sábado, 15 de septiembre de 2018

Titan de la Mancha


Uno a veces quiere engañarse a sí mismo para hacer algunas cosas, sin querer prestar mucha atención a los detalles y dejándose llevar por las sensaciones primeras que le sugiere algo. Esto me pasó con la Titán de la Mancha, que no quise saber mucho cómo era y me dejé llevar por la fantasía, La Mancha, los molinos, salida de noche,... Eran cosas que me atraían. Así que, solo me faltó enterarme de que había una expedición de varios grandes amigos para apuntarme a la aventura. Eso sí, no quería comprometerme demasiado con su organización por si acaso tenía una recaída de mi espalda o algo parecido que me torciera los planes. Así que yo, a mi aire, con mi reserva, mi coche y mi todo. Así no cabía nada para malosentendidos con nadie. ¿O quizás incluso así también...?
Tenía que gestionar de alguna forma especial la preparación pues en Agosto está el veraneo y yo desconecto totalmente de la bicicleta. Este año íbamos a Francia por quince días y esos eran jornadas en blanco de cara a la preparación. Lo que hice fue apretar en el kilometraje durante el mes de Julio con el objeto de alcanzar una buena meseta de forma física y luego, tras el descanso vacacional, intentar aprovechar el trabajo de Julio para ponerme a punto pero ya sin pasarme. Al final, yo creo que lo hice bien y llegué en condiciones a la cita del 15 de Septiembre.

Un susto sí que hubo de última hora y fue el Sábado 8 de Septiembre en el que programamos una salida de montaña un día de amenaza de tormenta y nos fuimos salvando hasta el momento en el que cogimos la pista de Mosa Trajectum, cuatro gotas fueron las justas y necesarias para convertir los caminos en un infierno debido a que la tierra se pegaba a las ruedas como si fuera cemento cola, y no solo eso, sino que se pegaban las piedras, todo se hacía un conglomerado que no permitía que las ruedas se movieran pero es que no bastaba con ir a pie empujando la bici porque, como digo, las ruedas no se movian, en fin, aquello durante bastante tiempo fue un auténtico suplicio y si logramos salir de allí fue por el esfuerzo muy importante que hicimos cargando las bicis y porque al cabo de un tiempo apretó la lluvia y eso, curiosamente, nos benefició pues la masa de barro se hizo más líquida y no se pegaba de forma tan fuerte. Como digo, una odisea y mi espalda se resintió de aquello, durante un par de días descansé de todo y por fortuna todo quedó en un susto y pude estar en buenas condiciones el Sábado siguiente.

El viaje de ida la vispera lo hice un poco tarde por circunstancias familiares que tuvimos pero aún así llegué a tiempo de recoger el dorsal el Viernes. Parece que está cerca pero desde Murcia son 300 kms que hay que hacerlos.
Tras la recogida de dorsal y los saludos con los amigos en la Plaza Mayor de Álcazar de San Juan, me retiro a mi alojamiento en Pedro Muñoz, un pueblo a 30 kms de alli. El hospedaje resulta ser en una finca de las afueras. Está bien, un sitio muy tranquilo y el apartamente estaba genial.

Para cenar me zampo unos macarrones que me había llevado desde Murcia y como tenía microondas los calenté y riquísimos. Para beber cerveza bien fria que no me quite el sueño. Las horas de descanso van a ser pocas y hay que aprovechar.

Duermo bien aunque me despierto una hora antes de la hora del despertador, al final he dormido como 3 horas y algo mmmmm, bueno. Recojo todo (menos lo que se me olvida jajaja) y me voy a Álcazar. Por el camino encuentro a algunos participantes que se acercan con sus furgonetas y coches. Parece mentira que pronto arranquemos una marcha ciclista.
No tengo ningun contratiempo en el aparcamiento ni en la preparación de la bici y el 'equipaje'. Me acerco a línea de meta y soy el primero en aparecer, al poco llega Edu y luego el resto de la expedición. Estamos todos con tiempo suficiente para hacernos fotos y tal. El tiempo es magnífico, ni frío ni calor y se prevé que yendo de corto riguroso no habrá problemas. Perfecto.


Estando en línea de salida siempre me pasa lo mismo, me impresiona ver la gente que se mueve, las bicicletas que llevan, el aspecto pro de sus indumentarias, los cascos, gafas, etc,... Me miro a mí mismo y me siento mucho más aficionadillo, lo que más me pinta así es la mochila tipo Camino de Santiago que es como las que se llevan los crios al Terra Mitica y cosas de esas pero ahí es donde llevo las barritas de pan de trigo con jamón de cerdo jajaja
Lo que si es cierto es que llevo demasiada carga, me he 'pasao' bastante. Lo que pienso también es que como estará el equipo de apoyo, de las chicas de mis compañeros, en un momento dado suelto lastre, como así fue.

