sábado, 2 de julio de 2022

Marmotte 2022

 

La Marmotte te marca y te envenena al mismo tiempo, lo cierto y verdad es que durante muchos años nunca pensé .-sí, ya sé que me repito pero es así-. que volvería a enfrentarme de nuevo a estos desafiantes puertos y altos de montaña  pero la vida te da oportunidades y he podido de nuevo, veinte años después, degustar esta agridulce sensación de sufrir y gozar al mismo tiempo que tan bien conocemos los que nos gusta esto del ciclismo. Hay que dejar claro que cuando decimos Marmotte estamos hablando de lo máximo en cicloturismo...


Durante meses de trabajo lento y constante se ha fraguado una preparación que en mi opinión personal ha estado aceptablemente bien, no puedo quejarme aunque en este tipo de pruebas todo siempre es poco. Durante meses he ido acumulando kms y desnivel para acentuar el entrenamiento en las últimas semanas con más desnivel acumulado diario y subidas cada vez más largas. Mi campo de entrenamiento natural ha sido la Cresta del Gallo, de dureza importante pero a la que le falta distancia, otro lugar también usado ha sido Sierra Espuña, donde hemos estado entrenando los compañeros de club y que representa un escenario más cercano al de la Marmotte en longitud de puertos aunque menos exigente en dureza que aquellos.


La organización del viaje ha sido de lujo por parte de nuestro compañero Rafa Aragón que ha hecho todas las gestiones necesarias para que nosotros no tuviéramos otra cosa casi que hacer que dar pedales, también destacar especialmente a Vicente Contreras, compañero que ha aportado capitanía y mando en el grupo para llevar el contingente de manera organizada. Y a Diego Andreu que de forma altruista ha cedido una furgoneta para el desplazamiento a tierras francesas. Gracias especiales a los tres.
El grupo Globeros de Élite afrontaba de nuevo esta prueba ocho años después de que en 2014 muchos socios obtuvieran el carné de ciclista, .-que todo el mundo sabe que se saca aquí-. Este año 2022 ha sido otro buen año de expediciones de carnets. Yo lo tenía sacado de 2002 y 2003 pero ya necesitaba una renovación jeje. 
 
Los componentes de esta aventura han sido sin ninguna duda lo mejor del viaje, con buena disposición, buen humor, risas, compañerismo, solidaridad,.. un placer disfrutar de los momentos que nos ha deparado este fin de semana largo con todos ellos. Hemos echado de menos a algunos compañeros, especialmente a tres que en principio eran de la partida, Irene, José 'el cámara' y Juanma. Me acordé de Juanma al terminar la marcha, él sabe bien por qué.
 

 
El desplazamiento hasta los Alpes se hizo en dos trozos, uno primero en jornada de tarde hasta Barcelona y un posterior al día siguiente para llegar a la estación de Deux Alps, un sitio idílico y maravilloso lleno de vida con unas vistas a las montañas de postal. El hotel Les Lutins ha sido de cuento, de duendes como indica su nombre, con habitaciones cómodas y limpias, con unas panorámicas al asomarte por la terraza para quedarte a vivir allí, como si estuvieras en la casa del abuelo de Heidi, clase premium en definitiva. Eso por no hablar del desayuno que era delicatessen, muy fino y muy casero a la vez. Es-pec-ta-cu-lar.
 
Tras hacer un corta ruta el día anterior bajando y subiendo Deux Alps que me pareció perfecta para desentumecer y activar los músculos después del larguísimo viaje realizado vamos preparando ya lo que será el día definitivo. -Qué cosas, parece que nunca va a llegar y llega. 
 

 
Como fuimos tarde a por los dorsales nos han mandado directamente a la escombrera, a la cola de todos, allá donde campan mayoritariamente excursionistas y gente de poco madrugar. La salida la hacemos 40 minutos después de que salgan los primeros, los de chapa amarilla y chapa naranja, luego salían los de chapa azul y nosotros los últimos con la chapa roja. Durante el día iba mirando a los que adelantaba y si eran azules me daba satisfacción y si eran naranjas o amarillos gustete jajaja
En cuanto a uniformidad no la hay, cada uno de los globeros lleva lo que le ha parecido mejor. Yo, chaleco y manguitos,... que me vino bien en la salida y primeros minutos pues hacía un frío de cojones que me hacía tiritar mucho pero quitando eso, la ropa extra sobró el resto del día aunque ya que la tenía la utilicé en las largas bajadas.
En parrilla de salida coincidimos con el doble de Filippo Ganna, un gigantesco ciclista que al lado de nuestro pequeño-gran Pedro daba risa verlos. -Paaam!, que nos vamos, la salida no se hace demorar en exceso, salimos bastante bien en cuanto a puntualidad y como el terreno es llano con tendencia de bajada la velocidad se va incrementando y se rueda a buen ritmo. ¿Detrás de quien me pongo? Pues de F.Ganna que tapa más que una manta de Zamora jajaja

En el grupo de cabeza que durante la leve bajada va creciendo vamos un buen número de globeros aunque en la subida a la primera presa aquel pelotón se parte en pedazos enseguida. Rafa Rosagro, el Rayo de Valkenburg, da un arreón de los suyos y nos quedamos muy poquitos delante, yo aguanto y José Buytrago también. Éste apuntaba maneras desde la mañana. 

Mis sensaciones son muy buenas, tengo las piernas en buena condición. Durante el pasaje junto al embalse, que en ese momento presenta un ambiente melancólico, Rafa y yo nos quedamos aislados pero enseguida que llegan las rampas empezamos a pasar ciclistas, negocios 30/1 o incluso más ventajosos, adelanto 30 y me pasa 1. Y voy 'sobrao' chaval, sin apretar en exceso, controlando pulsaciones y watios (que para eso tengo medidor) y remontando más que los salmones. Me siento fuerte y capaz pero también sensato.
 
La dureza del Puerto del Glandón es clara, no es una subida cualquiera, lo que ocurre es que después de lo mal que lo pasas después esto se olvida pero no, no es fácil ni mucho menos. Además, hay humedad y empieza a hacer algo de calor por lo que entra como tarea el intentar no fallar en la hidratación e incorporación de sales además de empezar a abrir chaleco y quitar manguitos. 
Las panorámicas que se pueden ver en esta subida son de esas que te gustaría preservar para siempre en tu retina, estampas de belleza sin igual unidas a la imagen de ciclistas desfilando como pequeñas hormigas por la carretera que va serpenteando las laderas. Nice!

