Conociendo a los calambres
El 12 de Mayo de 2001 era una de las
fechas señaladas en el calendario. La V Marcha de Moratalla era el objetivo. Las
sensaciones eran todas buenas, iba mejor preparado que el año pasado, con más
kilómetros y de más calidad. La bicicleta también era mejor, con triple plato
para abordar las duras rampas de Benizar sin excesivos problemas. Parecía que
todo se presentaba de cara.
El día amaneció perfecto, despejado
y con calor. La temperatura que hacía a primeras horas de la mañana señalaba
que la vestimenta conveniente fuera de corto riguroso, cosa que sufrimos luego
en nuestras carnes todavía no habituadas a los rigores de Lorenzo.
Mis problemas quizá empezaron por
apurar más de lo debido. Tomé una hora de antelación pensando que me sobraría
tiempo pero perdí mucho tiempo en la inscripción. Estaba desesperado viendo
como pasaban los minutos y seguía en la cola. Cuando me dieron la bolsa con las
cosas me quedaban 20/25 minutos. Empecé a cambiarme, a poner el dorsal mío, el
de la bici, etc... el caso es que me presenté en la línea de salida totalmente
en frío. En la salida busqué a los listeros "granainos" Fernando y
Juan pero no los vi. Total, que sin más dan el pistoletazo de salida y allá que
vamos. En parrilla de salida entre 500 y 600 suicidas de dos ruedas.
La salida de esta marcha es
criminal, 12 kms de continua ascensión. Remontando posiciones encontré a
Alfredo de Elda. Estuve un rato subiendo con él y diciéndole que no quería tirar
más de la cuenta pero las sensaciones de las piernas eran excelentes e iba
cómodo de manera que sin intención me fui hacía adelante remontando gente sin
cesar. Era increíble la sensación de frescura que tenía y de buenas
sensaciones. Al llegar arriba y empezar un ligero llano bajé un poco el pistón
y dejé el grupo que llevaba al que consideré que estaba por encima de mis
posibilidades. Esperé a otro numeroso que venía por detrás y me enganché a
ellos.
Así fueron transcurriendo los kms,
pasamos por el Pantano, subimos a Nerpio y llegaron los rampones del Alto de
Yetas. Aquí ya metí el triple para encarar una larguísima recta que hay en
subida y que se atraganta bastante. El Sol ya picaba y sobre esta recta en
subida se apreciaba aún más. Subiendo este puerto alcanzó a Juan, un compañero
del C.C.Moto5 que me dice que tiene problemas. Yo le comento que me encuentro
muy bien. En esta subida veo a David (otro ciclolistero de Elda) y hago el
último tramo de subida tras él. Al llegar arriba hay un avituallamiento sólido
y paro. Cuando reanudo la marcha en un ligero repecho de pronto noto un
calambre en la pierna izquierda. Empiezo a preocuparme porque todavía queda
mucho por delante. Estamos en el km 70/80 todavía.
A partir de este momento ya empiezo
a no disfrutar de la marcha y a plantearme si abandonar. Los problemas se
repiten sin cesar en cada subida. Me tengo que limitar a llevar una continuidad
exquisita en la cadencia y a mover desarrollos muy blandos. Gracias al triple
plato puedo mantenerme encima de la bici en las rampas duras. Me voy marcando
objetivos a corto plazo. Pienso, voy a llegar a Letur y allí me planteo si
seguir, en Socovos igual y así. Pero me estimulaba la sensación de llegar a
Moratalla subido en la bicicleta, no me gustaba la idea de subirme en un
furgoneta. Además ya había muchos retirados e iban las furgonetas repletas de
tigres.
Pues eso ocurrió, que hice al menos
una docena de paradas para ir estirando el músculo afectado y de esa manera
pude conseguir llegar a meta. Las pulsaciones eran de risa, iba como de paseo:
entre 100 y 130 pulsaciones para que la pierna fuera sin esfuerzo. Al llegar a
Moratalla tenía una sensación agridulce, contento por acabar pero triste por
los problemas sufridos. Al final hice un tiempo superior al del año pasado,
7h30m cuando mis estimaciones estaban rondando algo menos de 7h.
¿Qué pasó? No se, quizás forcé más
de la cuenta sin calentar convenientemente. Cierto es que parece que hubo mucha
gente con calambres, hizo mucho calor, hubo mucha deshidratación y eso provoca
problemas musculares. Bueno, el caso es que me hice daño en el músculo de la
parte interior del muslo que hace subir la pierna hacía arriba.
Aparte de mis desgracias propias hay
que resaltar que la organización ha sido buena. Salvo la tardanza de la
inscripción todo estuvo muy bien organizado. Los avituallamientos eran
completos, bien situados, el personal de la organización bien, la entrega de
diplomas mejor que el año pasado, más ágil, la señalización de puertos y curvas
correcta, etc... Las asistencias médicas desgraciadamente bien ya que tuvo que
actuar un helicóptero para evacuar a un accidentado. Mal las duchas, frías.
Bien la posibilidad de masaje, mal las colas que había aunque es cierto que
había mucha gente demandando un masaje.
Bueno, la experiencia es un grado y
el año que viene tendremos más sapiencia en estos menesteres. Esperemos que
salga todo mejor, volver... volveré. Según Alfredo soy un asesino en serie por
inducir a la gente a venir a esta marcha y como ya se sabe, el asesino siempre
vuelve al lugar del crimen. :o)
Saludos eléctricos.
(Crónica publicada en su momento en la Ciclolista)
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