jueves, 14 de abril de 2016

Sabina Albar 2015


Desde que hice mis primeras rutas por Sierra Espuña en 2015 con Román y Ángel, a los que conocí por ser amigos de Eduardo, empezaron a contarme cosas de una marcha que había en El Sabinar (lo que viene a llamarse la inoculación del veneno vamos.... ) y desde el principio despertó mi interés, Tengo que decir que a pesar de gustarme mucho la montaña no he sido nunca demasiado amigo de hacer marchas de montaña, más que nada por mi poca pericia 'a los mandos' de una bicicleta de montaña cuando la cosa se complica un poco y por las prisas que no me gustan tanto cuando de ir por el monte se trata. De todas maneras, era más fuerte la curiosidad que el temor y la apunté en mi agenda del 2015.

Ya realizados los sueños-retos iniciales cuando hice tanto la Marcha de MTB en Mazarrón como la de carretera en Moratalla, el desafío de la Sabina Albar no tenía quizás ya tanto protagonismo, no por ser menos importante, que no, sino por perder la categoría de marcha-rearranque ciclista después de 10 años parado. De todas formas me seguía interesando conocer aquellos parajes y tenía un cierto grado de compromiso con mis amigos, o así me lo tomaba yo. 


La zona donde se desarrolla la prueba es una zona conocida y familiar para mí. He tenido en propiedad una finca en el Camino de la Rogativa, durante unos seis años. El terreno es salvaje, bonito y lleno de encanto. Tenía ahora la posibilidad de realizar los sueños de mucho tiempo atrás: poder recorrer los senderos de la zona y además sobre una bicicleta. No quería desperdiciar la oportunidad.


Mira por donde una lesión muscular estuvo a punto de echar al traste todas las ilusiones. Lo cierto es que ha sido un año sumamente emocionante, el pasado mes de Mayo fue de una intensidad alta por la preparación de la Marcha de Moratalla. Principalmente por esta causa, después de la marcha, además de con un cansancio gooordo, tributé con una sobrecarga muscular en la pierna izquierda que me causaba bastantes molestias y preocupación, hasta el punto que dudé de la conveniencia de hacer la marcha. Tras consultar y tratarme con José Antonio, un fisioterapéuta recomendado por mi amigo Antonio "CuerpoSano", decidí(mos) que a ritmo 'explorador' sí podía intentar hacer la marcha. Y me apunté...


Tras el madrugón pertinente, porque me desplazo desde Murcia, llego a destino sin novedad y temprano, recojo dorsal, chip y demás y me preparo. El día es magnífico, un fresco rico se disfruta a esa hora y requiere de una manga pero para la prueba hay que ir de corto riguroso. En la salida, voy localizando a Román con su nueva Trek Superfly, a Arusa, a Antonio, David, a un viejo compañero de la facultad, Miguel Ángel,...


Bajo la pancarta de salida encajonado por cientos de bicicletas de montaña me encuentro ciertamente intimidado cuando veo que alrededor de mí todo son bicis de ruedas de 29". Al mirar la mía da la sensación de habérsela quitado a mi hijo pequeño, es una cosa increíble. Es como si me viera empequeñecido, con un borrico entre mis piernas cuando los demás van con grandes corceles... Sssshhhh, eh? qué no pasa naaah!!


Al darse la salida intento colocarme siempre en la parte derecha para dejar paso a la gente que tiene prisa, normal. Yo tengo que cuidarme la pata porque tampoco es plan hacerse daño, voy concienciado que he venido a realizar el recorrido y a disfrutar lo máximo del entorno por lo que mi trabajo correcto consiste en encontrar una rueda buena a la que seguir. Y así estoy hasta que la encuentro y no una sino dos. Hay una chica que va en compañía de un chico que parece llevan un ritmo bueno para mí y me limito a seguirles. La primera zona es de calentamiento, predominantemente llana o con ascensos/descensos suaves, muy buena para ir calentando las piernas, esa es la verdad. Los ciclistas van pasando uno tras otro hacía adelante hasta que de pronto llega uno por detrás y de manera optimista intenta pasar por un sitio que definitivamente no le basta y de forma inevitable se engancha con la chica y caen justo delante de mi de forma aparatosa. Ahí es cuando me doy cuenta que no llevo apenas frenos pues casi atropello a la chica que está en el suelo, lo que le hubiera faltado vamos.. La chica se ha hecho bastante daño, y sin duda se deberá retirar, una pena que acabe así un día que prometía tanto, esto es lo malo de las prisas en la montaña.