20 años después de aquel 2002 rememoro todavía con mucha precisión muchos puntos del recorrido, el cruce a Allemond, la subida a la presa, el paso por el pueblo donde nos hicimos una foto con el grupo de granainos (Juan, Fernando y Alfonso) en un monumento en memoria de los caídos en la guerra mundial, la bajada al barranco intermedia.... el superrampón que viene a continuación... -¡Menudo talegazo se pegó el pobre uff! Un hombre ya entrado en años que le pilló con todo el desarrollo metido después de la bajada y no le dió tiempo a cambiar a desarrollo de 14% y la bici empezó a hacer un ruido clac clac clac y al instante cayó de lado como un árbol segado - uff, qué daño verlo. Al cabo de unos pocos kms más otro percance, éste en forma de 'jamacuco', uno que está tumbado en la carretera y le asisten los sanitarios, tenía un color muy muy malo.

Voy controlando el ritmo en la subida pero me tientan unos vascos (- hostia Iñaki) con un ritmo un poquito más vivo y me engancho a ellos, bien, no me vino mal, siempre se agradece.Y así hasta llegar a donde se abre el valle y se deja ver a lo lejos la Croix de Fer y a la izquierda el Glandón. Cuando llegamos al arco donde se establece el corte del tiempo cronometrado hay una marabunta allí que no hay quien se aclare, no se puede ir con la bici a por el agua, no se puede dejar en casi ningún sitio, luego no se puede coger nada, se tarda una eternidad, nada, que en esta situación envidias mucho a los grupos que llevan su propia organización de avituallamientos, es notablemente mejor, no te rompe tanto el ritmo.
Tras un 'mes' en el Glandón nos vamos Rafa y yo de aquella urbe de montaña y comenzamos la revirada pero bellísima bajada. Rafa, por supuesto se enfila como alma que lleva el diablo pero qué le vamos a hacer, baja seguro y disfruta. Durante los kms de bajada del Glandon te encuentras muchos percances, sobre todo de tipo mecánico en forma de pinchazos y reventones, pero lo malo es que te encuentras también con salidas de pista y accidentados -¿Accidentados? Pero ¿no es neutralizado? -Pues sí, para que veas. Es verdad que incluso tomando todas las precauciones yo me harté de adelantar porque al parecer aquí es donde aprendió a bajar Thibaut Pinot jajaja - Qué lentorros son estos franceses bajando. Ya conocía esto de tiempos pretéritos y no ha cambiado mucho desde entonces. En fin, esto no es el caso de unos italianos que me pasaron en el segundo tramo de la bajada del puerto, iban como auténticos kamikazes, nunca pensé que se pudiera afrontar las curvas como lo hacían los spaguettis estos pero, efectivamente, era imposible y en una curva se metió una hostia uno de la que no sé cómo habrá salido pues allí había un barranco lleno de árboles, en algún tronco se estamparía. No quiero ni pensar en que me pase algo así pero al poco en una recta en la que se cogía mucha velocidad veo a otro accidentado y de pronto me da un vuelco el corazón porque lleva un maillot azúl como el nuestro -¡¡Rafa?!! No, uff, menos mal. Luego lo mismo le pasó a Javi pensando que era yo. 
Al llegar abajo me paro unos metros antes de la reanudación de control de tiempo intentando encontrar a Rafa pero por allí no estaba, bueno, pues ya está, me quito chaleco y manguitos y guardo todo bien porque van a pasar muchas horas hasta que pueda volver a necesitar cualquier tipo de prenda de abrigo. Recojo bien todo sin prisas porque el tiempo no corre. Cuando reanudo la marcha me encuentro con buenas impresiones, -que me gusto vamos-, por lo que los grupos que voy usando no me convencen demasiado hasta que llega el expreso bueno y me engancho a él rodando con muy buena velocidad, -uno ya se cansa de ir guardando tanto rato y es momento de soltarte un poco el pelo-. Bueno, perfecto, en esas estamos hasta llegar a la base del Telegraphe. Durante este tramo adelanto a Joaquín y Luis (Larry), parte del contingente murciano, a los que saludo al paso. En el avituallamiento que hay al pie del Telegraphe otra vez hay una aglomeración de ciclistas exagerada, se tarda un montón en cargar los dos bidones pero el calor está siendo asfixiante ya y hay que recargar líquidos continuamente para no caer en la deshidratación.
 
 
El Telegraphe siempre me ha parecido un puerto agradecido, es duro, cierto, pero como tiene sombras y es revirado se hace bastante ameno. Yo sigo en la misma tónica de ir pasando a gente a balagueros y 'agarrando' a amigos por el camino. Me sigo gustando y me entretengo en hacer fotos de los hitos kilométricos que están muy cuidados y sirven de reclamo para vender souvenirs en las tiendas de Bourg d'Oisans. Kilómetro a kilómetro se va consumiendo el puerto y voy bien, realmente como en 2003 y también como ese año me pasó lo mismo, ahhhhrg. Llegando al monumento que hay en Valloire cuando paro zaaaasss, rampazo en la pierna izquierda - jooooeeerrr, ya estamos. Bueno, tras un momento de tensión voy a recargar bidones y por allí me encuentro con Rafa Aragón que me dice que Paco Manzanera está con él. Es una noticia estupenda porque en condiciones normales los dos son superiores a mí y el estar con ellos por aquí no está nada mal.
 
El asunto es que entre pitos y flautas (50.000) me tiro demasiado tiempo aquí en esta parada y cuando arranco y afronto los rampones que hay después de Valloire empieza la gestión en modo eléctrico ufff, unos rampazos en las dos patas que no veas, me obligan a meter desarrollo y a hacer casi toda la subida de pie controlando los calambres como mejor puedo. Cuando llego al siguiente avituallamiento hago una parada para repostar comida (que en el anterior no había) e intentar restaurar un poco la situación muscular. Está la cosa jodida...
Por allí pasan mis dos compañeros, Rafa y Paco, y se van por delante, poco a poco una vez reanudada la marcha voy alcanzando a los dos y les hago alguna foto chula. De pronto veo a un zamarro que se despista y se sale del asfalto ¡¡¡a 5 km/h!!! y a punto está de caer por el barranco que queda a la derecha. -Achooo, cuidado. Ufff, qué susto me ha pegado el tío. Están las fuerzas ya justicas justicas.

 
Las estampas que hay en esta zona son ya de alta montaña, ha desaparecido prácticamente la vegetación, es un paisaje desolador, para marmotas y 'marmoteros', a los lados hay montañas de más de 3.000 metros y entre ellas se abren paso valles formados por viejos glaciares, son imágenes de gran dureza y crudeza, impresionantes. La subida se hace tranquila y tensa a la vez, estamos esperando todos a que llegue el cambio de plan, el Plan Lachat.
- ¿Nos paramos a tomar una Coca Cola? me dice Rafa. -No, yo no paro, le contesto, - que cada vez que me paro es como si me enganchara a un palo de la luz. Así que yo parribica en modo supervivor que quedan ocho kilometros de cuidado. Las instantáneas que hay en este tramo son preciosas, -si no fuera porque vas muerto-. No puedo hacer fotos porque bastante tengo con ir controlando como puedo las piernas agarradas que llevo, si me pongo a hacer alguna cosa rara el rampazo me tira de la bici como le está pasando a muchos, de pronto ves uno que se lanza al suelo y empieza a gritar como si le hubieran arrancado un dedo jajaja Da risa pero no da risa. Cuidao, cuidao...
 
