martes, 21 de junio de 2016

III Sabina Albar Bike. 2016.



Como no esperaba de otra manera, el pasado 19 de Junio de 2016, viví una bonita experiencia en la III Marcha Sabina Albar Bike, que discurre por Tierras Altas de Murcia, en los alrededores de la pedanía de El Sabinar, en el término municipal de Moratalla. Es un placer inmenso compartir este día con las gentes del lugar que te acompañan y te alientan como si uno más de la familia fueras y también con los muchos amigos que tienen el mismo gusto que yo por apuntar esta marcha en el calendario como imprescindible.

Es la marcha referencia de varios miembros de mi grupo habitual de salidas MTB. No hay que olvidar que Román, hijo ilustre ya de El Sabinar por adopción, es uno de los creadores, gestores, organizadores,... de esta marcha cicloturista. Al ser una referencia tan clara, todo el enfoque de la preparación anual se centra lo máximo posible para esta fecha. Y doy fe que tanto Román como Ángel, sobre todo, han ido muy preparados y concienciados para afrontar con fuerza y valentía los cerca de 50 kms duros y quebrados de este recorrido. 
Campo de San Juan

En mi caso particular, después de cumplir mi gran objetivo del año que eran Los 10.000 del Soplao, me inundó una apatía total. Posteriormente, por esa apatía o debilidad o por lo que sea, una bronquitis me dejó muy tocado durante las siguientes semanas. En dicho intervalo, he realizado únicamente cinco salidas con un kilometraje total de apenas 200 kms, pobre entrenamiento de cara a una prueba corta pero exigente, dura e intensa como esta. -.Estaba más quemao que la pipa'un indio.- 

Campo de San Juan
Para acentuar esa preocupación todavía más, hace justo una semana, al hacer el reconocimiento previo de la marcha con mi grupeta habitual, sufrí como pocas veces lo había hecho, mal, mal, tirando de la bici como si fuera de plomo, sin explosividad, ni energía, ni fondo,... Muy mal. Con estas premisas, las pretensiones con respecto a tiempos, puestos y demás, quedaban soslayados totalmente. 3:30 es lo que dije cuando me preguntaron por el tiempo que esperaba hacer, una mezcla de optimismo por un lado y prudencia por otro. Tiempo a medias aguas. 
La tarde previa a a marcha, el Sábado, ya recuperado totalmente por fin de la jodida bronquitis, cogí la bici y me fui a la montaña... A ver qué pasaba. Quizás era una temeridad la tarde anterior hacer lo que hice pero necesitaba saber. Y me subí al Relojero, subida clásica en Murcia. Y me sirvió, me sirvió bastante. Por un lado, para despertar un poco las piernas, 'anestesiadas' ya muchos días y por otro para ofrecerme la esperanza de hacer una marcha mejor de lo previsto. Y..... Sorpresa, ¡Estaban bastante bien las piernas!

De todas maneras, aunque las piernas fueran mejor, el entrenamiento no existía, 200 kms en un mes sshhhhh, así que una vez en El Sabinar, evité salir en posiciones delanteras para de esta manera quitarme una capa de presión e intentar ir de menos a más para encontrar las buenas sensaciones a medida que avanzara la jornada y no explotar como una chicharra nada más salir. 

El ambiente en el pueblo era increíble, mejor que el año pasado incluso, la gente de la pedanía junto con parientes y familiares que acompañan a los cicistas reflejan en sus rostros alegría e ilusión como si de niños en una fería se tratara. Los ciclistas, a su vez, con tanto color en sus vestimentas, cascos y bicicletas, aportan mucha viveza al entorno que normalmente es mucho más sobrio y como más en blanco y negro. El resto lo hacen las carpas de la organización, el arco de meta, la música que reina en el punto de salida de la prueba. -.Espectáculo puro en El Sabinar.- 

