro y disfruta. Durante los kms de bajada del Glandon te encuentras muchos percances, sobre todo de tipo mecánico en forma de pinchazos y reventones, pero lo malo es que te encuentras también con salidas de pista y accidentados -¿Accidentados? Pero ¿no es neutralizado? -Pues sí, para que veas. Es verdad que incluso tomando todas las precauciones yo me harté de adelantar porque al parecer aquí es donde aprendió a bajar Thibaut Pinot jajaja - Qué lentorros son estos franceses bajando. Ya conocía esto de tiempos pretéritos y no ha cambiado mucho desde entonces. En fin, esto no es el caso de unos italianos que me pasaron en el segundo tramo de la bajada del puerto, iban como auténticos kamikazes, nunca pensé que se pudiera afrontar las curvas como lo hacían los spaguettis estos pero, efectivamente, era imposible y en una curva se metió una hostia uno de la que no sé cómo habrá salido pues allí había un barranco lleno de árboles, en algún tronco se estamparía. No quiero ni pensar en que me pase algo así pero al poco en una recta en la que se cogía mucha velocidad veo a otro accidentado y de pronto me da un vuelco el corazón porque lleva un maillot azúl como el nuestro -¡¡Rafa?!! No, uff, menos mal. Luego lo mismo le pasó a Javi pensando que era yo. 
Al llegar abajo me paro unos metros antes de la reanudación de control de tiempo intentando encontrar a Rafa pero por allí no estaba, bueno, pues ya está, me quito chaleco y manguitos y guardo todo bien porque van a pasar muchas horas hasta que pueda volver a necesitar cualquier tipo de prenda de abrigo. Recojo bien todo sin prisas porque el tiempo no corre. Cuando reanudo la marcha me encuentro con buenas impresiones, -que me gusto vamos-, por lo que los grupos que voy usando no me convencen demasiado hasta que llega el expreso bueno y me engancho a él rodando con muy buena velocidad, -uno ya se cansa de ir guardando tanto rato y es momento de soltarte un poco el pelo-. Bueno, perfecto, en esas estamos hasta llegar a la base del Telegraphe. Durante este tramo adelanto a Joaquín y Luis (Larry), parte del contingente murciano, a los que saludo al paso. En el avituallamiento que hay al pie del Telegraphe otra vez hay una aglomeración de ciclistas exagerada, se tarda un montón en cargar los dos bidones pero el calor está siendo asfixiante ya y hay que recargar líquidos continuamente para no caer en la deshidratación.
 
 
El Telegraphe siempre me ha parecido un puerto agradecido, es duro, cierto, pero como tiene sombras y es revirado se hace bastante ameno. Yo sigo en la misma tónica de ir pasando a gente a balagueros y 'agarrando' a amigos por el camino. Me sigo gustando y me entretengo en hacer fotos de los hitos kilométricos que están muy cuidados y sirven de reclamo para vender souvenirs en las tiendas de Bourg d'Oisans. Kilómetro a kilómetro se va consumiendo el puerto y voy bien, realmente como en 2003 y también como ese año me pasó lo mismo, ahhhhrg. Llegando al monumento que hay en Valloire cuando paro zaaaasss, rampazo en la pierna izquierda - jooooeeerrr, ya estamos. Bueno, tras un momento de tensión voy a recargar bidones y por allí me encuentro con Rafa Aragón que me dice que Paco Manzanera está con él. Es una noticia estupenda porque en condiciones normales los dos son superiores a mí y el estar con ellos por aquí no está nada mal.
 
