Uno
a veces quiere engañarse a sí mismo para hacer algunas cosas, sin
querer prestar mucha atención a los detalles y dejándose llevar por las
sensaciones primeras que le sugiere algo. Esto me pasó con la Titán de
la Mancha, que no quise saber mucho cómo era y me dejé llevar por la
fantasía, La Mancha, los molinos, salida de noche,... Eran cosas que me
atraían. Así que, solo me faltó enterarme de que había una expedición de
varios grandes amigos para apuntarme a la aventura. Eso sí, no quería
comprometerme demasiado con su organización por si acaso tenía una
recaída de mi espalda o algo parecido que me torciera los planes. Así
que yo, a mi aire, con mi reserva, mi coche y mi todo. Así no cabía nada
para malosentendidos con nadie. ¿O quizás incluso así también...?
Tenía
que gestionar de alguna forma especial la preparación pues en Agosto
está el veraneo y yo desconecto totalmente de la bicicleta. Este año
íbamos a Francia por quince días y esos eran jornadas en blanco de cara a
la preparación. Lo que hice fue apretar en el kilometraje durante el
mes de Julio con el objeto de alcanzar una buena meseta de forma física y
luego, tras el descanso vacacional, intentar aprovechar el trabajo de
Julio para ponerme a punto pero ya sin pasarme. Al final, yo creo que lo
hice bien y llegué en condiciones a la cita del 15 de Septiembre.
Un
susto sí que hubo de última hora y fue el Sábado 8 de Septiembre en el
que programamos una salida de montaña un día de amenaza de tormenta y
nos fuimos salvando hasta el momento en el que cogimos la pista de Mosa
Trajectum, cuatro gotas fueron las justas y necesarias para convertir
los caminos en un infierno debido a que la tierra se pegaba a las ruedas
como si fuera cemento cola, y no solo eso, sino que se pegaban las
piedras, todo se hacía un conglomerado que no permitía que las ruedas se
movieran pero es que no bastaba con ir a pie empujando la bici porque, como digo, las ruedas no se movian, en fin, aquello durante bastante
tiempo fue un auténtico suplicio y si logramos salir de allí fue por el
esfuerzo muy importante que hicimos cargando las bicis y porque al cabo
de un tiempo apretó la lluvia y eso, curiosamente, nos benefició pues la
masa de barro se hizo más líquida y no se pegaba de forma tan fuerte. Como digo,
una odisea y mi espalda se resintió de aquello, durante un par de días
descansé de todo y por fortuna todo quedó en un susto y pude estar en
buenas condiciones el Sábado siguiente.
El
viaje de ida la vispera lo hice un poco tarde por circunstancias
familiares que tuvimos pero aún así llegué a tiempo de recoger el dorsal
el Viernes. Parece que está cerca pero desde Murcia son 300 kms que hay
que hacerlos.
Tras
la recogida de dorsal y los saludos con los amigos en la Plaza Mayor de
Álcazar de San Juan, me retiro a mi alojamiento en Pedro Muñoz, un
pueblo a 30 kms de alli. El hospedaje resulta ser en una finca de las
afueras. Está bien, un sitio muy tranquilo y el apartamente estaba
genial.
Para
cenar me zampo unos macarrones que me había llevado desde Murcia y como
tenía microondas los calenté y riquísimos. Para beber cerveza bien fria
que no me quite el sueño. Las horas de descanso van a ser pocas y hay
que aprovechar.
Duermo
bien aunque me despierto una hora antes de la hora del despertador, al
final he dormido como 3 horas y algo mmmmm, bueno. Recojo todo (menos lo
que se me olvida jajaja) y me voy a Álcazar. Por el camino encuentro a
algunos participantes que se acercan con sus furgonetas y coches. Parece
mentira que pronto arranquemos una marcha ciclista.
No
tengo ningun contratiempo en el aparcamiento ni en la preparación de la
bici y el 'equipaje'. Me acerco a línea de meta y soy el primero en
aparecer, al poco llega Edu y luego el resto de la expedición. Estamos
todos con tiempo suficiente para hacernos fotos y tal. El tiempo es
magnífico, ni frío ni calor y se prevé que yendo de corto riguroso no
habrá problemas. Perfecto.
