Crónica VII
Marcha El Pistón. 7 de Octubre de 2001
Debido a mi corta historia de ciclista
"marchero" todavía no conocía esta bonita cicloturista. Es una de las grandes de
Murcia y aunque no estaba en plenitud de facultades tenía muchas ganas de hacerla por lo que el Domingo
madrugué y me presenté en la línea de salida una vez hecha la inscripción.
Con un retraso de unos 25 minutos (no sabíamos la razón en ese momento) comenzó la prueba.
El principio eran unos kms de marcha neutralizada en los que se puso un ritmo
infernal. Joer, que íbamos a 45 km/h y los kms pasaban y
se seguía al mismo ritmo. Yo esperaba con desazón que llegara el tramo de ritmo libre para ser un
ciclista libre de verdad, iba con el gancho en la boca. El caso es que pasaron
unos kms más y siendo el terreno llano y soplando un
poco de viento en contra de pronto se tranquilizó el pelotón (nadie quería hacer el trabajo sucio) para fortuna de muchos como
yo que estábamos sin aliento con más de 130 kms por delante.
Hasta llegar a Librilla todo consistía en mantenerse con comodidad dentro del grupo y
esquivar los problemas normales de la carretera: piedras pincharuedas, baches traicioneros,
frenazos súbitos y algún animal muerto como ese gato que estuve a punto de comerme por ir despistado.
El grupo hasta ese momento era compacto y solo se había producido una escapada de la que se estaba mofando
todo el mundo por prematura y disparatada. En esos momentos me encontraba
situado en posiciones de vanguardia, cosa muy rara en mí pero que me hacía ilusión por una vez en mi vida. Disfrutaba de
los últimos momentos ahí porque enseguida llegaba el Alto de la Cola del
Caballo, una subida de unos 4 kms con descansos y con alguna rampa dura. En ese
terreno se muy bien que no puedo ya aguantar más en cabeza. Es lógico, los buenos por aquí pasan como 10 o 12 km/h más rápidos que yo,
por lo menos.
Voy subiendo a marcheta y como suele pasar siempre nos
vamos reuniendo los de un nivel más o menos parejo: unos que recuperan y van remontando, otro que han
reventado y van retrocediendo y así. Al final de la subida ya teníamos un grupo majo. Lo ideal para realizar el terreno "sucio"
que venía por delante, unos falsos llanos en los
que sopla el viento de través y en los
que yendo sólo puedes desesperarte. El grupo estaba
formado por unas 20 unidades y las distancias con otros grupos eran ya muy
considerables.
Al parar en el avituallamiento líquido y debido a que se ve que soy lento al recargar bidones me quedo sólo aunque no me preocupa porque a partir de ahora viene la montaña de verdad y ahí mi táctica está muy clara, no obsesionarme con ruedas ni historias. Yo voy con mi velocidad de crucero y que me siga o que adelante quien quiera, sin disciplinas.
Al parar en el avituallamiento líquido y debido a que se ve que soy lento al recargar bidones me quedo sólo aunque no me preocupa porque a partir de ahora viene la montaña de verdad y ahí mi táctica está muy clara, no obsesionarme con ruedas ni historias. Yo voy con mi velocidad de crucero y que me siga o que adelante quien quiera, sin disciplinas.
Son muchos kms de subida y hay que armarse de paciencia. Las rampas iniciales
de las Cuestas del Marqués son duras y meto la reductora (plato
30) y con una buena cadencia encadeno km
tras km sin atrancarme y con relativo resuello. La verdad no entiendo todavía porque no hay más gente que pone tres platos con lo cómodo que resulta en este tipo de situaciones.
La subida es muy bonita, yo la tengo muy trillada pero
no me canso de admirar su belleza. Se pasa por una zona de curvas reviradas en
las que vas viendo a los de arriba y a los de abajo. Luego, pasado el cruce del
Berro hay un descanso con una bajada en la que tengo un incidente con el que me
sigue que me recrimina que haya frenado. Yo le indico en primer lugar que ha
frenado el de delante y que ¡qué carajo!, que yo freno lo que considero conveniente en
cada momento y situación y que él tiene que adecuarse a lo que venga por ir detrás. :o(
Pasamos por la zona recreativa de Leiva, y poco más tarde por la de La Perdiz. En esta zona se
encuentran unas curvas de bastante inclinación donde la gente madura bastante. Todavía queda una última zona de subida: las curvas del
Perdigón y la Casa Rosa. Este tramo de unos cinco
kms es el último para culminar en Collado Bermejo.
Voy pasando a gente e intento animarla. Conocer el terreno es muy importante en
estas condiciones y voy informándoles de lo
que les queda por delante y que no se asusten, que el último km es prácticamente llano y bla, bla, bla...
Por fin llego a Collado Bermejo. Aunque ya me he
trincado la dificultad principal no es momento de cantar victoria porque queda
mucho terreno por delante. La bajada por esta parte es vertiginosa y tiene unas
cuantas curvas de cuidado por lo que extremo las precauciones. La carretera en
la parte final es muy botosa por las raíces de los pinos que la bordean y los brazos se cansan mucho. Al final
de la bajada paro en el avituallamiento sólido a descansar un ratito.
Hay unos bocatas de jamón para chuparse los dedos de modo que mi menú se va a conformar con: cuatro High Effort de esos de
Hero para preparar el estómago, un bocata de jamón con una Coca Cola, un par de trozos de fruta y una
barrita de choco de postre. Que bueno comer cuando hay hambre. Después de cargar bidones y coger frutos secos prosigo el
camino.
Como no he tenido precaución no he podido coger ningún grupo pero creo que mejor solo que mal acompañado. Durante unos 7/8 kms voy a mi marcha feliz y
contento (Gracias al bocata de jamón, está claro) hasta que doy alcance a cuatro y a
la vez me dan alcance a mí otros tres. Estos tres jumillanos nos
pusieron el corazón en la boca enfilándonos de una manera maléfica. En un repecho concreto no puedo más y me quedo. Otro más cede y el
grupo principal se va como el tren visto desde la estación. -Adioooos, hasta nuncaaaa. Bah, me da igual, ahora
llega un terreno de bajada bastante largo y aprovecho para descansar, en vez de
circular a 50 km/h
pues me conformo con ir a 40
km/h .
De pronto viene una sorpresa de las que vendrán muchas más. En un cruce, por mi izquierda se acerca un grupo de unas 10 unidades.
Lo primero que pienso es que hay otra marcha y coincidimos en algún punto del recorrido pero veo que llevan dorsales
como el mío con lo que se deduce que hemos llegado
por caminos distintos. Efectivamente, ellos llevaban como 10/12 kms más y a nosotros nos habían atajado miembros de la organización por otra carretera. ¿Qué pasa? De momento no se entiende nada.
Lógicamente,
gente que me ha sacado 10/12 kms tienen que ser ciclistas más fuertes que yo y vaya que si lo son. En un terreno
que sigue siendo de bajada y que no hay repechos demasiado largos soy capaz de
aguantar rueda con el grupo pero a malas penas y cada vez me duelen más las piernas. Es una sensación muy desagradable y lo tengo claro, pienso
sacrificarme circulando con ellos hasta llegar a Pliego, momento en
el cual me retiraré y volveré a mi rollo. En mi último km
dentro del grupo de pronto, en un esfuerzo, tengo un amago de calambre y tengo
que abrirme de golpe y dejar que pasen. Otro "tren" que se marcha.
Los de hoy son de alta velocidad todos, demasiado para mí.
En Pliego se inicia el último puerto del día y lo hago arrastrándome, esa es la verdad aunque no se que pasa que los
participantes parece que se hubieran perdido. Apenas aparece nadie por detrás. Poco a poco y a muy baja velocidad corono y me encuentro con
un participante que está como yo, sufriendo amagos de calambres
por lo que decidimos hacernos compañía mutua hasta llegar a Puebla de Soto.
En la línea de meta hay un ambiente mustio, nadie nos toma tiempos ni dorsales ??.
Vamos hasta la zona donde están miembros de
la organización y empezamos a enterarnos de lo que ha
ocurrido.
La historia es la siguiente: La comandancia de la
G.Civil envió para el control del tráfico en la prueba a una pareja de guardias. Uno de
ellos ignoraba lo que era una marcha de ritmo libre y desde el principio se
puso "cabezón" diciendo que tenía que ir la gente agrupada. Continuamente
pedía a la organización que se hiciera un reagrupamiento. "-Que paró la carrera ¿eh?". La organización aguantó lo indecible por lo visto hasta que la tensión llegó a un grado
que no se pudo soportar cuando la G.Civil efectivamente paró la cabeza de carrera. En ese momento el control de
tiempos ya se fue al garete y se pensó en la posibilidad de reagrupar el mayor número de posible de participantes y volver por donde fuera más cómodo y rápido pero en esto que los guardias en un momento dado
desaparecen. El desconcierto fue mayúsculo y la llamada a la comandancia inmediata pidiendo explicaciones.
Puestos al habla con el responsable y dado que todos los papeles de
autorizaciones estaban correctos se repuso a la pareja de la G.Civil (con el consiguiente
rapapolvos de su jefe imagino) pero ya el daño estaba hecho. El caos casi se apoderó de todo y mientras unos acortábamos el recorrido (por indicación de voluntarios siempre) por un punto, otros lo hacían por otro, muchos cogieron el autobús escoba, otros dieron media vuelta,... un desastre.
Era entre chistoso y esperpéntico, aparecían ciclistas por doquier y sinceramente mucha gente
que venía de fuera se fue con muy mala impresión de la marcha. Ya veremos en próximos años las consecuencias de esta negligencia por parte del guardia en cuestión. Es una verdadera lastima.
Para mí, la
experiencia fue positiva a pesar de todo ya que no me quita el sueño el hacer este tiempo o el otro y la marcha en
esencia me gusto y a falta de esos 10/12 kms la hice completa. Los
avituallamientos fueron correctos, bien dotados y en buena situación. Los carteles indicativos eran claros y no prestaban
a confusión en ningún momento. Faltó eso sí, indicación de curvas peligrosas aunque supongo que
no pudieron reclutar a los suficientes voluntarios. El recorrido está muy bien equilibrado con lo más duro en la primera mitad (como a mí me gusta) y una segunda parte muy buena para los
culogordos cañeros que quieran mejorar la media metiendo
toda la tuerca. No es mi caso.
Creo que hay que comprender que el desastre fue por
acontecimientos totalmente ajenos a la organización y no se puede culpar a nadie más que al "verdeman" de los hechos ocurridos. Hay que dar animo
a los gestores por un lado para que empiecen a trabajar con ilusión para la VIII edición y a los participantes por otro para que otorguen un voto de confianza
a los desconsolados organizadores y que el próximo año nos veamos de nuevo por este bonito
recorrido por la geografía murciana.
Al final hice 146 kms (10 menos de lo oficial) en un
tiempo de 5h.18m. a una media de 27.5 km/h que podría haber significado una medalla de plata en mi categoría, si no hubiera habido irregularidades.
Hasta el próximo año, espero.
Nota: Esta Marcha no volvió a realizarse nunca más.