El asunto es que entre pitos y flautas (50.000) me tiro demasiado tiempo aquí en esta parada y cuando arranco y afronto los rampones que hay después de Valloire empieza la gestión en modo eléctrico ufff, unos rampazos en las dos patas que no veas, me obligan a meter desarrollo y a hacer casi toda la subida de pie controlando los calambres como mejor puedo. Cuando llego al siguiente avituallamiento hago una parada para repostar comida (que en el anterior no había) e intentar restaurar un poco la situación muscular. Está la cosa jodida...
Por allí pasan mis dos compañeros, Rafa y Paco, y se van por delante, poco a poco una vez reanudada la marcha voy alcanzando a los dos y les hago alguna foto chula. De pronto veo a un zamarro que se despista y se sale del asfalto ¡¡¡a 5 km/h!!! y a punto está de caer por el barranco que queda a la derecha. -Achooo, cuidado. Ufff, qué susto me ha pegado el tío. Están las fuerzas ya justicas justicas.

 
Las estampas que hay en esta zona son ya de alta montaña, ha desaparecido prácticamente la vegetación, es un paisaje desolador, para marmotas y 'marmoteros', a los lados hay montañas de más de 3.000 metros y entre ellas se abren paso valles formados por viejos glaciares, son imágenes de gran dureza y crudeza, impresionantes. La subida se hace tranquila y tensa a la vez, estamos esperando todos a que llegue el cambio de plan, el Plan Lachat.
- ¿Nos paramos a tomar una Coca Cola? me dice Rafa. -No, yo no paro, le contesto, - que cada vez que me paro es como si me enganchara a un palo de la luz. Así que yo parribica en modo supervivor que quedan ocho kilometros de cuidado. Las instantáneas que hay en este tramo son preciosas, -si no fuera porque vas muerto-. No puedo hacer fotos porque bastante tengo con ir controlando como puedo las piernas agarradas que llevo, si me pongo a hacer alguna cosa rara el rampazo me tira de la bici como le está pasando a muchos, de pronto ves uno que se lanza al suelo y empieza a gritar como si le hubieran arrancado un dedo jajaja Da risa pero no da risa. Cuidao, cuidao...
 
Hay una zona faltando dos o tres kilómetros que se va viendo el final del puerto y... parece mentira que se pueda subir, -está muy arriba-. La carretera serpentea y los ciclistas van siguiendo el caminito como pequeños seres asaltando la gran montaña, insignificantes pero numerosos. En estos momentos tan duros me viene el recuerdo y la presencia de mi padre, noto como me sonrie, me abraza y me transmite su energía, hay conexión entre nosotros y es un momento muy emocionante el sentir algo así, desde arriba me está ayudando. Y así entre fuerzas propias y ajenas, físicas y espirituales consigo llegar arriba, no sin antes superar el último y fatídico kilómetro donde están localizados los fotógrafos. Buena foto a 2600 m. Cuando aparco tras soltarme de los pedales, buenoooo, se me agarran los músculos de ambas piernas por lo que me tengo que agarrar a un depósito de agua que había allí para no caerme al suelo, ufff qué dolor, no puedo moverme, en cuanto quiero hacer algo con cualquiera de las piernas zaca! pata de palo uffff, y a esperar. Al cabo de unos minutos consigo dar algunos pasos, encorvado como un anciano, y con un cuidado excelso para no bloquearme de nuevo. -Madre mía, qué mal estoy. Cuando llegan mis compañeros echamos unas fotos en el cartel del Galibier, lo que es de obligado cumplimiento, faltaría más. Bueno, pues aquí me paso otra buena temporada, como en el Glandon, por lo menos 15 minutos. Espero que esto sea un vale para recuperar un poco y darme créditos para lo que queda.
 