Hay una zona faltando dos o tres kilómetros que se va viendo el final del puerto y... parece mentira que se pueda subir, -está muy arriba-. La carretera serpentea y los ciclistas van siguiendo el caminito como pequeños seres asaltando la gran montaña, insignificantes pero numerosos. En estos momentos tan duros me viene el recuerdo y la presencia de mi padre, noto como me sonrie, me abraza y me transmite su energía, hay conexión entre nosotros y es un momento muy emocionante el sentir algo así, desde arriba me está ayudando. Y así entre fuerzas propias y ajenas, físicas y espirituales consigo llegar arriba, no sin antes superar el último y fatídico kilómetro donde están localizados los fotógrafos. Buena foto a 2600 m. Cuando aparco tras soltarme de los pedales, buenoooo, se me agarran los músculos de ambas piernas por lo que me tengo que agarrar a un depósito de agua que había allí para no caerme al suelo, ufff qué dolor, no puedo moverme, en cuanto quiero hacer algo con cualquiera de las piernas zaca! pata de palo uffff, y a esperar. Al cabo de unos minutos consigo dar algunos pasos, encorvado como un anciano, y con un cuidado excelso para no bloquearme de nuevo. -Madre mía, qué mal estoy. Cuando llegan mis compañeros echamos unas fotos en el cartel del Galibier, lo que es de obligado cumplimiento, faltaría más. Bueno, pues aquí me paso otra buena temporada, como en el Glandon, por lo menos 15 minutos. Espero que esto sea un vale para recuperar un poco y darme créditos para lo que queda.
 
Por allí han pasado ya Buytrago, que no ha parado en todo el día ni a mear creo yo, va al tran tran pero sin bajarse de la bici apenas y Rafa Rosagro que baja como un misil y se adelanta. Rafa Aragón y Paco Manzanera son con los que me bajo y hacemos de tirón el descenso hasta el valle de Bourg d'Oisans. La bajada es muy larga, casi 40 kms de bajada a tope, con una temperatura cojonuda, sin pizca de frío y con un poco de viento pero solo al principio. La bajada hasta Lautaret es preciosa y deliciosa, una gozada ir por estos parajes con una bicicleta, es un auténtico lujo poder disfrutar de estas cosas, sensación de vivir desde luego. A partir de Lautaret cambia la carretera y estamos en unos kms de tener que dar pedales aunque las velocidades que llevamos son bastante altas. De esta manera pasamos por La Grave y posteriormente por el Lac du Chambon, el calor va apretando cada vez más y a pesar de ir en bajada nos vamos chocando con bolsas de aire muy caliente, se presume ya el crematorio que va a ser el Alpe d'Huez. Al menos durante el paso por los túneles, tres o cuatro que hay, refrigeramos el motor un poco. Resulta chocante estar tan cerca de la meta mirando el mapa y tan lejos a su vez, hay una diferencia de altitud que nos va a costar un disgusto ya verás....
Durante la bajada le hemos echado el guante a Buytrago y a Rosagro pero al llegar a donde tenemos estacionadas las furgonetas ellos no paran y vuelven a adelantarse. Yo dejo allí manguitos y chaleco y me encomiendo a lo más alto para que me proporcione fuerzas suficientes para tumbar al Alpe d'Huez. Veo a Carmen, que se ha marcado un etapón de más de 3000m al margen de la marcha, y le digo que me desee suerte.... que la necesito. Chau!
En el avituallamiento de Bourg d'Oisans (nueva parada) cargo de nuevo líquido y me pongo a subir el Alpe. Vaya recta de bienvenida que hay aquí, con temperatura de 42º a las cuatro de la tarde.... buff, vaya tela! La velocidad es para echarse a llorar pero el hecho de ir adelantando a gente anima (algo). Voy muerto pero por el camino hay remuertos, recupero posición con Rosagro, luego me encuentro con Manzanera haciendo eses en la carretera, esto es dramático, en cada curva están ocupadas todas las plazas por 'aparcaos' que no pueden continuar. Llevo el indicador de temperatura en rojo y me voy echando mucha agua por la cabeza para enfriar un poco la centralita. Van sucediéndose las curvas, -son muchas 21 y se tarda mucho en descontar- sigo a velocidad de caracol ascendiendo y esperando un trozo de descanso que no llega salvo en las curvas. En la parte positiva contento porque los calambres no habían aparecido y ya estábamos en la curva 12 o así...(cruzando dedos) pero no, la electricidad llegó, llegó,.... Rafa Aragón ha picado una biela y para en el arcén, madre mía, esto es la hostia.... -¿Y Buytrago? ¿dónde está? Hay escabeche del bueno, las cunetas están atestadas de fiambres, piernas en alto, rostros cadavéricos, ritmos de subida casi imposibles por lentos,.... vaya procesión llevamos la mayoría. -Ah no, ahí hay un tío que va bien.... ehhhh pero no lleva dorsal, así cualquiera!!
Con calambres repetidos de nuevo cuando llego a un punto de avituallamiento líquido, a la altura del cementerio de los holandeses (y hoy de españoles también) me paro a recargar y las dos piernas al unísono clack clack se bloquean como si fuera un cierre centralizado -ahhhh, qué dolor! Me quedo allí por lo menos cinco minutos sin poder mover ni las pestañas. Vámonos que si no, no llego. Arranco y pongo el mapa motor en modo híbrido y parriba, ya no paro más, mi padre me llevará hasta arriba. Y así fue, 'a poc a poc' llego hasta la curva Guerini yeahhhh y a la recta de los hoteles,... -vamos vamos,.... y consigo coronar, -habéis oído? CO-RO-NAR jajajaja, qué pasada!!!
Pero, físicamente en lugar de alivio fue peor porque al bajar la tensión muscular llegaron de nuevo dolorosos agarrones que hacían que a malas penas pudiera avanzar, buff, vaya llegada llena de miserias. Todavía peor fue en la recta de meta cuando en lugar de llegar riendo y alzando los brazos llegué con mueca de dolor y sin poder dar pedales apenas,... totalmente destrozado de piernas. Pero escucha, LLEGUÉ.
 
En meta está nuestra reportera particular, la mujer de Ángel, que nos recibe con una gran sonrisa, nos da la enhorabuena y nos hace una foto para el recuerdo. Qué bien! Hemos culminado la tercera Marmotte (mi padre y yo), y ésta, por fin con lucimiento y sin tantas dificultades como las anteriores aunque también hubo, está claro.
 