Estando
en línea de salida siempre me pasa lo mismo, me impresiona ver la gente
que se mueve, las bicicletas que llevan, el aspecto pro de sus
indumentarias, los cascos, gafas, etc,... Me miro a mí mismo y me siento
mucho más aficionadillo, lo que más me pinta así es la mochila tipo
Camino de Santiago que es como las que se llevan los crios al Terra
Mitica y cosas de esas pero ahí es donde llevo las barritas de pan de
trigo con jamón de cerdo jajaja
Lo
que si es cierto es que llevo demasiada carga, me he 'pasao' bastante. Lo
que pienso también es que como estará el equipo de apoyo, de las chicas de mis compañeros, en un momento
dado suelto lastre, como así fue.
La
temperatura es ideal, un fresquito rico para la hora que es pero que
invita a una equipación rigurosa de verano. El único extra digamos que
llevo es el pañuelo-braga que no hizo falta porque al haber caído un
poco de agua no había polvo en las pistas.
Bueno,
pues se lanza la salida y enseguida Arusa comenta algo que le ha
fallado, ni por un casual pensamos en que sería algo más allá de una
salida de cadena con solución rápida, el asunto es que sí parece que fue
un 'chupado de cadena' que le hizo estar un tiempo hasta que se
solucionó, el tiempo justo para que la peña desapareciera. Yo iba
rodando con Edu, Muñoz y Antonio CSano, a oscuras totalmente, con la
iluminación de nuestros faros y con cuidado de no tropezar en alguna
trampa del camino. La tendencia es subir y Edu se marcha por delante al
llevar un ritmo más alto que el del resto. Antonio parece que se
descuelga y yo intento seguir a Muñoz pues parece que tiene un ritmo que
no me ahoga en exceso y por el contrario me arrastra bien hacía
adelante.
Llegamos
al punto donde cambiaremos rumbo, de Este a Oeste y justamente pasamos
por los Molinos en plena noche. La iluminación que tienen hacen de ellos
un sitio mágico por donde transitar, aquí hay una legión de fotógrafos
intentando captar imágenes que les sirvan para lucir sus habilidades. Yo
sigo con Muñoz y Antonio dice que suelta definitivamente pues está
resfriado.
Lo
que viene a continuación es un frenesí de Antonio Muñoz devorando victimas
que va recogiendo merced al ritmo alto que impone en los llanos y en la
bajada a Álcazar de San Juan; son numerosos los ciclistas adelantados y
el tío no se conforma, cuando llegamos a un grupo grande porque nada más
alcanzarlos, baja una corona y sigue tirando dejando atrás hasta al
'Pipante' jajaja, yo sigo con él pero ya sé que no va a ser por mucho
tiempo. Por si fuera poco la locura del Muñoz, nos juntamos con otro que
tira como si le fuera la vida en ello y vamos atrapando gente por unas
lagunas hasta que pillamos a... Edu! Uff, le comento que no me queda
mucho y que vamos a hacernos una foto pues voy a pegar un tirón
'patrás'. Llevamos media de 27 Km/h y vamos todo el tiempo por tierra, casi ná....
Pronto
viene otra subida a unos molinos, una constante en el día, y se me pega
bastante, alejándose Edu de mí, en la bajada primer encuentro con las
chicas de apoyo y veo la posibilidad de quitarme el foco y con ello un
poco de peso. La mochila me sigue 'cargando' bastante pero llevo las
barritas JS que son la clave del día como se verá después.
A
continuación vienen cuestas tendidas que las voy soportando bien, no me
queman y puedo aguantar bastantes kms así pero pero, de pronto, viene
un muro crudo y presente, se deja ver en toda su extensión y da cague,
le llaman El Reventón, y el que le puso el nombre acertó porque te
exprime al máximo y al final llega el reventón que se puede oir hasta en
Sebastopol, pendientes constantes del 16-17% que no cesan, la cuesta
parece que nunca va a terminarse porque la velocidad de subida roza el
ridículo, a esa velocidad en la que se te para el GPS porque no merece
la pena contar de lo despacio que se va, 5 o 6 Km/h ufff, cuando consigo
llegar arriba me paro y observo la brutalidad de la subida. Bueno, una
bicha menos, seguimos adelante.