Por allí han pasado ya Buytrago, que no ha parado en todo el día ni a mear creo yo, va al tran tran pero sin bajarse de la bici apenas y Rafa Rosagro que baja como un misil y se adelanta. Rafa Aragón y Paco Manzanera son con los que me bajo y hacemos de tirón el descenso hasta el valle de Bourg d'Oisans. La bajada es muy larga, casi 40 kms de bajada a tope, con una temperatura cojonuda, sin pizca de frío y con un poco de viento pero solo al principio. La bajada hasta Lautaret es preciosa y deliciosa, una gozada ir por estos parajes con una bicicleta, es un auténtico lujo poder disfrutar de estas cosas, sensación de vivir desde luego. A partir de Lautaret cambia la carretera y estamos en unos kms de tener que dar pedales aunque las velocidades que llevamos son bastante altas. De esta manera pasamos por La Grave y posteriormente por el Lac du Chambon, el calor va apretando cada vez más y a pesar de ir en bajada nos vamos chocando con bolsas de aire muy caliente, se presume ya el crematorio que va a ser el Alpe d'Huez. Al menos durante el paso por los túneles, tres o cuatro que hay, refrigeramos el motor un poco. Resulta chocante estar tan cerca de la meta mirando el mapa y tan lejos a su vez, hay una diferencia de altitud que nos va a costar un disgusto ya verás....
Durante la bajada le hemos echado el guante a Buytrago y a Rosagro pero al llegar a donde tenemos estacionadas las furgonetas ellos no paran y vuelven a adelantarse. Yo dejo allí manguitos y chaleco y me encomiendo a lo más alto para que me proporcione fuerzas suficientes para tumbar al Alpe d'Huez. Veo a Carmen, que se ha marcado un etapón de más de 3000m al margen de la marcha, y le digo que me desee suerte.... que la necesito. Chau!
En el avituallamiento de Bourg d'Oisans (nueva parada) cargo de nuevo líquido y me pongo a subir el Alpe. Vaya recta de bienvenida que hay aquí, con temperatura de 42º a las cuatro de la tarde.... buff, vaya tela! La velocidad es para echarse a llorar pero el hecho de ir adelantando a gente anima (algo). Voy muerto pero por el camino hay remuertos, recupero posición con Rosagro, luego me encuentro con Manzanera haciendo eses en la carretera, esto es dramático, en cada curva están ocupadas todas las plazas por 'aparcaos' que no pueden continuar. Llevo el indicador de temperatura en rojo y me voy echando mucha agua por la cabeza para enfriar un poco la centralita. Van sucediéndose las curvas, -son muchas 21 y se tarda mucho en descontar- sigo a velocidad de caracol ascendiendo y esperando un trozo de descanso que no llega salvo en las curvas. En la parte positiva contento porque los calambres no habían aparecido y ya estábamos en la curva 12 o así...(cruzando dedos) pero no, la electricidad llegó, llegó,.... Rafa Aragón ha picado una biela y para en el arcén, madre mía, esto es la hostia.... -¿Y Buytrago? ¿dónde está? Hay escabeche del bueno, las cunetas están atestadas de fiambres, piernas en alto, rostros cadavéricos, ritmos de subida casi imposibles por lentos,.... vaya procesión llevamos la mayoría. -Ah no, ahí hay un tío que va bien.... ehhhh pero no lleva dorsal, así cualquiera!!
Con calambres repetidos de nuevo cuando llego a un punto de avituallamiento líquido, a la altura del cementerio de los holandeses (y hoy de españoles también) me paro a recargar y las dos piernas al unísono clack clack se bloquean como si fuera un cierre centralizado -ahhhh, qué dolor! Me quedo allí por lo menos cinco minutos sin poder mover ni las pestañas. Vámonos que si no, no llego. Arranco y pongo el mapa motor en modo híbrido y parriba, ya no paro más, mi padre me llevará hasta arriba. Y así fue, 'a poc a poc' llego hasta la curva Guerini yeahhhh y a la recta de los hoteles,... -vamos vamos,.... y consigo coronar, -habéis oído? CO-RO-NAR jajajaja, qué pasada!!!
Pero, físicamente en lugar de alivio fue peor porque al bajar la tensión muscular llegaron de nuevo dolorosos agarrones que hacían que a malas penas pudiera avanzar, buff, vaya llegada llena de miserias. Todavía peor fue en la recta de meta cuando en lugar de llegar riendo y alzando los brazos llegué con mueca de dolor y sin poder dar pedales apenas,... totalmente destrozado de piernas. Pero escucha, LLEGUÉ.
 