Mis compañeros han terminado o van a terminar la mayoría y con brillantez. Diego Andreu, es el primero de los globeros como era de esperar, mucha fuerza y mucha experiencia en marchas de este calibre como para sorprenderlo, Mari Carmen y Juan, saliendo más temprano han hecho un carrerón, es increíble y ejemplar la progresión de esta chica en las últimas semanas, Buytrago ha sido el ejemplo de cómo la constancia y el ahorro en paradas te puede aupar muy alto, es más duro que la carne de perro, Paco Manzanera se ha rehecho en el Alpe d'Huez y ha resurgido como Ave Fénix para realizar un último tercio de la subida con mucho empuje después de refrigerar motor en una fuente del camino, Rafa Rosagro se ha fajado como un campeón en un terreno no muy favorable para él pero sabe sufrir como un perro de calle, ha hecho dos marchas en su vida, Amstel y Marmotte, vaya palmarés está haciendose. Rafa Aragón en su ya tercera participación no ha tenido su mejor día y con problemas en lumbares y en un pie ha realizado un desarrollo de la marcha de mucho mérito, Ángel con su rendimiento diesel ha sabido medir perfectamente los esfuerzos para tener la garantía absoluta de éxito, es una máquina. Pedro Arenas con cuatro días que ha entrenado, eso sí, con mucha calidad, ha sido capaz de hacer una marcha de muy alto nivel, es el mejor optimizador de entrenamientos que haya conocido jamás. Óscar Pacheco nos ha dado toda una lección de clase y sabiduría porque no se ha cebado inútilmente y ha llegado con muy buen tiempo a meta, eso cuando pensábamos llamar a los hospitales de la zona a ver en cual estaba jajaja. Óscar Gea hizo equipo con Esmeralda y con Felipe y llegaron hasta lo más alto del Alpe d'Huez cumpliendo un montón de ilusiones y sueños, se merecen los tres lo mejor. Y Nifer, el tío que no pasaba de los 100 kms pues ya ves, además de gastar carretes enteros de fotos ha tenido el empuje y la fuerza de los campeones para también sacar el carné de ciclista en la mejor marcha cicloturista del mundo.
Mención especial para los demás, Javi García, Jose 'joyero', Vicente y Espartaco, protagonistas de la Marmotte durante 160 kms y más de 4000 metros de desnivel (se dice pronto) y que por unas razones u otras se quedaron a 14 kms de la meta, pero qué 14 kms son los que quedaban.... Con los más de 40º de temperatura a las cuatro de la tarde y una subida de 12 kms casi al 10% de media era como para pensárselo y aquí para hacer 'la completa' hay que venir muy preparado y con muchos deberes hechos,... los que hagas siempre son pocos.
El resultado obtenido en mi caso ha sido muy bueno, con tanto calor como hizo el rendimiento cae mucho y hacer nueve horas peladas teniendo en cuenta los importantes problemas de calambres sufridos y que he parado más que el ALSA está muy bien, yo al menos estoy contentísimo, que es lo principal. El puesto obtenido por debajo del 1600 indica que en el recorrido he adelantado al menos a 3000 tíos, que se dice pronto, las sensaciones siempre han sido bastante buenas a pesar de los inconvenientes debidos a los duros calambres ya referidos. Para evitar eso, la próxima vez... habrá que entrenar más!!! 


Todo llega a su fin y en este caso el sueño de la Marmotte se ha cumplido de nuevo, 20 años después. En homenaje a mi padre.
 
 
 
La Marmotte te marca de por vida... ¿te apuntas?




domingo, 5 de junio de 2022

Aitana Tour 2022



Toda historia tiene un comienzo y el de esta fue la correspondencia que tuve con Pedro Arenas por apuntarse en su momento conmigo, sin titubeos, a la Amstel Gold Race cuando se lo propuse. Unas semanas después cuando me dijo que se había apuntado a esta aventura, le eché un vistazo rápido y me inscribí. No me arrepiento en absoluto, ha sido una bonita experiencia.
 
La zona en la que se desarrolla, la Sierra de Aitana, es ideal para la práctica del ciclismo: carreteras buenas, poco tráfico, buen clima, puertos y subidas numerosas y paisajes de mucha belleza. No es de extrañar que muchos equipos ciclistas elijan este sitio para sus entrenamientos. Van der Poel es un habitual de la zona por decir alguien que es muy conocido actualmente. 

Esta marcha tiene que servirnos de preparación para el plato fuerte de 2022, la Marmotte, que es de una exigencia mucho mayor pero 'esto' ha venido bien como piedra de toque para calibrar la evolución de nuestro estado de forma. Por mi parte no me quejo, ha sido positivo el día y me ha dejado muy buenas sensaciones.

En cuanto al viaje y toda la logística aparejada, mejor imposible. Pedro ha hecho que todo fuera fácil, buscando hotel, poniendo el coche, el portabicicletas y sobre todo, el buen humor en cualquier momento del día. Un crack de la intendencia. En nuestro coche venía además José Pardo, el 'juvenil', que con 67 años no está dispuesto de ninguna manera a abandonar este bonito mundo de la bicicleta y por lo que hace y los planes que tiene, le queda cuerda para rato.
 
Como la salida era temprano, a las 8:00, decidimos hacer noche allí y nos hospedamos en Alfaz del Pi, un pueblo a pocos kms de Callosa d'en Sarriá, en un hotel que estaba bastante majo y cómodo. Para cenar fuimos a la pizzería 'For U'. No logro entender muy bien el sentido del nombre pero así era. Hubiera tenido sentido For You, For Us, pero For U... De cualquier forma cenamos muy bien, buenas ensaladas y mejores pizzas. En mi caso además cayó una pinta goooorda. Qué rica!
 
-Venga, a la cama, que mañana se madruga,.. No eran las 5:30 y el 'ratón' de Pedro ya estaba moviéndose para allá y para acá en la habitación, cómo que no lo conozco ya. Al poco bajamos  al comedor para tomar un desayuno algo 'arrebatao' pero bueno, enseguida nos ponemos en marcha para ir con el coche hasta el punto de salida en Callosa.

Aquí es cuando vienen los nervios primero con la cartera de Pedro ¡¡¡extraviada!!! Llamando al hotel, pensando dónde la ha podido dejar, buscando por bolsas,... un 'marrón bueno' pero afortunadamente con final feliz porque de pronto -tachán apareció por una mochila. Buff, menos mal. Luego, el siguiente problema, allí con las bolsas de los compañeros que tenían que venir de Murcia y que se hace la hora y no vienen, y no vienen,...pfff, hasta que por fin, faltando diez minutos aparecieron. Con prisas les damos las bolsas del corredor y demás y llegamos justitos al chupinazo de salida para salir los últimos, bueno casi, porque ya sabéis quienes fueron los últimos últimos.

Salir desde el fondo de la parrilla tiene sus cosas, por un lado hay muchos que van despacio, demasiado despacio, por otro, como vas pasando grupos y grupos de ciclistas te crece el ánimo y eso es bueno. Pero el balance yo creo que es perdedor pues hasta que encuentras el sitio que te corresponde has perdido minutos importantes que será difícil recuperar y has gastado fuerzas que luego echaras en falta.