La temperatura es ideal, un fresquito rico para la hora que es pero que invita a una equipación rigurosa de verano. El único extra digamos que llevo es el pañuelo-braga que no hizo falta porque al haber caído un poco de agua no había polvo en las pistas.

Bueno, pues se lanza la salida y enseguida Arusa comenta algo que le ha fallado, ni por un casual pensamos en que sería algo más allá de una salida de cadena con solución rápida, el asunto es que sí parece que fue un 'chupado de cadena' que le hizo estar un tiempo hasta que se solucionó, el tiempo justo para que la peña desapareciera. Yo iba rodando con Edu, Muñoz y Antonio CSano, a oscuras totalmente, con la iluminación de nuestros faros y con cuidado de no tropezar en alguna trampa del camino. La tendencia es subir y Edu se marcha por delante al llevar un ritmo más alto que el del resto. Antonio parece que se descuelga y yo intento seguir a Muñoz pues parece que tiene un ritmo que no me ahoga en exceso y por el contrario me arrastra bien hacía adelante.
Llegamos al punto donde cambiaremos rumbo, de Este a Oeste y justamente pasamos por los Molinos en plena noche. La iluminación que tienen hacen de ellos un sitio mágico por donde transitar, aquí hay una legión de fotógrafos intentando captar imágenes que les sirvan para lucir sus habilidades. Yo sigo con Muñoz y Antonio dice que suelta definitivamente pues está resfriado.
Lo que viene a continuación es un frenesí de Antonio Muñoz devorando victimas que va recogiendo merced al ritmo alto que impone en los llanos y en la bajada a Álcazar de San Juan; son numerosos los ciclistas adelantados y el tío no se conforma, cuando llegamos a un grupo grande porque nada más alcanzarlos, baja una corona y sigue tirando dejando atrás hasta al 'Pipante' jajaja, yo sigo con él pero ya sé que no va a ser por mucho tiempo. Por si fuera poco la locura del Muñoz, nos juntamos con otro que tira como si le fuera la vida en ello y vamos atrapando gente por unas lagunas hasta que pillamos a... Edu!  Uff, le comento que no me queda mucho y que vamos a hacernos una foto pues voy a pegar un tirón 'patrás'. Llevamos media de 27 Km/h y vamos todo el tiempo por tierra, casi ná....

Pronto viene otra subida a unos molinos, una constante en el día, y se me pega bastante, alejándose Edu de mí, en la bajada primer encuentro con las chicas de apoyo y veo la posibilidad de quitarme el foco y con ello un poco de peso. La mochila me sigue 'cargando' bastante pero llevo las barritas JS que son la clave del día como se verá después.

A continuación vienen cuestas tendidas que las voy soportando bien, no me queman y puedo aguantar bastantes kms así pero pero, de pronto, viene un muro crudo y presente, se deja ver en toda su extensión y da cague, le llaman El Reventón, y el que le puso el nombre acertó porque te exprime al máximo y al final llega el reventón que se puede oir hasta en Sebastopol, pendientes constantes del 16-17% que no cesan, la cuesta parece que nunca va a terminarse porque la velocidad de subida roza el ridículo, a esa velocidad en la que se te para el GPS porque no merece la pena contar de lo despacio que se va, 5 o 6 Km/h ufff, cuando consigo llegar arriba me paro y observo la brutalidad de la subida. Bueno, una bicha menos, seguimos adelante.




En la bajada siguiente voy seco de fuerzas y con las 'piennas' ya tocadas, sensaciones raras, me ha sentado mal el Reventón, llega una carretera y es cuando hay que pasar por los agujeros del paso de las aguas, muy bajo y estrecho, lo que me obliga por mis problemas de espalda a adoptar posturas un poco raras y con ello zaaaas, llega un tironaco gordo en una pierna, mechachis! ¿Y qué hago?, allí estoy como un gusano metido, intento recuperar un poco el tirón y con muchas precauciones y lentamente consigo por fin salir de aquel agujero de mier... -Tendría que haber pasado por encima, soy gilipollas. Bueno, el caso es que a la salida está de nuevo el equipo de apoyo y entonces sí les paso la mochila que me está dando mucho follón. Cargo las barritas en los bolsillos y sigo mi marcha. Con el asunto del puente y las dos paradas ya he perdido toda esperanza de alcanzar a Edu, aunque formaba parte de lo esperado. Ya son 100 Kms los que llevamos en la capaza pero atención porque la pierna izquierda va jodida.





