miércoles, 15 de abril de 2015

Sierras de Moratalla 2015

La Marcha del Renacimiento.

... cuantas veces estos diez últimos años he mirado con envidia los grupos de ciclistas que circulaban por las carreteras pensando en que quizás era algo ya cerrado definitivamente para mí aunque también es cierto que nunca perdí por completo la esperanza, mantuve siempre un hilo de ilusión. Muchas noches dejaba volar la imaginación cogiéndome a los escaladores y bajando una corona en esa rampa del puerto de montaña que estaba ascendiendo. 


Una fea lesión de columna, en Marzo de 2004 producto de no se sabe qué, echó por tierra muchos años buenos de ciclismo y me dejó en una situación en la que no sabía si volvería a montar alguna vez más en bicicleta. Afortunadamente, no hay mal que cien años dure (aunque sí diez) y luego también es cierto que yo puse de mi parte, el comienzo fueron paseos a pie con dolores y sufrimiento, de paseo pude pasar a caminata, de caminata a caminata de montaña intercalando por medio sesiones de Pilates y ejercicios varios de estiramiento y de fortalecimiento muscular. Así llegó un día, hace aproximadamente un año, que me pude montar en la bici no sin antes variar alturas de sillín y de manillar.... Primero le tocó a la bicicleta de montaña y aunque al principio me costaba y tenía molestias oye, que era capaz de aguantarlas y luego en las horas siguientes no me resentía,... Bien no? Jajaja, en la ventana de las ilusiones se abría un resquicio por donde entraba la luz. Habían pasado diez años. Casi nada.


Un día de Julio de 2014 quedé con un compañero de trabajo que hacía poco tiempo se había aficionado a la bicicleta de montaña pero como era ciertamente novato cuando me propuso hacer una salida breve por la sierra me animé y pensé que por mucho que llevara él y por muy poco que llevara yo no habría problema por mi 'gran' experiencia pasada. Jajajaja, ni en la peor de mis pesadillas pensé en lo mal que lo pasaría esa tarde subiendo a remolque y destrozado física y emocionalmente por mi buen compañero. Pero lejos de desanimarme ese día fue un acicate para volver con más seriedad y regularidad a la afición ciclista. Verano de 2014.


Así que a partir de esa fecha y progresivamente fui acumulando kilómetros y efectuando mejoras lentas pero constantes en mi situación física que me permitían cada vez hacer más y en menos tiempo, la emoción subía como la espuma de acuerdo a los hitos que iba consiguiendo. Esto marcha !!


Del miedo por realizar ciertas rutas y ciertas distancias pasé al convencimiento de que se cumplía a rajatabla el dicho de 'Lo que no te mata te hace más fuerte' porque las molestias en la zona lumbar iban (y van) cada vez a menos de forma constante y desde hace ya meses. El ciclismo no me mata, me da cada vez más vida aunque está claro que tomo todas las precauciones posibles y mi pedaleo intenta no forzar de ninguna de las maneras mi columna. 


El asunto es que ya solo el hecho de pensar en apuntarme a Moratalla hace unos meses era una locura para mí, iban acercándose las fechas y mi condición mejoraba pero no quería adelantarme ni ilusionarme en exceso y de hecho la inscripción final la hice a falta de una semana para la prueba. Buaaaaassss! Apuntado ! Es increíble, en la realidad voy un poco de incógnito, sin alardes ni algarabías porque toda mi intención es, muy modestamente, completar el recorrido sin querer entrar en ningún otro tipo de desafío. 


Murcia, 23 de Mayo, 6 de la mañana. Inquieto y nervioso me levanto y tras un gran desayuno y cargar las cosas me voy para Moratalla, llego bien, me inscribo, le pregunto a uno si el dorsal es para llevarlo yo o para ponerlo en la bici y me mira de arriba a abajo con extrañeza y me pregunta si es que es la primera vez que participo en una marcha porque además le pregunto por el chip que dónde hay que llevarlo... Salgo un poco a calentar pues me sobra tiempo y las sensaciones son muy parecidas a las experimentadas en el año 2000 cuando hice mi primera marcha cicloturista, entonces sí era la primera real, esta es la primera de la segunda vida jajaja. Por aquel entonces llevaba una bicicleta Peugeot Performance 300 con cambios en el cuadro y calapies en los pedales. Ahora llevo la Orbea Zeus que compré en Junio 2000 y debía ser la única que llevaba los radios de color aluminio y las llantas de perfil bajo. Como dice mi compañero Federico, la bici la tengo descatalogada ya jajajaja...


Chupinazo y salimos, ... Recorrido tradicional, es decir, se empieza con el puerto de 12 kms así de primeras. En la ascensión me vienen muchos recuerdos de los compañeros de la Ciclolista como Faco, Gavilán, Juan Ramón, Fernando Silió, Juan Molina, Paco Cabello, Carlos Moukarzel, David, Alfredo, y un largo sinfin de amigos que nos juntábamos en tantas marchas por la distintas regiones de España. En la participación 'foránea' si he notado un cambio notable. Apenas había gente de fuera. También recuerdo a mi amigo holandés Ronald Vane que fue quien me inyectó el veneno de las marchas y de mis antiguos compañeros de Moto5 con los que tantos buenos ratos pasé.


