domingo, 2 de octubre de 2016

Ruta de los Pantanos.

Hay proyectos de rutas que no se sabe por qué razón se resisten a su ejecución y sin embargo hay otras como esta de los embalses que a la primera Pam, a la cesta que va.
Como viene siendo habitual, todo empieza en la mente del inquieto Juan Francisco Ibarra, que con su afición al diseño de rutas por ordenador se marca unos trazados que no veas. A la hora de materializarlos se convierten en épicos. Y lo fácil que resulta trazarlos con el ratón...
En el equipo se incluye nuestro Gran Hermano Javier García, el tío que no atranca, el que todo lo que le presentes por delante se lo carga. Mira que le dijimos por activa y por pasiva que no encadenara tres días de ritmo y exigencias tan altas y el tío nada, ni caso. Y como es normal en él ¿Crees que se le notó la paliza de los dos días anteriores? Pues no, ya digo, lo normal en él. 
Los días previos marcan para el Lunes tormentas pero con pronósticos inciertos por lo que retrasamos la decisión final. Además tenemos otro asunto que tratar y es que Ibarra se ha resfriado... (pobres virus, no saben dónde se han metido). A un día vista va y dice que está mejor, que ya los mocos son verdes ¿¿¿??? Jajaja, éste tío es único.
Al final a las 6:00 de la mañana del Lunes decidimos salir y sobre las 7:00 pasadas estamos en ruta. Hemos preparado bocadillos y algún complemento en forma de membrillo, frutos secos, etc,... para disponer de combustible para bastantes kms.

El día está gris pero es ideal para el ciclismo por la temperatura suave que tenemos. Tranquilamente nos encaminamos hacía la Universidad para enganchar la Via Verde que nos tiene que llevar hasta Alguazas primero y casi hasta Campos del Río después.
Sobre el kilómetro 25 nos desviamos un poco del antiguo trazado de ferrocarril y llegamos al primero de los embalses, el de Los Rodeos. Está seco, sin agua, pero ha crecido mucho 'verde' en el fondo y no está fea la foto que le hacemos. Ya hemos 'colonizado' el primero de los objetivos.
Pronto, un poco antes de Campos del Río, nos desviamos hacía el Norte para atacar el segundo de los embalses, el del Mayés. En poco menos de una hora nos plantamos en el Embalse rodando por carreteras y caminos de pendientes suaves. De momento, no ha habido terreno muy duro, ha sido llano o con ligeras subidas bajadas, ideal para el principio de un largo recorrido. 
Lo que si aprieta ya es el hambre, vamos pensando ya en el bocadillo de albañil que llevamos para comerlo en la zona recreativa que hay en el Mayés y cuando llegamos allí hacemos una larga parada y un almuerzo recuperador. A la orilla del embalse, con las vistas de la Sierra de Ricote al frente y con el estomago lleno allí se está de fábula pero.... hay que seguir. -Pues no queda nah!
Iniciamos una de las muchas subidas cortas pero ya con cierta dureza de las que tendremos que afrontar. Una vez que hemos subido.... a bajar por la famosa Cicatriz donde hay que extremar la precaución pues el terreno está pedregoso. En una casa que en su momento tuvo que tener mucha vida alrededor y hoy está abandonada paramos para echar unas foticos con el fondo de Almeces.
Ahora llega una zona desconocida por todos y que a mí me gustó mucho, el acercamiento a la zona de Fuente Caputa, vamos por la línea de solana de la montaña en una pista cómoda y no muy difícil en el que se disfrutan unas bonitas panorámicas de la zona de Yechar y Mula. Finalmente llegamos al asfalto y nos dejamos caer para llegar a F.Caputa y después de una corta subida iniciamos una bajada larga y gustosa que nos llevará a la carretera de Mula. Subimos un poco y en El Niño de Mula (Casa Paco creo recordar) cervezas y coca colas para todos!!! 
En la Ermita que hay allí, se está de vicio bajo la sombra de unos árboles deliciosos. El bocadillo sabe a gloria y la cerveza no te digo más. Otras fotos para el recuerdo y a seguir viaje.
Cogemos Vía Verde de nuevo y atacamos la subida a Bullas, desniveles ligeros pero constantes que obligan a apretar las piernas un poco para mantener el paso. Zona de transición y en Bullas pasamos por el centro del pueblo a echar unas foticos de nuevo. La cosa marcha bien!
Entre Bullas y Calasparra circulamos por zonas variadas, igual pasabas zonas de ramblas que boscosas o llegaban zonas agrícolas. En una parte de estas últimas yo creía que me moría de la pestaza que había allí a mierda pura. En fin, cosas del campo.
Pasamos por Valentín, ese pueblo gran desconocido para mí. No tenía ni idea de su existencia aunque luego me dijo JuanFran que era famoso por los ladrillos y entonces sí caí que por lo menos me suena de eso. Seguimos avanzando pues queremos llegar hasta Calasparra para comer, son ya más de las 14:00. Por el camino encontramos un nuevo pantano.. -Mira! El de Argos, muy bonito él.
En Calasparra paramos en una avenida muy coqueta que hay allí y como cerca hay un 'chino' compramos bebida fresca para comer. Los bocatas ya los terminamos de liquidar. De postre nos compramos tres cornetes chinos que más malos no podian ser pero decidimos que si nos morimos lo haremos los tres juntos jajaja.
Tras la larga pausa de la comida tenemos que afrontar una de las subidas más duras y prolongadas. El calor y el transitar por zonas quemadas hace que sea uno de los segmentos más sufridos y penosos. -Qué lastima de bosque incendiado. Tras el alto llega una bajada preciosa al Pantano de Alfonso XIII, una zona de las que más me gustó del recorrido. Zona de contrastes.
El siguiente punto de control es la Presa del Cárcabo donde hacemos un baja y sube para echarnos la foto, da un poco de pereza pero si queremos poner el título de Ruta de los Pantanos tenemos que cumplir con el protocolo. 
140, 150 kms ya pesan, empezamos a poner el piloto automático, por decir algo, aquello de darle a los pedales y darte un poco igual si el desnivel es positivo o negativo, si es mayor o menos, das pedales y ya está, a la velocidad que salga. Miras hacía adelante y ves la Sierra del Oro (lejos) y si te esfuerzas, consigues ver detrás (pero muy detrás) la Sierra de Ricote,.... ufff qué lejos estamos de Murcia. Estamos sufriendo el Síndrome de Paco. Nos reímos acordándonos de él. Lo echamos de menos.
Pim pam, pim, pam, por el camino hemos decidido que, en vista de la hora que es, acortamos una parte del recorrido y que el tour que pensábamos dar a la Atalaya de Cieza se va a quedar en el tintero. Otro día. Total, que vamos un trozo por la carretera hasta que llegamos al desvio que nos conducirá al cruce de los cuatro caminos, cerca de la subida al Portazgo. 
Aunque voy algo tocado, parece que he dispuesto un modo supervivencia que consiste en no pensar en lo que queda, se puede pensar en lo que sea menos en eso y parece que funciona. 