El Puerto de Cofrentes no tiene una definición clara, es una carretera de montaña con vistas muy majas que va ascendiendo con algún trozo cabrón pero otros de descanso e incluso de bajada. y que llegado un momento se encajona en una cañón muy chulo y finalmente llega arriba después de bastantes kms desde la salida.
 
En el intercambio de posiciones que se va produciendo llega un momento que un tío me empieza a dar conversación, era El Hombre del Pueblo. Empieza a decirme que hay que tener cuidado, que no se me agoten los ahorros, que queda mucho, que él lo conoce bien y que le siga que me irá bien, era como el duende de los cuentos infantiles jajaja. Y le hice caso, y fue totalmente cierto, iba encantado de tener un guía que me marcara el ritmo que había que llevar en todo momento. Lo del hombre del pueblo es porque iba saludando a todo el que se encontraba, conocía a cantidad de ciclistas y a muchos paisanos. Y era gracioso, le decía a algunos, -a pasearse aquí no se viene jajaja. El zamarro éste que además tenía una voz de trueno me llevó en carroza de lujo hasta Tudons y luego, porque se me perdió allí que si no me vuelvo con él hasta meta. Si no me equivoco es Gerardo Paños por el dorsal 596 que se ve en una foto que nos echamos juntos. Olé por él.
 
- ¿Y el tiempo? Perfecto, ni frío ni mucho calor, un poco de viento a ratos y caloret al final del recorrido pero en general estupendo. Los ciclistas íbamos todos con el maillot oficial de la marcha, bastante chulo y que se adaptaba muy bien al cuerpo. Esta situación hacía más fácil identificar a la gente por sus bici, -el de la Giant, el de la Wilier roja, el de la Cannondale, etc,... que por otra cosa.

He cometido una imprudencia y es la de salir con un solo bidón, normalmente no soy de beber mucho y aquí había varios puntos de avituallamiento pero estoy preocupado porque no contaba que el primer stint iba a ser tan largo, llevamos mucha subida y he agotado toda el agua del bidón hmmmm.. Y queda Tudons. Menos mal que este puerto me encantó porque entre otras cosas estaba sombreado. He subido Tudons sobrao con mi gregario favorito, siguiendo la rueda del 'home del poble' muy muy bien, me tomé a rajatabla lo que me dijo en su momento, -tú sube conmigo que yo conozco esto. Dicho y hecho machote!
 


En el Alto de Tudons paro, bebo bastante y cargo el bidón de agua. Como alguna cosucha, me llevo unos frutos secos, un plátano que luego tiré porque estaba muy maduro y tras un breve descanso toca seguir. La bajada está con el asfalto rizado y es de dar pedales porque si no, la bici da sensación de que se para. Por todas estas cosas, es un descenso que cansa un poco. Aquí he cambiado el grupo de Gerardo por mi otro grupo del día, el del chaval de la Willier granate. Cómo bajaba, menudas tumbadas metía, siempre el primero, llevaba dos compañeros que eran capaces de seguirle la rueda pero yo... no, no podía ir con ellos, al menos en  bajadas porque no tengo tanto 'valor' como para meterme así en las curvas. No soy el único, otro chico por allí está como yo o peor porque se ha quedado antes. No pasa nada, en los llanos y en el repecheo conseguimos enlazar con ellos y con ellos vamos bien.
 

Lo que viene a continuación es una zona pestosa y picada a más no poder, de continuos repechos duros y muy duros en ocasiones llegando a la conclusión de que estamos en una marcha de puertos 'fáciles' y entrepuertos 'jodidos'. En el grupo sigue el destacado de la clase que es el chaval de la Willier roja, que se presenta voluntario para romper todos los vientos de la mañana, ¡chapeau por él!

A mitad de recorrido y después de pasar por varios pueblos en cierta manera parecidos: Benifallim, Benilloba, Gorga, Balones, Benimassot llegamos a Fageca donde nos encontramos con la marcha ¡parada! Uff, vamos a ver que pasa, que el mundo de las marchas cicloturistas es uno convulso en estos tiempos. Allí repuse líquidos con tranquilidad, me tome una nueva cápsula de sales para prevenir calambres y la verdad me vino bien esa pausa reparadora.
A continuación bajada muy rápida por zona arbolada y de curveo en principio en la que había muchísimo tráfico de ciclistas por la retención previa y había que ir un poco retenido por el ritmo de los que te precedian y luego ya por carretera más directa y por tanto más rápida en la que la velocidad de crucero se situaba por encima de los 40 km/h en todo momento. Ya estamos cerca de los 100 kms de recorrido y queda el famoso Coll de Rates y... llegar a 'casa'.
 
Una reflexión aquí pensando ahora en la cantidad de curvas que había en el recorrido, curvas de radio constante, muchas de ellas de 180º, con asfalto excelente que dan agarre y proporcionan mucha confianza. En ocasiones pensaba en la famosa frase 'yo enseñé a bajar a Pinot' jajaja porque es increíble la velocidad a la que bajan algunos y a los que, indudablemente, yo no puedo seguir. De todas formas, las lecciones que tomas aquí de MotoGp son de calidad y de provecho.

Pensaba en Coll de Rates como puerto corto pero duro pero no, no resultó ser muy duro. Yo iba muy enchufado, con empuje, empecé con cautela pero luego me fui calentando y dando gas, llegando arriba con sensaciones muy buenas. Las características del puerto me van, con porcentajes suaves que no me ahogan en el pedaleo. Resultó una gozada ver como iba contabilizando damnificados a mi paso, vamos que me hinché de adelantar a gente que es lo que mola jajaja
 
Hago parada en el avituallamiento que está allí y aparte del repostaje de líquidos que vengo haciendo en cada puesto se me van los ojos a los donuts mmmm y me enchufo dos. Buff, me sentaron como Diosss la verdad. Sólo quedaba la 'cuesta de la muerte' como decía un lugareño, un collado que hay que sobrepasar y que tiene una subida de un km apróx. y lo hago con fuerza y con ganas. ¡La fuerza del donut! Después queda un descenso ratonero y la última subida al pueblo de menos de un km que la hago a plato grande, -con dos cojones-, y llegada a meta como un obús y más contento que una pita.

La sensación que he tenido durante todo el recorrido ha sido la de disponer de un poco más de gas en todo momento y no ponerlo en juego por precaución pero probablemente eso ha sido a su vez lo que me ha permitido durante todo el tiempo disponer de ese nivel de potencia óptimo, sin llegar nunca a la zona roja. Puesto 124 de la general aunque los tiempos globales oficiales están adulterados por razón de la parada del grupo a mitad de recorrido pero lo que sí es real es que he adelantado a más de 600 ciclistas, no está mal.