La Cabra al ataque
Encuentro a Paquito y a Antonio Morte, con los que viví hace pocas fechas momentos imborrables e intensos en El Soplao y tras unas fotos, me voy con ellos a la salida. Charlamos hasta que llega la hora y cuando pasamos el arco de salida empieza aquello. Ellos, Paquito y su grupeta, van a hacer el recorrido con mucha calma, y yo sin calma y sin prisa ??? -¿Quién entiende eso?
En línea de salida


Enseguida de lo que me doy cuenta, es de que tengo buenas piernas. -Bien! Después, también me doy cuenta de por donde van los galgos. -Mamma mia!  Allá por el horizonte. Y a continuación soy consciente de lo difícil que es adelantar en este camino sin tacharme yo mismo de insensato. Uff! Con tanta gente, se coloca uno en la parte derecha, otro en la parte izquierda.... Y ya no pasas. Jeje, bueno, a alguno si consigo pasar, pero con mucha dificultad. En Lorca, en los 100 y pico esto no pasaba, al ser pista ancha y sin roderas, canaletas, piedras, el adelantamiento era fácil, aquí no.

Tras unos kms iniciales de caravana de amigos, ya viene siendo más fácil adelantar y poco a poco voy progresando. Eso hasta llegar al pescozón, según vocabulario de Arusa y Cia, en el que se vuelve a formar un poco de tapón. Si miras el Flibys, el invento éste de Strava, te das cuenta que a estas alturas, gente como Román, Arusa, etc,... ya van a un mundo de distancia. -Bye bye

Tras pasar las zonas ratoneras y cruzar el río, mojarte los pies, sufrir otro de los 'pescozones', llega el HC (Hors Category) de la jornada, Cantalar. Qué bien va conocer las subidas. La hice muy bien, con ritmo, con calma, sin sufrir mucho, con buenas sensaciones, alcanzando a gente, que siempre anima, así hasta llegar al Avituallamiento líquido donde al parar a recargar agua, y ofrecer el bidón, me daban vasitos de agua! Pffff, -Dame una botella pijo!  y donde 'perdi' bastante tiempo, -¿bastante? - Hombre sí, dos o tres minutos (jajaja) No se si por el tiempo perdido, o por el descanso ganado, la última parte de la subida la hice a full-gas, con unas sensaciones buenísimas. - Yihaaa 

En el Alto había un avituallamiento sólido, y como iba sin alimento, paré a zamparme unos trozos de plátano. Me sentaron como Dios, esa es la verdad. No se si por el azúcar o por el potasio o por qué, pero el caso es que hice una bajada muy tranquila. Sin excesos de velocidad, con seguridad y con confianza. Iba muy contento de como iban las cosas. No era cuestión de estropearlas. -Vamos Bien.

Llegando a La Rogativa, alcancé a Ubaldo y le sobrepasé. Este hecho me hizo crecerme un poco más porque sé que es un tío fuerte, que en El Soplao hizo una gran marcha. A estas alturas de 'carrera' ya había alcanzado a unos cuantos amigos. Estaba progresando, como era en principio el plan. Como decía el del equipo A, -me encanta que salgan los planes

En La Ermita de la Rogativa había un punto de control donde se tomaban tiempos de paso. Hasta aquí las sensaciones eran buenas, eran de ir progresando, eran de ir con resistencia, con energía, con control, etc,... Pero todo esto podía ser subjetivo, desde mi punto de vista. Pero lo que sí era totalmente cierto, y con los datos en la mano de la clasificación oficial, es que en la segunda parte solo uno me sobrepasó hasta la llegada a meta. Y sé quien es: Alceño, ese tipo que me pasó y al que no podía alcanzar y que cada vez lo veía más pequeño a lo lejos. -Qué cabrón el Alceño. Jeje

Hice los senderos muy bien, con calma, sin sustos, con seguridad, sin bajarme de la bici. Lo único, en el paso profundo del río, que lo pasé a pie pero fue porque el que llevaba delante se paró y a bici parada no me atreví a meterme no fuera a ser que me tocara baño y espectáculo posterior. Y allí estaba María Dolores con la escopeta cargada disparando fotos si parar jajaja. -Calla, calla, hoy en día, con las redes sociales, te haces famoso hasta en Corea. 
Paso del baño...