Después de ascender al punto de más altitud del recorrido, el Pico del Águila en la Sierra del Oro, y tras un rápido descenso buscamos con avidez algun bar o venta donde poder beber y quizás comer pero no tenemos suerte y todas están cerradas. No nos queda ni gota de agua. Finalmente, y con un poco de deseperación por la sed asaltamos un chalet donde a una mujer que está entrando en su casa le pedimos si nos puede dar un poco de agua. Amablemente nos hace pasar y nos provisiona de agua a los tres. Javi, cuando le dice la chica que lo que queramos, hasta quedarnos a dormir, se lo piensa y casi se queda allí con la moza. Jajajaja, es que no era mal plan la verdad.

Bueno, una vez hidratados y ya anocheciendo nos lanzamos a toda velocidad en bajada hasta Blanca alcanzando velocidades de más de 70 km/h en busca del último embalse, el de Azud de Ojós. Foto y zumbando hacía Archena, donde hemos programado la siguiente gran parada. Vamos por la carretera pues ya tenemos ganas de alcanzar la meta volante.

En Archena, si los pasteles de carne entran bien la cerveza no te digo nada. Caen los litros con una facilidad pasmosa, tenemos que cortarnos pues si nos descuidamos salimos borrraaachos del tó. Tras la cena un postre a base de pepitos de crema, palos catalanes y napolitanas. Ummmm, que ríco todo y sobre todo la mistela que nos endiñamos también.

Buff, al salir da un poco de pereza pero al rato nos damos cuenta que en parte nos hemos repuesto bastante para dar el asalto final de nuestra gran ruta. De noche, con las luces, vamos rodando con cuidado de no hacernos daño en las muchas cañas que obstaculizan el paso por la Mota del Río. Como me encuentro bien le cubro el relevo a mis compañeros y me dedico a tirar hasta alcanzar el puente donde se enlaza con la Via Verde.

En la Vía Verde aflojamos un poco el ritmo y nos dedicamos a charlar con tranquilidad. Ya estamos cerca, solo queda el puerto Hors Category de la Universidad. -Estamos !!

Sin más novedad, llegamos arriba a la Universidad y enseguida a Juan Carlos I donde nos despedimos de JuanFran. Javi y yo seguiremos juntos un rato más hasta llegar al Puente del Hospital.

Hemos conseguido el objetivo, la ruta ha sido dura y complicada pero hemos tenido muchas cosas a favor como no tener ningún tipo de avería mecánica y mejor todavía, ningún tipo de problema físico por parte de ninguno de nosotros. Estamos cansados no, estamos reventados pero hemos aguantado el tipo muy bien. El que desde luego tiene menos mérito soy yo pues JuanFran ha pasado por un catarro y Javi lleva tres días de machacarse en la bici. Son dos tipos muy muy duros y con ellos nunca vas a tener problemas de convivencia. Así da gusto.

Casi 12 horas de pedaleo, casi 16 en total. Ha sido una jornada muy larga pero que se ha hecho amena por la vistosidad del recorrido y por la calidad de mis compañeros.El reto está cumplido, la Ruta de los Pantanos ya es historia, el Capítulo I de Grandes Rutas completado. 


https://goo.gl/photos/ZDjMx8LMZMdxDnJC7 

Habrá que buscar el siguente capítulo. A ver que nos depara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario