Hay proyectos de rutas que no se sabe por qué razón se resisten a
su ejecución y sin embargo hay otras como esta de los embalses que a la
primera Pam, a la cesta que va.
Como viene siendo habitual,
todo empieza en la mente del inquieto Juan Francisco Ibarra, que con su afición al diseño de rutas por ordenador se marca unos trazados
que no veas. A la hora de materializarlos se convierten en épicos. Y lo
fácil que resulta trazarlos con el ratón...
En el equipo se
incluye nuestro Gran Hermano Javier García, el tío que no atranca, el que todo lo que le presentes por delante se lo carga. Mira que le
dijimos por activa y por pasiva que no encadenara tres días de ritmo y
exigencias tan altas y el tío nada, ni caso. Y como es normal en él
¿Crees que se le notó la paliza de los dos días anteriores? Pues no, ya
digo, lo normal en él.
Los días previos marcan para el Lunes
tormentas pero con pronósticos inciertos por lo que retrasamos la
decisión final. Además tenemos otro asunto que tratar y es que Ibarra se
ha resfriado... (pobres virus, no saben dónde se han metido). A un día vista va y dice que
está mejor, que ya los mocos son verdes ¿¿¿??? Jajaja, éste tío es
único.
Al final a las 6:00 de la mañana del Lunes decidimos salir y
sobre las 7:00 pasadas estamos en ruta. Hemos preparado bocadillos y algún complemento en forma de membrillo, frutos secos,
etc,... para disponer de combustible para bastantes kms.
El
día está gris pero es ideal para el ciclismo por la temperatura suave que
tenemos. Tranquilamente nos encaminamos hacía la Universidad para
enganchar la Via Verde que nos tiene que llevar hasta Alguazas primero y
casi hasta Campos del Río después.
Sobre el kilómetro 25 nos
desviamos un poco del antiguo trazado de ferrocarril y llegamos al
primero de los embalses, el de Los Rodeos. Está seco, sin agua, pero ha
crecido mucho 'verde' en el fondo y no está fea la foto que le hacemos.
Ya hemos 'colonizado' el primero de los objetivos.
Pronto, un
poco antes de Campos del Río, nos desviamos hacía el Norte para atacar
el segundo de los embalses, el del Mayés. En poco menos de una hora nos
plantamos en el Embalse rodando por carreteras y caminos de pendientes
suaves. De momento, no ha habido terreno muy duro, ha sido llano o con ligeras
subidas bajadas, ideal para el principio de un largo recorrido.
Lo
que si aprieta ya es el hambre, vamos pensando ya en el bocadillo de
albañil que llevamos para comerlo en la zona recreativa que hay en el
Mayés y cuando llegamos allí hacemos una larga parada y un almuerzo
recuperador. A la orilla del embalse, con las vistas de la Sierra de
Ricote al frente y con el estomago lleno allí se está de fábula pero....
hay que seguir. -Pues no queda nah!
Iniciamos una de las muchas subidas cortas
pero ya con cierta dureza de las que tendremos que afrontar. Una vez que
hemos subido.... a bajar por la famosa Cicatriz donde hay que
extremar la precaución pues el terreno está pedregoso. En una casa que
en su momento tuvo que tener mucha vida alrededor y hoy está abandonada
paramos para echar unas foticos con el fondo de Almeces.
Ahora
llega una zona desconocida por todos y que a mí me gustó mucho, el
acercamiento a la zona de Fuente Caputa, vamos por la línea de solana de
la montaña en una pista cómoda y no muy difícil en el que se disfrutan
unas bonitas panorámicas de la zona de Yechar y Mula. Finalmente
llegamos al asfalto y nos dejamos caer para llegar a F.Caputa y después
de una corta subida iniciamos una bajada larga y gustosa que nos llevará
a la carretera de Mula. Subimos un poco y en El Niño de Mula (Casa Paco
creo recordar) cervezas y coca colas para todos!!!
En la
Ermita que hay allí, se está de vicio bajo la sombra de unos árboles
deliciosos. El bocadillo sabe a gloria y la cerveza no te digo más.
Otras fotos para el recuerdo y a seguir viaje.
Cogemos Vía
Verde de nuevo y atacamos la subida a Bullas, desniveles ligeros pero
constantes que obligan a apretar las piernas un poco para mantener el paso. Zona de transición y en Bullas pasamos por el centro del pueblo a
echar unas foticos de nuevo. La cosa marcha bien!
Entre
Bullas y Calasparra circulamos por zonas variadas, igual pasabas zonas
de ramblas que boscosas o llegaban zonas agrícolas. En una parte de
estas últimas yo creía que me moría de la pestaza que había allí a
mierda pura. En fin, cosas del campo.
Pasamos por Valentín,
ese pueblo gran desconocido para mí. No tenía ni idea de su existencia
aunque luego me dijo JuanFran que era famoso por los ladrillos y
entonces sí caí que por lo menos me suena de eso. Seguimos avanzando
pues queremos llegar hasta Calasparra para comer, son ya más de las
14:00. Por el camino encontramos un nuevo pantano.. -Mira! El de Argos,
muy bonito él.
En Calasparra paramos en una avenida muy
coqueta que hay allí y como cerca hay un 'chino' compramos bebida fresca
para comer. Los bocatas ya los terminamos de liquidar. De postre nos
compramos tres cornetes chinos que más malos no podian ser pero decidimos que si nos morimos lo haremos los tres juntos jajaja.