Hubo un rato que tuve un poco de bajón, es cierto, cuando tocó subir la mortifera subida esa del mil por ciento, Diosss, qué suplicio. Pero bueno, una vez pasado, recuperé de nuevo el tono y continué más o menos bien, ya un poco más castigado y más hastiado eso sí pero bueno, como todo el mundo supongo. A estas alturas de marcha, los continuos repechones aparecen por donde menos te lo esperas y es un continuo castigo que se repite una y otra vez. Luego, a lo mejor no subes muchos metros acumulados pero chico, las piernas te las va, minando no, fulminando que es peor.

3:30. Miro el reloj y veo que sí, que para rebajar ese tiempo estoy. Me encuentro durante bastantes minutos solo, sin nadie por delante ni por detrás. Qué gusto, pasar por las zonas de nogales de la rambla de Arroyo Blanco con el fresquito rico que corría y que aliviaba lo que iba picando el sol ya a esas horas. Estaba disfrutando mucho.

Al acercarme a la última subida, la de la cantera, veo a lo lejos un ciclista y me exijo un poco más, no vaya a ser que yendo solo me esté relajando más de lo normal jeje, así que voy en caza y captura hasta que tengo a tiro a la pieza que sigo y tras un cambio de registro colocando el plato grande le doy alcance. Y luego me 'liquido' a dos más. Toma! Ya no queda más que lanzarse a la línea de meta, con buen regusto. 

3:16 es el tiempo que marca el reloj. Entro entero, feliz, contento y satisfecho. He realizado una de las mejores marchas de mi vida, no quizás por tiempos, pero si por sensaciones, por lo entero que he acabado y por lo que he disfrutado del recorrido. Sin duda alguna, gracias a la belleza del sitio.

Encuentro a algunos amigos que han llegado ya hace un rato haciendo unos muy meritorios registros al alcance de pocos. Mi puesto final, según reza en la clasificación es el 110, octavo en mi categoría de 'alevines', con lo que no puedo estar más que satisfecho por el rendimiento tan 'alto' después de la 'perrera' que había tenido las semanas previas.

Tras departir animádamente con los amigos, hacer algunas fotos, recoger el jamón, homenajear a Román por su subida al podio, toca ducha y macarrones. Este año los macarrones a la leña mejores que el año pasado, y eso es mucho decir, no creáis. En el pabellón, duchados, limpios y frescos, pasamos un ratico muy bueno charlando sobre los pormenores de unos y de otros durante la jornada y haciendo de la convivencia una segunda experiencia, tan buena o más que la que hace que nos unamos, el ciclismo.

Hay que ver la cantidad de amigos nuevos que he echado en estos dos últimos años de rentrée en el pelotón ciclista: Javi, Ángel, Román, Antonio, Paquito, Shylock, Joaquín, Enrique, David, Kalan, José María, Carmen, Gabi, Capi, Pablo,... y que se encontraban aquí en El Sabinar. Con todos ellos es mucho más divertido el ciclismo.

Para terminar, agradecer a todos los voluntarios y colaboradores de esta magnifica marcha, la Sabina Albar Bike que hacen que te sientas cómodo y a gusto en todo momento desde la recogida de dorsales hasta la degustación de los macarrones a la leña pasando por el marcado adecuado del recorrido con indicación precisa de los puntos peligrosos y la posición de los puntos de avituallamientos correctos para el buen desarrollo de la marcha. Con todo consiguen que, pese a la dureza del trazado, te entren ganas de volver de nuevo el año siguiente, así que...

El año que viene más.