Llegamos a un terreno bonito donde va a más la vegetación y abundan las sombras, la pendiente es ascendente pero con unos porcentajes 'amigables', sobre todo comparándolos con los del sufrido Reventón. Me pasa una chica con rasgos nordicos junto con su sequito a todo meter, me quedo impresionado y desde luego, no me dejo arrastrar por esa sirena, yo sigo a mi ritmo que es el que me va a llevar a meta.
Llega La Calderina y yo sin saber nada del recorrido, ni kms ni desnivel,... nada. El asunto es que se incrementa la pendiente pero sin llegar a axfisiar, pongo ritmo de tran tran y parriba. Hay un tramo aquí que se baja por el mismo sitio que se sube y, cómo no, se mira con envidia a los que ya bajan y ellos te miran con pena jajaja. Veo a Cinthia que va un poco más adelante y que voy pillándola pero muy muy despacio, me va sirviendo de referencia. Qué pundonor! Una recta y curva, otra recta y curva y así,... uff, hasta que por fin, hay gente que te va diciendo la última curva y ya está la llegada, y es verdad oye! Después de esa curva y una laaaarga recta llegas a las antenas de La Calderina, con un calor importante y gran ambiente. Descanso, refrigerio y colocación del cuerpo después del descoloque de la última subida. No hay prisa. Me he cruzado con Edu subiendo y ya no pienso en verlo hasta la meta y Antonio CS se quedó por detrás y no iba muy católico, no sé qué habrá hecho.
Al cabo de un rato de relax toca bajar de allí y veo a Antonio que está llegando, bueno, ya nos veremos, aquí cada uno tiene que coger su ritmo y ya está. No sabemos nada de Arusa, ¿estará en marcha o qué?
Vamos por la mitad solamente del recorrido y las ganas de llegar son ya importantes, Madre Mía, qué calvario nos espera!!
Después de una bajada bastante pedregosa en la que empieza a dolerme la cabeza, mmmh, qué rollo! llega una subida nueva, La Serrana, y allí me pregunta un tío que está parado si puedo ayudarle, que tiene problemas con la rueda,... -Amigo, has ido a topar con el peor mecánico del lugar, es lo que pienso pero lógicamente me paro y nos ponemos allí a intentar montar la rueda. Bueno, pues entre los dos patanes al final pudimos, siiiii, colocar bien la rueda y continuar la ruta. Vamos a tomarlo como un descanso en vez de una pérdida de tiempo, al fin y al cabo estamos más para hacer amigos que para bajar minutos. El muchacho más agradecido que de su madre por darle la vida jajajaja, - Nada hombre, un gusto poder ayudarte.

El calor sigue apretando y lo que viene a continuación es espantoso, por lo duro que es y por lo que se deja ver, la subida a los Molinos del Fresno, con el cementerio por entrada, donde huele a muerto y creo que no es de allí buff, vaya subida, con toda la desnudez a la vista. Pie a tierra, y empujingbike un rato, es lo más sensato, lo contrario es morir y servir de carnaza a los buitres, al cabo de un rato se puede uno montar en la bici, solo hay un 15% o 16% jajajaja, y parriba muuuy despacio y por delante quién va? Pues Cynthia de nuevo, quién si no. Corono con ella los Molinos y cuando me paro para hacernos una foto allá arriba, de lo cansado que voy y de lo duras que van las jodidas calas, pues que no sale, no sale,. y que me caigo de lado a bici parada pffff, qué vergüenza, qué daño y qué preocupación me entra,... y que no puedo ponerme de pie, que llevo las calas todavía puestas. Entre Cynthia y su compañero de equipo Antonio que me ayudan puedo salir de aquella situación. Hago un chequeo de funciones y parece que no hay nada roto, solo dolorido pero... amigo, hay una sorpresa desagradable y es el Samsung S7 que ha 'rieventado' del todo, el cristal hecho migas y no funciona absolutamente nada. Vaya disgusto oye, además me quedo incomunicado y en los tiempos que estamos parece que sin móvil no sabes hacer nada.