En
la bajada siguiente voy seco de fuerzas y con las 'piennas' ya tocadas,
sensaciones raras, me ha sentado mal el Reventón, llega una carretera y
es cuando hay que pasar por los agujeros del paso de las aguas, muy bajo
y estrecho, lo que me obliga por mis problemas de espalda a adoptar
posturas un poco raras y con ello zaaaas, llega un tironaco gordo en una
pierna, mechachis! ¿Y qué hago?, allí estoy como un gusano metido,
intento recuperar un poco el tirón y con muchas precauciones y
lentamente consigo por fin salir de aquel agujero de mier... -Tendría que
haber pasado por encima, soy gilipollas. Bueno, el caso es que a la
salida está de nuevo el equipo de apoyo y entonces sí les paso la
mochila que me está dando mucho follón. Cargo las barritas en los
bolsillos y sigo mi marcha. Con el asunto del puente y las dos paradas
ya he perdido toda esperanza de alcanzar a Edu, aunque formaba parte de
lo esperado. Ya son 100 Kms los que llevamos en la capaza pero atención
porque la pierna izquierda va jodida.
Llegamos
a un terreno bonito donde va a más la vegetación y abundan las sombras,
la pendiente es ascendente pero con unos porcentajes 'amigables', sobre
todo comparándolos con los del sufrido Reventón. Me pasa una chica con
rasgos nordicos junto con su sequito a todo meter, me quedo impresionado
y desde luego, no me dejo arrastrar por esa sirena, yo sigo a mi ritmo
que es el que me va a llevar a meta.
Llega
La Calderina y yo sin saber nada del recorrido, ni kms ni desnivel,...
nada. El asunto es que se incrementa la pendiente pero sin llegar a
axfisiar, pongo ritmo de tran tran y parriba. Hay un tramo aquí que se
baja por el mismo sitio que se sube y, cómo no, se mira con envidia a
los que ya bajan y ellos te miran con pena jajaja. Veo a Cinthia que va un
poco más adelante y que voy pillándola pero muy muy despacio, me va
sirviendo de referencia. Qué pundonor! Una recta y curva, otra recta y
curva y así,... uff, hasta que por fin, hay gente que te va diciendo la
última curva y ya está la llegada, y es verdad oye! Después de esa curva
y una laaaarga recta llegas a las antenas de La Calderina, con un calor
importante y gran ambiente. Descanso, refrigerio y colocación del
cuerpo después del descoloque de la última subida. No hay prisa. Me he
cruzado con Edu subiendo y ya no pienso en verlo hasta la meta y Antonio
CS se quedó por detrás y no iba muy católico, no sé qué habrá hecho.
Al
cabo de un rato de relax toca bajar de allí y veo a Antonio que está
llegando, bueno, ya nos veremos, aquí cada uno tiene que coger su ritmo y
ya está. No sabemos nada de Arusa, ¿estará en marcha o qué?
Vamos por la mitad solamente del recorrido y las ganas de llegar son ya importantes, Madre Mía, qué calvario nos espera!!
Después
de una bajada bastante pedregosa en la que empieza a dolerme la cabeza,
mmmh, qué rollo! llega una subida nueva, La Serrana, y allí me pregunta
un tío que está parado si puedo ayudarle, que tiene problemas con la
rueda,... -Amigo, has ido a topar con el peor mecánico del lugar, es lo
que pienso pero lógicamente me paro y nos ponemos allí a intentar
montar la rueda. Bueno, pues entre los dos patanes al final pudimos,
siiiii, colocar bien la rueda y continuar la ruta. Vamos a tomarlo como
un descanso en vez de una pérdida de tiempo, al fin y al cabo estamos
más para hacer amigos que para bajar minutos. El muchacho más agradecido
que de su madre por darle la vida jajajaja, - Nada hombre, un gusto
poder ayudarte.