 En la línea de meta al recibir la medalla de pronto el speaker empieza a reclamar a Cardona, -hostias, que soy yo, y levanto la mano en la distancia, -que me buscan, igual me ha tocado algo porque otra cosa no va a ser. Y no, luego era el aviso para Joan Cardona, el campeón olímpico de vela, un menorquín como yo. Aprovechando la ocasión abordo al chaval y me hago una foto con él y le explico que yo también soy menorquín y Cardona y tal y tal. Al poco Haimar Zubeldia que aparece y le asalto igualmente. Le cuento que tengo un hijo que se llama Aimar y que probablemente es el único de Murcia. Y echamos unas risas porque allí por el norte es más normal pero por aquí la verdad que no.

Estoy esperando por allí que llegue el resto de la expedición que hemos formado pero hace un calor de cojones y me voy al bar a tomarme un par de cervezas que me sientan igual no, mejor que los donuts del Coll de Rates, que ya es decir. Esto si que es un recoverý en condiciones.

Poco a poco van llegando: Javilón, Toño, Pardo, José Ángel y 'mi Pedro', que se ha marcado una buena marcha aunque ha sentido el hierro en el último puerto con los calambres que le atacaron. Lo que vale en definitiva es que todos hemos conseguido completar el recorrido, que para la gente de nuestras quintas y condiciones es el objetivo principal.
El año que viene como Aitana se ponga a tiro le disparo de nuevo jeje
 
 

sábado, 9 de abril de 2022

Amstel Gold Race 2022

 

Lo tenía reservado en el fondo del bolsillo y me lo zampé poco antes de llegar, ese gel con una pizca de cafeína para el momento final, para disponer de una chispa especial y disfrutar aún más del mítico Cauberg. Cuando pasas por Valkenburg el público se agolpa a los lados de la carretera animando y el tráfico de ciclistas que asciende la colina es intenso. Sientes que te encuentras en uno de esos escenarios únicos, de leyenda. Y allí estás tú, relamiendo el placer de ese momento, dando gracias a Dios por poder vivir eso, con un cosquilleo interno que te recorre la espalda. ¡Qué emoción! Y con esa fuerza especial que te da todo ese ambiente más la 'chispa' del gel exprimo las piernas sacando todo lo que les queda y superando la parte dura de la subida que cuenta con porcentajes por encima del 12% y sin bajar la intensidad llego a la recta de meta con una velocidad casi de pro. Qué gustazo ver, llegar y atravesar esa línea final que nos esperaba ya dos largos años. Una grande del mundo a nivel de monumento como es la Amstel que me llevaba a casa, la colección continua y esta última pieza es de lo mejor que podía echar a la capaza.

Dos años sí, desde que se complicó todo por culpa del COVID y se canceló la edición de 2020 y posteriormente la de 2021. Por fin, en este 2022 hemos podido venir y cumplir el sueño. La expedición no ha estado exenta de problemas porque se complicó el transporte de las bicis y porque la preparación ha sido ciertamente mala por problemas de espalda y después meteorológicos (No ha llovido tanto en Murcia en millones de años brrr) A mis compañeros de viaje iniciales, Rafa Rosagro y Edwin se unió también Pedro Arenas y los cuatro hemos formado un gran equipo. Ha sido un fin de semana largo estupendo de convivencia y de turismo conociendo un país muy muy interesante como es Holanda.

Hay que empezar todo por mostrar mi mayor agradecimiento hacía los que han sido nuestros anfitriones, Edwin y su mujer Elena. Han tenido en cuenta hasta el más mínimo detalle para que nuestra estancia fuera del máximo agrado y desde luego que lo han conseguido con creces, la deuda con ellos es muy alta porque nos hemos encontrado totalmente arropados y tratados con cariño tanto por Edwin en Limburgo como por los dos, Edwin y Elena, en Eindhoven. Millones de gracias a los dos.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 -¿Amstel o Kwaremont?
 

 
También quería reconocer a mis compañeros de aventuras, Rafa que ya lleva dos años apuntando la AGR y por fin ha conseguido su sueño y Pedro que 'lo fiché' hace menos y que ha disfrutado mucho también de la experiencia. Todos hemos cumplido el objetivo de completar los casi 250 kms de carreteras (por no decir carriles) de la AGR.
Hemos aprovechado muy bien el tiempo gracias a que Edwin nos ha servido como guía inmejorable de la zona y además de conocer Valkenburg y sus alrededores (preciosos sin duda) hemos visitado Maastricht y Eindhoven, dos grandes ciudades de este país tan interesante.
 

Ha sido un viaje hecho a trozos pues constaba de un desplazamiento en avión y dos en furgoneta con movimiento de bicicletas y equipaje. Finalmente llegamos a Valkenburg hospedandonos en un hotel que en términos generales ha estado bien sin más, con un buffet de desayuno bastante bueno, unas habitaciones normales y unas camas... horribles por blandas, un auténtico suplicio para mi maltrecha espalda. Pero bueno, sobreviví como pude. A mitad de camino entre Eindhoven y Valkenburg hicimos una parada para recoger la bici de Edwin, una Wilier soberbia de color granate brillante en una tienda como no he visto otra igual de grande, una pasada. Parecíamos niños en una juguetería.

El día antes de la marcha salimos un rato por los alrededores de Valkenburg, básicamente a probar las bicis, y experimentamos la sensación nunca antes conocida de rodar por carriles bici perfectos de pavimento y en los que se puede rodar con velocidad sin dudas en ningún momento de encontrar obstáculos por delante. Sí es verdad que los coches aquí pasan más cerca y que no se cumple lo del metro y medio pero cierto también que respetan tu zona bici con escrupulosidad y que la velocidad de marcha no es alta cuando te superan. Con lo cual si tú cumples sin salir de tu lugar ellos cumplen con la que les corresponde de no salir de la suya. Respeto mutuo.


Tras la vuelta de reconocimiento nos acercamos a recoger los dorsales al Centro Shimano Experience en el que, además de ver productos Shimano de todo tipo (incluidas las cañas de pescar), disfrutamos viendo las bicicletas de grandes ídolos como Van der Poel (Canyon) Alaphillipe (Specialized) o Van Aert (Cervelo). Nos invitan a una Amstel 0.0 y nos vamos a comer, un lunch, que es lo que se lleva aquí pero ojo, que pides un sándwich y te ponen un triplex con manual de instrucción para poder comérselo de lo grande que es. Por la tarde rumbo a Maastricht para hacer turismo y disfrutar de una gran ciudad histórica. Incluimos en la visita unas cervezas Kwaremont y finalmente una cena italiana que es lo que se estila normalmente antes de una jornada larga de ciclismo como la que nos espera.


Preparamos equipajes y bicicletas para la mañana siguiente y a la cama, no muy temprano la verdad, y a sufrir los males de la baba de colchón que tiene la jodida cama. A mitad de noche muchos ruidos de gente bebida armando jaleo con gritos y risotadas y dando portazos. Parece que sobre las 2:00 cesa ya el follón pero tras levantarme a hacer pis me pega un latigazo la espalda que me deja pasado.... mal se presenta la cosa. Me pongo una buena dosis de Radiosalil y a la cama con extrema precaución. Shhhhh

A las 5:30 suenan los despertadores, Pedro arranca, tiene prisa por desayunar y recoger las cosas. Yo estoy un poco más perezoso pero a las 6:00 estoy en el comedor desayunando y observamos que está cayendo un gran chaparrón, mamma mia! Hemos acertado en salir a las 7:00, al menos nos hemos librado de la primera ducha.
Tras recoger las cosas nos vamos hacia el punto de salida y tras hacernos la foto de rigor cruzamos el arco que registra nuestro paso. El suelo está bastante mojado pero el drenaje de carreteras y carriles bicis es excepcional no generando charcos ni mayores dificultades, si hay que extremar la precaución un poco pero el agarre del piso es bueno y da confianza. La salida la hacemos nosotros solos pero enseguida alcanzamos un grupo que nos lleva a un buen ritmo, los del 061 jeje (En realidad era 6d con un círculo que lo abarcaba pero se veía como 061) Por detrás se va incorporando gente haciendo que en poco tiempo el grupo vaya engordando hasta alcanzar una cifra alta.
Igual que si fuera un videojuego vamos como 'pasando pantallas', un recorrido por el carril bici que adelgaza, engorda, gira en un sentido, se vuelve de pronto hacía atrás, caminando junto a una carretera despejada, cruzando unas vías de ferrocarril, un trozo de pasto, subimos una colina, la bajamos, nos metemos en un bosque, giramos de nuevo hacía atrás,.... como críos, con atención eso sí porque somos bastantes y rodamos en ocasiones por sitios que se estrechan o que se retuercen y vamos rápidos pero jugando con el carril con las bicis, lo dicho, como niños.
 
Hace frío pero yo voy bien, con dos prendas por arriba, maillot largo y chaqueta Windstopper y cullote largo por abajo con cubrebotas por encima de los zapatos, en ocasiones pienso que voy abrigado de más pero en términos generales, en un 90% del tiempo vamos a decir, fui con la equipación adecuada porque la chaqueta me sirvió para repeler la lluvia en las veces que se presentó.

Voy con precaución con la espalda, me tiene que resistir todo el día y esta mañana he tenido un nuevo latigazo, cruzamos Rothen pasando las autovías por abajo y por arriba, siguiendo las indicaciones naranjas del recorrido de 240 kms, luego pasamos por Bunde y por Geulle, poblaciones pequeñas pero terminadas, igual que todo Limburgo, no hay falta de mantenimiento de fachadas, setos, alcantarillado, asfalto, carril bici, recogida de aguas, mobiliario urbano,... nada, todo rematado, listo para entregar. Una maravilla de país, al menos en estas cosas. Por supuesto, no hay papeles, ni botes, ni ningún tipo de basura o suciedad que altere la estampa perfecta de calles y carreteras.
En todo el recorrido, pero en este trozo si cabe más aún, la desorientación es total pues los cambios de dirección son constantes y la atención tiene que estar puesta en la rueda del delante y en el de detrás y en las dificultades propias del carril. Afortunadamente no tienes que preocuparte ni de baches ni de charcos porque sencillamente no los hay, es una cosa que no acabas de creértelo pero es así, no hay. Únicamente cuando se muestra un poco el Sol es cuando te puedes orientar y 'resituarte' en el mapa.

Llegamos los cuatro magníficos al avituallamiento del km.40 y nos lo saltamos, bueno, vale, yo en este tipo de marchas me gusta pararme en todos los puntos pero no es imprescindible ni mucho menos porque llevamos comida de sobra y líquido también puesto que con el frío apenas hemos dado algún pequeño sorbo. Ahora el sentido de la marcha ha tomado rumbo Sur y vamos subiendo colinas suaves con grandes prados verdes en los que se puede ver a los ciclistas en la línea del horizonte en unas bellísimas estampas. Aquí es donde vino el de Microsoft a hacer la foto del salvapantallas de Windows jeje. El viento pega con fuerza del Oeste y hay que repasar las clases de viento para poder gastar las menos fuerzas posibles protegiéndose con algún 'grote man' que tape bastante. Los abanicos aparecen aunque en pequeña medida porque la estrechez de los carriles bici dan para poco arco.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hemos ido los cuatro juntos lo que llevamos de camino aunque nuestro compañero Pedro iba quejándose un rato del fuerte ritmo que imprimían tanto Edwin como Rafa y que le hacía dudar de poder conseguir su empresa de manera que a la altura del segundo avituallamiento se marchan por delante los dos y nosotros nos quedamos a un ritmo menor y paramos en el punto de avituallamiento a disfrutar del menú disponible: galletas y bizcochos diversos, bananas, golosinas y bebidas isotónicas, lo más rico un bizcocho holandes que había con envoltorio morado, riquísimo. Mi dieta del día se basó en estos bizcochos y en bananas básicamente, alguna barrita mía propia del Decathlon, ah si y el gel de cafeína para el Cauberg.
Tras el descanso y zamparme dos bananas salimos a carretera (es un decir) de nuevo y entro con una fuerza bárbara que me hace poner ritmo alto y junto a Ralph 'Bauer' vamos pasando relevos fuertes con intención de cazar a un gran grupo que se ve a lo lejos, pero pasan dos cosas, la primera y más importante que está lejos el grupo y el segundo que Pedro se resiente de nuevo y tenemos que cambiar de registro y dejar que se marche RompeRalph, no merece la pena quemar las naves tan pronto. Luego lo agradeceremos.


En el 90 nuevo avituallamiento, esta vez en versión ciclocross pues hay un barruzal allí importante que para llegar a la 'barra' te pones hasta arriba de 'barro'. Con estas paradas vamos recuperando fuerzas y alimentándonos, pienso que va la cosa bien, estamos planteando el día de forma inteligente. Hemos pasado por Klimmen, el pueblo donde nació Arend VandenBroucke, un bonito sitio.

De nuevo estamos en el epicentro de la marcha, Valkenburg e iniciamos la segunda pasada por el Geulhemmerweg (para acordarse del nombre), una subida de desnivel constante que te aprieta según lo que quieras, al gusto propio. Y cuando llego arriba me doy cuenta que hay un cruce en el que tenemos que ir por la izquierda en esta ocasión mientras que en la primera pasada fue por la derecha. Me paro para esperar a Pedro que se ha rezagado un poco pero... no viene, qué raro pienso, a ver si se ha ido por el sitio equivocado, tarda mucho y entonces lo llamo por teléfono, no estamos para regalar kms así al tuntun... Y de pronto lo veo que llega de abajo, -me ha arreao un calambre! dice uff, pues estamos apañados, queda un mundo por delante. -No sé si abandonar ahora que estamos cerca de Valkenburg. -Ummm, aguanta un poco y vemos como evolucionan esas patas de campeón, siempre estás a tiempo de darte la vuelta, Valkenburg está a un paso. En eso quedamos y seguimos camino, con dudas claro está pero yo animándole a seguir y a terminar que para eso hemos venido.

Bajando la intensidad disfrutamos más, hemos tenido un par de chubascos débiles y tocan otro par un poco más 'fuertecicos', esto hace que Pedro se tenga que poner y quitar el 'preservatorio' (bromas nuestras) un par de veces, yo voy a modelito fijo, no me quito ni me pongo nada, la chaqueta de windstopper está haciendo su función a las mil maravillas abrigando y repeliendo bastante bien el agua que nos cae,.... ¿agua? Espera que estos son copos de nieve, qué pasada jajajaja! Es mejor incluso porque moja menos y le da una épica ya a esto que no veas. Para completar el cuadro de pronto sale un viento que nos azota con violencia durante un rato en plan galerna teniendo que tener mucha precaución entre las casas porque se llevaba la bici de lado. Por fortuna, son arrebatos puntuales de la naturaleza y después nos brindaba una pequeña ración de sol entre nubes que se agradecía. Tiempo cambiante, Clásicas de Primavera, así es como debe ser.
Transitamos por el sur de Holanda y cada vez hay más tráfico de ciclistas, unos vienen a contramano, otros por la izquierda, otros por la derecha, hay momentos en los que hay un 'follaero' de bicis que te pasas, nos estamos juntando los participantes de distintas distancias y el tráfico es cada vez más intenso. En los cruces de carreteras siempre hay voluntarios de la organización que nos dan paso y preferencia, es una maravilla, creo que hemos tenido dos o tres semáforos a lo sumo en todo el recorrido.

¿Y Pedro? ¿Cómo va? Pues ahí lo tenemos, hecho un campeón, a cada km que pasa está mejor y más animado, se le ha pasado la electricidad por completo y dentro de poco está listo para dar 'mordiscos' y todo aunque andamos con precaución porque lo que queremos es llegar a meta y disfrutar de ese momento. Ahora la concentración de cotas va creciendo aunque como no son muy largas, entre una y otra recuperas muscularmente, no es como si te cascas un puerto largo,... aquí sencillamente no los hay.


De vez en cuando veo a algún holandes que me recuerda a Rafa Rosagro, cómo le ha gustado esto, se ha aclimatado a la perfección, es su terreno, es feliz, se ha ido con Edwin, el holandes auténtico a aprender de él y en meta cuando lo vimos tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Llega el Kruisberg! durete ya, si tiene pancarta la subida es que se pega, moraleja. Ya nos vamos acercando al coco de la Amstel y las piernas no dan señales malas aunque no voy forzando, voy a ritmo bailón y en vistas de lo pasado parece que el Keutenberg no vaya a ser muy duro, pero, tachán!!! si lo es... De pronto, tras una curva a izquierdas aparece ante ti un muro duro duro duro, con un montón de gente animando, yasss, hay que atacar con decisión porque si no te descabalga, hay unos zamarros que cantan la canción de Highway to Hell de AC/DC jajaja qué bueno. 

 
Tras una primera parte muy dura luego suaviza pero sólo un poco y tienes que sortear a los que van caminando que son muchos, cuidao cuidao, que no se me pare nadie delante y zas zas zas, dando zapatazos lentamente y aguantando aguantando, se va quedando atrás el infierno. La estrecha pista parte en dos el prado que hay antes de llegar a la población, estacas a un lado y a otro determinan un paraje melancólico teniendo en cuenta el cielo gris que tenemos en este momento. Tras el paso por el pueblo sigue la ascensión para llegar al techo de Limburgo con la misma estampa de estacas a un lado y a otro. Arriba un gran árbol caduco y sin hojas te espera en el horizonte junto a una granja muy grande y girando a la derecha tomamos dirección a Valkenburg de nuevo.




Ya no queda más que el Cauberg, es emocionante el pensarlo. -¿Dónde está ese gel?  Hay una larga bajada en la que nos agolpamos muchos ciclistas formando pelotón, hay cierto peligro en frenadas que se van sucediendo, hay que tener mucha precaución, nunca es momento de percances pero ahora menos. Mil ojos. Y Pedro conmigo, estoy supercontento de que así sea, estamos consiguiendo llevar las bicis hasta la meta, más de 240 kms. Increíble pero todavía hay que rematar la última montaña.

El paso por Valkenburg es una fiesta, parece que fuéramos pros, somos muchos ciclistas, 16.000 según la organización,... Caubeeerg, allá voy, me acuerdo de Valverde, se le da bien esta subida, la rampa se va empinando y durante un rato es duro el avance. Un holandés me pide paso por la izquierda y me aparto, me gusta su estilo y me propongo seguirle, a ver si le aguanto. Aprieta, aprieta y yo también, los dientes y las piernas. Me va bien porque va diciendo cosas (aparta, cuidado, izquierda,...) que entienden los que nos van 'estorbando' por delante. Y así, a tope sin soltar la manija en ningún momento llegamos a la recta de meta que ya no está en cuesta. Al fondo está la pancarta luminosa de la meta, vamos a tope, 40/50 km/h, es un éxtasis, un placer máximo el que siento al llegar. Me freno un poco para sacar alguna foto de la meta. He conseguido otro gran desafío internacional, estoy más contento que una pita!

Tras cruzar la meta me encuentro con mi gregario en el Cauberg, el holandes anónimo vociferante, y nos felicitamos mutuamente, vaya una locomotora está hecho. Espero a Pedro y le saco algunas fotos cruzando la meta. Cuando llega hasta donde estoy nos damos un abrazo. ¡Objetivo cumplido! La Amstel Gold Race ya la tenemos en la capaza.

Tras unos momentos de intensa alegría y emoción con Pedro -qué tío, cómo ha aguantado 150 kms más después de los calambres- vamos buscando a nuestros líderes por la zona de prensa, Rafa y Edwin. Y allí están, ateridos de frío pero con sonrisas amplias, sobre todo la de Rafa, que además de eso tiene los ojos encendidos de felicidad, ha hecho de la Amstel su primera marcha cicloturista jajaja, qué tio! cómo empieza a escribir su palmarés.
Nos felicitamos y nos hacemos la foto de recuerdo. Un bonito e inolvidable recuerdo sin duda.
 
Lo que queda de crónica está reservado para Edwin y Elena que nos acogieron en su hermosa casa y nos ofrecieron una cena digna de emperadores. Qué cosas tan ricas nos preparó Elena. Al día siguiente otro desayuno de reyes para el cuerpo y visita a Eindhoven en la que recorrimos sus bonitas calles hasta que se hizo la hora de irnos al aeropuerto acompañados de Edwin. Un viaje en definitiva extraordinario del que nunca podremos agradecer lo suficiente a estas grandes personas que son Edwin y Elena. Un beso para Rebeca, la niña preciosa que tienen.

Ya tengo pensada la siguiente....😉