Tras
la larga pausa de la comida tenemos que afrontar una de las subidas más
duras y prolongadas. El calor y el transitar por zonas quemadas hace
que sea uno de los segmentos más sufridos y penosos. -Qué lastima de bosque
incendiado. Tras el alto llega una bajada preciosa al Pantano de Alfonso
XIII, una zona de las que más me gustó del recorrido. Zona de
contrastes.
El siguiente punto de control es la Presa del
Cárcabo donde hacemos un baja y sube para echarnos la foto, da un poco
de pereza pero si queremos poner el título de Ruta de los Pantanos
tenemos que cumplir con el protocolo.
140, 150 kms ya pesan,
empezamos a poner el piloto automático, por decir algo, aquello de darle
a los pedales y darte un poco igual si el desnivel es positivo o
negativo, si es mayor o menos, das pedales y ya está, a la velocidad que
salga. Miras hacía adelante y ves la Sierra del Oro (lejos) y si te
esfuerzas, consigues ver detrás (pero muy detrás) la Sierra de
Ricote,.... ufff qué lejos estamos de Murcia. Estamos sufriendo el Síndrome de Paco. Nos reímos acordándonos de él. Lo echamos de menos.
Pim pam, pim,
pam, por el camino hemos decidido que, en vista de la hora que es,
acortamos una parte del recorrido y que el tour que pensábamos dar a la
Atalaya de Cieza se va a quedar en el tintero. Otro día. Total, que vamos un trozo
por la carretera hasta que llegamos al desvio que nos conducirá al
cruce de los cuatro caminos, cerca de la subida al Portazgo.
Aunque voy
algo tocado, parece que he dispuesto un modo supervivencia que consiste en no
pensar en lo que queda, se puede pensar en lo que sea menos en eso y
parece que funciona.
Después de ascender al punto de más
altitud del recorrido, el Pico del Águila en la Sierra del Oro, y tras un rápido descenso buscamos con avidez
algun bar o venta donde poder beber y quizás comer pero no tenemos
suerte y todas están cerradas. No nos queda ni gota de agua. Finalmente, y con un poco de deseperación
por la sed asaltamos un chalet donde a una mujer que está entrando en su casa le
pedimos si nos puede dar un poco de agua. Amablemente nos hace pasar y
nos provisiona de agua a los tres. Javi, cuando le dice la chica que
lo que queramos, hasta quedarnos a dormir, se lo piensa y casi se queda
allí con la moza. Jajajaja, es que no era mal plan la verdad.
Bueno,
una vez hidratados y ya anocheciendo nos lanzamos a toda velocidad en
bajada hasta Blanca alcanzando velocidades de más de 70 km/h en busca
del último embalse, el de Azud de Ojós. Foto y zumbando hacía Archena,
donde hemos programado la siguiente gran parada. Vamos por la carretera
pues ya tenemos ganas de alcanzar la meta volante.
En
Archena, si los pasteles de carne entran bien la cerveza no te digo
nada. Caen los litros con una facilidad pasmosa, tenemos que cortarnos
pues si nos descuidamos salimos borrraaachos del tó. Tras la cena un
postre a base de pepitos de crema, palos catalanes y napolitanas. Ummmm, que ríco
todo y sobre todo la mistela que nos endiñamos también.
Buff,
al salir da un poco de pereza pero al rato nos damos cuenta que en
parte nos hemos repuesto bastante para dar el asalto final de nuestra
gran ruta. De noche, con las luces, vamos rodando con cuidado de no hacernos daño en las
muchas cañas que obstaculizan el paso por la Mota del Río. Como me
encuentro bien le cubro el relevo a mis compañeros y me dedico a tirar
hasta alcanzar el puente donde se enlaza con la Via Verde.
En
la Vía Verde aflojamos un poco el ritmo y nos dedicamos a charlar con
tranquilidad. Ya estamos cerca, solo queda el puerto Hors Category de la
Universidad. -Estamos !!
Sin más novedad, llegamos arriba a
la Universidad y enseguida a Juan Carlos I donde nos despedimos de
JuanFran. Javi y yo seguiremos juntos un rato más hasta llegar al Puente
del Hospital.
Hemos conseguido el objetivo, la ruta ha
sido dura y complicada pero hemos tenido muchas cosas a favor como no
tener ningún tipo de avería mecánica y mejor todavía, ningún tipo de
problema físico por parte de ninguno de nosotros. Estamos cansados no,
estamos reventados pero hemos aguantado el tipo muy bien. El que desde
luego tiene menos mérito soy yo pues JuanFran ha pasado por un catarro y
Javi lleva tres días de machacarse en la bici. Son dos tipos muy muy
duros y con ellos nunca vas a tener problemas de convivencia. Así da
gusto.
Casi 12 horas de pedaleo, casi 16 en total. Ha sido
una jornada muy larga pero que se ha hecho amena por la vistosidad del
recorrido y por la calidad de mis compañeros.El reto está cumplido, la
Ruta de los Pantanos ya es historia, el Capítulo I de Grandes Rutas
completado.
https://goo.gl/photos/ZDjMx8LMZMdxDnJC7
Habrá que buscar el siguente capítulo. A ver que nos depara.
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