Después del susto van llegando unos repechos donde hacemos la procesionaria, uno detrás de otro, así sin mucha más novedad llegamos al avituallamiento donde paro, recargo bebida y como fruta y una barrita de cereales. Por delante ya está el Alto del Cantalar, en teoría el coco de la jornada pero en la práctica según me han soplado mis agentes, los cocos son los que vienen después que te van pegando cocotazos hasta matarte jeje


Antes de empezar la subida de pronto encaro un paso de agua -eeeh? joooooer, si que es hondo chico!! Si me he mojado la zapatilla derecha enteretica,... Pero lo peor viene al dar las cuatro pedaladas siguientes con fuerza en el repecho que viene a continuación, -eeeehhh? Pero qué pasa? Si se ha roto la zapatilla... será posible. Veo que a pesar de ir suelta la zapa no se caerá gracias a las otras bandas de velcro que la fijan en la parte de la punta, asi que nada, seguimos rumbo Cantalar con una avería más en el equipo. Estamos buenos... ! -Y el jodido plato pequeño no entra ni a pescozones....hmmmm


La subida al Manantial de Cantalar se hace notar, hay que poner la reductora en modo ahorro y contar piedras hasta cansarte porque la subida se llevara su tiempo. Durante la ascensión, los ritmos de cada participante son todos distintos y las capturas y escapadas de todos y cada uno de los que estamos es a cámara superlenta, hasta el punto de darte la risa. El sudor me cae sobre los ojos y me provoca un picor muy molesto pero no hay más solución a todo esto que llegar arriba y ya está. Fácil.


Al llegar al Alto (por fin) nos movemos a otro entorno, ahora vamos en busca de la Rambla de la Rogativa pero antes de eso vienen muchos kms de bajada y... oh oh!, no llevo nada de frenos, sobre todo atrás, cero cero. Incluso un rato antes me he llevado un susto por tener que forzar la frenada de delante. Así que, como no estamos aquí para caernos, me tomo con muuucha tranquilidad los descensos. Como las subidas jeje.... Con más insistencia si cabe me obligo pues a empaparme del paisaje y disfrutarlo como si no estuviera en una marcha competitiva. Olé yo !


Al llegar a la Rogativa después de un buen calentón previo en una subida muy japuta entramos en una zona de sendero con toboganes que es muy divertida. Decir, que se me había pasado, que no había punto de dificultad, incluidas todas y cada una de la curvas peligrosas, en las que no hubiera uno o varios voluntarios señalizando de manera precisa el punto. Un 10 alto desde luego en este aspecto para la organización.

Siguen los pasos de agua, unos con puente y otros sin puente. subidas y bajadas, zonas de más vegetación, de menos, en fin que la variedad de terrenos era grande y así no se hacía el recorrido aburrido ni monótono en ningún momento. Disfrute al máximo en este sentido. En bastantes sitios me bajé de la bicicleta principalmente porque no llevaba frenos pero también porque soy un poco 'cagao' y porque también, hay que pensar en que llevo unos arreglos de titanio en las vértebras y no es cuestión de hacer el tonto mucho. Por esta parte de la marcha, los fotógrafos aparecían por los sitios más recónditos pareciendo en algunos casos furtivos sorprendiéndome descabalgado de la bici... - Oye, espera que me monte para echar la foto ¿vale?....Gracias


Al final a la fuerza das con alguien con el que te encuentras más o menos a su nivel, en este caso me encontré con un niño-hombre llamado José RIcardo que me sirvió de estímulo y acompañamiento cuando ya a esas alturas de marcha el calor y el cansancio apretaban ya de lo lindo y la ganas de llegar a destino y beberte algo fresco se convertía ya en una idea obsesiva. Finalmente después de subir a una cantera de piedra llega la zona de llano hasta meta donde llego con un tiempo de 4:02 creo que fue. Perfecto, no hay problema, el caso era terminar.


De nuevo tengo que acordarme de la organización porque en el pabellón de deportes, había unas sartenacas de macarrones que estaban para chuparse los dedos, macarrones caseros hechos por las señoras de El Sabinar que, dicho sea ahora, disfruta durante toda la jornada de un ambiente muy alegre y distinto del ritmo más sosegado del resto de días del año. Creo que están muy contentos los paisanos con este invento de las muntanbaik.


Los macarrones iban acompañados de bebida fresca,... síiii cerveza !!! y con una buena rodaja de sandía como postre. La compañía, pues de mucha altura, porque estaba junto a personajes como el primer clasificado local y un veterano que tenía pinta de ser un trotamundos de la bicicleta pues hablaba de cuando iba a los campeonatos de España,.... mamma mía !! Luego se unieron Ángel, Antonio y su mujer, Román, David, etc,... todo un gustazo pues.


Enhorabuena pues a las mentes que pensaron en la Sabina Albar Bike y a las personas que a base de trabajo y esfuerzo han conseguido ya que la segunda edición de la marcha sea un éxito total y goce de una atractiva reseña para futuras ediciones.

Larga vida a la Sabina Albar !!!