No se que pasa pero tengo unas sensaciones muy malas en las piernas, en una o varias cosas me he equivocado en la preparación. Fondo tengo pero las subidas las he entrenado poco y se me está atragantando esta primera subida cosa mala. El asunto es que... estoy pensando en la retirada. Una vez llegue arriba o me vuelvo abandonando o ya me toca seguir hasta el final. Con esas barruntaeras encima, cuando llego arriba sigo la táctica del avestruz y sin pensar en nada me tiro puerto abajo. Ya está decidido pues. Fácil no?


En los llanos sí puedo aguantar la rueda en los grupos pero en cuanto el terreno se empina un poco las piernas se me van abajo de una manera agónica y tengo que soltar para intentar sobrevivir a la marcha. Así que, tristemente me van pasando ciclistas sin parar y ya no quiero ni pensar en ello. Llegando al puerto de Nerpio llega un grupo grande por detrás pero nada, no puedo seguirlos en la subida y vuelvo a rezagarme. Ya es que hasta voy mosqueado y tampoco era para eso. Tenía que pensar que bastante cumplía estando allí.


El Alto de Yetas es un pequeño coloso en el que las duras rampas exigen tomárselo con calma y no cebarse en exceso. Despacio despacio llego arriba y aprovechando el avituallamiento rápido adelanto algunas posiciones.... Hay que ser miserable para adelantar solo de esta manera jajajaja, pero es lo que hay, las piernas están en huelga. En el avituallamiento como bien y recargo líquidos para evitar males en forma de calambres sobre todo.


En la bajada, repleta de baches por doquier, me uno a un bonito grupo con el que espero caminar un buen trecho pues la tendencia era hacía abajo pero en una curva me meto en un agujero con la rueda trasera y pam ! Pinchazo ahhhhrgggg, qué rabia qué rabia,... Por fortuna, la reparación no me lleva mucho tiempo porque con lo torpe que soy ya me veía que me adelantaba hasta el coche escoba. Reparo y en marcha,... han pasado unos cuantos grupos pero consigo incorporarme a uno pequeño en el que de pronto veo a un compañero de la Peña La Pájara, Antonio el bombero,... Me vino fenomenal encontrarlo porque me obligó a aguantar un poco el ritmo del grupo y sentirme arropado. Ya hasta el final de la marcha fuimos los dos juntos y tengo que agradecerle que llevara él el peso de la marcha casi en todo momento.


Quedaba por delante el coloso de la jornada, el puerto de Benizar. A estas alturas de marcha y sobre todo la primera rampa que hay se hace sobrehumana, qué sufrimiento más grande. Al menos el puerto va variando el desnivel y ofreciendo a ratos unas pendientes más asequibles pero aquí tuve el gran problema de los calambres. Primero la pierna derecha fue la que sin avisar se me enganchó y luego, también me sobrevino el problema en la izquierda. Qué dolor, qué martirio, haciendo buena parte de la subida de pie para intentar estirar lo más posible la musculatura afectada porque cuando me sentaba se me ponían las patas como palos. Definitivamente, debe ser la falta de preparación pero el caso es que un clásico para mí en esta marcha, los jodidos calambres.


Despacio despacio conseguí encaramarme a lo alto del puerto y luego acompañado de Antonio fuimos descaminando lo del principio del día hasta llegar al Alto de los Álamos, la meta puede decirse porque ya luego quedan los 12 kms de bajada en los que se disfruta del excelente pavimento que hay actualmente, nada que ver con el de hace 15 años.


En la llegada, el tiempo marcado es bastante malo, muy parecido al del primer año, algo más de 7h 30m para los 170 Kms de duro recorrido. Curiosamente, en el año 2000 con ese tiempo fui el 333 y este año con uno muy parecido el 500 y pico, lo que da idea de que el nivel ha subido considerablemente desde entonces en términos generales porque el nivel de participación si es más o menos el mismo, unos 700.


Qué voy a decir, no puedo estar más contento de estar otra vez en la sopera como un elemento más de la gran familia ciclista cuando ni en el mejor de mis sueños podía pensar en una recuperación hasta estos niveles. Además sigo manteniendo el registro de no haber abandonado en ninguna marcha ni haberme bajado de la bici en puerto alguno. Con dos... ! Jajajaja


En la meta me encontré con un amigo del colegio de Jumilla, Ángel Lencina. La curiosidad sobre Ángel es que en la tienda de su padre, mi madre me compró una BH de color verde por 5500 pts cuando yo tenía unos 9 años. Fue mi primer sueño ciclista cumplido. Ahora ha sido el último.