En meta está nuestra reportera particular, la mujer de Ángel, que nos recibe con una gran sonrisa, nos da la enhorabuena y nos hace una foto para el recuerdo. Qué bien! Hemos culminado la tercera Marmotte (mi padre y yo), y ésta, por fin con lucimiento y sin tantas dificultades como las anteriores aunque también hubo, está claro.
 

Mis compañeros han terminado o van a terminar la mayoría y con brillantez. Diego Andreu, es el primero de los globeros como era de esperar, mucha fuerza y mucha experiencia en marchas de este calibre como para sorprenderlo, Mari Carmen y Juan, saliendo más temprano han hecho un carrerón, es increíble y ejemplar la progresión de esta chica en las últimas semanas, Buytrago ha sido el ejemplo de cómo la constancia y el ahorro en paradas te puede aupar muy alto, es más duro que la carne de perro, Paco Manzanera se ha rehecho en el Alpe d'Huez y ha resurgido como Ave Fénix para realizar un último tercio de la subida con mucho empuje después de refrigerar motor en una fuente del camino, Rafa Rosagro se ha fajado como un campeón en un terreno no muy favorable para él pero sabe sufrir como un perro de calle, ha hecho dos marchas en su vida, Amstel y Marmotte, vaya palmarés está haciendose. Rafa Aragón en su ya tercera participación no ha tenido su mejor día y con problemas en lumbares y en un pie ha realizado un desarrollo de la marcha de mucho mérito, Ángel con su rendimiento diesel ha sabido medir perfectamente los esfuerzos para tener la garantía absoluta de éxito, es una máquina. Pedro Arenas con cuatro días que ha entrenado, eso sí, con mucha calidad, ha sido capaz de hacer una marcha de muy alto nivel, es el mejor optimizador de entrenamientos que haya conocido jamás. Óscar Pacheco nos ha dado toda una lección de clase y sabiduría porque no se ha cebado inútilmente y ha llegado con muy buen tiempo a meta, eso cuando pensábamos llamar a los hospitales de la zona a ver en cual estaba jajaja. Óscar Gea hizo equipo con Esmeralda y con Felipe y llegaron hasta lo más alto del Alpe d'Huez cumpliendo un montón de ilusiones y sueños, se merecen los tres lo mejor. Y Nifer, el tío que no pasaba de los 100 kms pues ya ves, además de gastar carretes enteros de fotos ha tenido el empuje y la fuerza de los campeones para también sacar el carné de ciclista en la mejor marcha cicloturista del mundo.
Mención especial para los demás, Javi García, Jose 'joyero', Vicente y Espartaco, protagonistas de la Marmotte durante 160 kms y más de 4000 metros de desnivel (se dice pronto) y que por unas razones u otras se quedaron a 14 kms de la meta, pero qué 14 kms son los que quedaban.... Con los más de 40º de temperatura a las cuatro de la tarde y una subida de 12 kms casi al 10% de media era como para pensárselo y aquí para hacer 'la completa' hay que venir muy preparado y con muchos deberes hechos,... los que hagas siempre son pocos.
El resultado obtenido en mi caso ha sido muy bueno, con tanto calor como hizo el rendimiento cae mucho y hacer nueve horas peladas teniendo en cuenta los importantes problemas de calambres sufridos y que he parado más que el ALSA está muy bien, yo al menos estoy contentísimo, que es lo principal. El puesto obtenido por debajo del 1600 indica que en el recorrido he adelantado al menos a 3000 tíos, que se dice pronto, las sensaciones siempre han sido bastante buenas a pesar de los inconvenientes debidos a los duros calambres ya referidos. Para evitar eso, la próxima vez... habrá que entrenar más!!! 


Todo llega a su fin y en este caso el sueño de la Marmotte se ha cumplido de nuevo, 20 años después. En homenaje a mi padre.
 
 
 
La Marmotte te marca de por vida... ¿te apuntas?