Bajo la trialera de los Molinos y enseguida hay un avituallamiento donde me encuentro a Edu pajizo y mustio. El estómago dice,.... Vaya tela, estoy con él un rato bebiendo, comiendo y descansando hasta que parece que se recupera un poco y seguimos la marcha. Enseguida nos encontramos con Antonio que nos ha pasado y está esperando a su mujercica que no ha llegado al punto pactado. Se enfada con ella y nos quedamos allí hasta que aparece. Antonio repone sus mejunjes que usa, Prolong, CR7 y demás marranerías jajajaja A Edu le he endosado un mini bocata de jamón y le ha subido el power y los vatios de golpe. :)
Seguimos la ruta los tres juntos ahora en un terreno ligeramente ascendente con mucha piedra incómoda y viento contrario, terreno sufrido vaya, intentamos organizarnos en relevos pero Antonio está cada vez más mustio, sin potencia y descolgándose varias veces, sigue teniendo dificultades para respirar y su mente ya está llegando al límite de lo razonable. Fin, Abandona, el catarro le ha vencido. Qué lastima!

Tras el abandono de Antonio, el que se ha contagiado y quiere dejarlo también es Edu, me expone sus razones y no sabe que lo que le falta es más jamón y un poco de Coca Cola. Eso es lo que le administro, gracias a que en un avituallamiento tenían bebida americana y yo jamón español, con esa receta Edu empieza a carburar que da gusto. Qué máquina es Edu cuando está bien alimentado!
Total, que estamos a 60 kms de la meta, pensemos en que ya es poco o simplemente no lo pensemos, al menos vamos haciéndonos compañía, los avituallamientos son cada vez más cercanos entre sí y las paradas que hacemos son más prolongadas, el tiempo da igual y lo que cuenta es administrar las energías para cumplir con el recorrido.
A todo esto el viento continúa soplando en contra y circulamos bastante solos porque vamos capturando elementos de vez en cuando pero nos los dejamos atrás. Es con unos de Orihuela con los que hacemos un poco de equipo y compartimos relevos en cabeza de minipelotón durante unos kms. En las paradas se marchan por delante y luego los pillamos de nuevo, se convierte esto en una constante. Edu trabajo mucho y bien, yo voy pasando los relevos justos para mantenerlo útil jeje.
En el penúltimo molino, -pero si estos los habíamos subido ya!! la carretera que iba directa a la cima y a un avituallamiento... de pronto te hacen tomar un sendero que rodea toooooda la montaña y endurece finalmente, bajada y de nuevo al sitio de donde veníamos y entonces ya si, avituallamiento para descansar y recuperar. Madre Mía, cada vez estamos más perros, los kms acumulados van haciendo mella y gorda. Al menos se ve Alcázar de San Juan a lo lejos.
Nos queda una última trialera, que llaman, y que no es más que un camino que trepa hacía la montaña y que hay que hacer lógicamente andando si no quieres partirte las piernas pero que en un determinado momento, e inesperadamante se gira y se suaviza mucho, bueeeeno, menos mal porque el cabreo ya es importante. ¿Por qué no nos dejan llegar ya a Alcázar y no dar más vueltas?
Ahora abordamos el asalto de la vía del tren, parriba, pabajo, pacá, pallá, se hace enredoso la verdad y... vamos a por otro molino para variar, y aquí la gente más cabreada que una mona porque el pueblo está ahí, ahí al lado y no, nos tenemos que ir a tomar el fresco a lo alto del molino que divisa la ciudad, bufff, yo estoy liquidado y del grupito que vamos me quedo justo de fuerzas atacando al molino y faltando apenas 20 mts echo pie a tierra y pierdo el contacto. Ratatatatata, tras coger un poco de aire arranco la moto y me tiro cuesta abajo, qué gustoooo Diosss y voy apretando; en la entrada del pueblo me espera Edu y vamos rodando por las circunvalaciones del pueblo hasta llegar a la recta principal de meta donde ¡sopla un viento en contra del carajo! jajajaja, para que no te olvides de La Mancha.
Eduardo y yo damos por finalizada la Titán de la Mancha (está la cosa para dar otra vuelta sabes?) entrando juntos y anunciados por los spikers de la organización. ¡Se acabó! 

Hemos completado la prueba, cosa bastante importante a tenor de lo muchos abandonos que parece ha habido y lo hemos hecho llegando de día y con un tiempo digno, tiempo que ahí se va a quedar para bastantes años porque no es una prueba que creo vaya a repetir; es como las vacunas de una dosis, que ya tienes para toda la vida.

De la Grupeta Titán, Fernando Corbis abandonó porque no se encontraba quizás con la debida preparación física, Javi Bauer y Arusa terminaron con muchísimo mérito por parte de ambos, un par de campeones, y Antonio CS como ya he dicho abandonó por catarro. Me hubiera gustado haber recibido a Arusa por las circunstancias que tenía personales pero al final no pudo ser.

Ya soy Titan de la Mancha, que no es poco. 



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