El
calor sigue apretando y lo que viene a continuación es espantoso, por
lo duro que es y por lo que se deja ver, la subida a los Molinos del
Fresno, con el cementerio por entrada, donde huele a muerto y creo que
no es de allí buff, vaya subida, con toda la desnudez a la vista. Pie a
tierra, y empujingbike un rato, es lo más sensato, lo contrario es morir
y servir de carnaza a los buitres, al cabo de un rato se puede uno
montar en la bici, solo hay un 15% o 16% jajajaja, y parriba muuuy
despacio y por delante quién va? Pues Cynthia de nuevo, quién si no.
Corono con ella los Molinos y cuando me paro para hacernos una foto allá
arriba, de lo cansado que voy y de lo duras que van las jodidas calas,
pues que no sale, no sale,. y que me caigo de lado a bici parada pffff,
qué vergüenza, qué daño y qué preocupación me entra,... y que no puedo
ponerme de pie, que llevo las calas todavía puestas. Entre Cynthia y su
compañero de equipo Antonio que me ayudan puedo salir de aquella
situación. Hago un chequeo de funciones y parece que no hay nada roto,
solo dolorido pero... amigo, hay una sorpresa desagradable y es el Samsung
S7 que ha 'rieventado' del todo, el cristal hecho migas y no funciona
absolutamente nada. Vaya disgusto oye, además me quedo incomunicado y en
los tiempos que estamos parece que sin móvil no sabes hacer nada.
Bajo
la trialera de los Molinos y enseguida hay un avituallamiento donde me
encuentro a Edu pajizo y mustio. El estómago dice,.... Vaya tela, estoy
con él un rato bebiendo, comiendo y descansando hasta que parece que se
recupera un poco y seguimos la marcha. Enseguida nos encontramos con
Antonio que nos ha pasado y está esperando a su mujercica que no ha
llegado al punto pactado. Se enfada con ella y nos quedamos allí hasta
que aparece. Antonio repone sus mejunjes que usa, Prolong, CR7 y demás
marranerías jajajaja A Edu le he endosado un mini bocata de jamón y le
ha subido el power y los vatios de golpe. :)
Seguimos
la ruta los tres juntos ahora en un terreno ligeramente ascendente con
mucha piedra incómoda y viento contrario, terreno sufrido vaya,
intentamos organizarnos en relevos pero Antonio está cada vez más
mustio, sin potencia y descolgándose varias veces, sigue teniendo
dificultades para respirar y su mente ya está llegando al límite de lo
razonable. Fin, Abandona, el catarro le ha vencido. Qué lastima!
Tras
el abandono de Antonio, el que se ha contagiado y quiere dejarlo también es
Edu, me expone sus razones y no sabe que lo que le falta es más jamón y
un poco de Coca Cola. Eso es lo que le administro, gracias a que en un
avituallamiento tenían bebida americana y yo jamón español, con esa
receta Edu empieza a carburar que da gusto. Qué máquina es Edu cuando
está bien alimentado!
Total,
que estamos a 60 kms de la meta, pensemos en que ya es poco o
simplemente no lo pensemos, al menos vamos haciéndonos compañía, los
avituallamientos son cada vez más cercanos entre sí y las paradas que
hacemos son más prolongadas, el tiempo da igual y lo que cuenta es
administrar las energías para cumplir con el recorrido.
A
todo esto el viento continúa soplando en contra y circulamos bastante
solos porque vamos capturando elementos de vez en cuando pero nos los
dejamos atrás. Es con unos de Orihuela con los que hacemos un poco de
equipo y compartimos relevos en cabeza de minipelotón durante unos kms.
En las paradas se marchan por delante y luego los pillamos de nuevo, se
convierte esto en una constante. Edu trabajo mucho y bien, yo voy
pasando los relevos justos para mantenerlo útil jeje.
En
el penúltimo molino, -pero si estos los habíamos subido ya!! la
carretera que iba directa a la cima y a un avituallamiento... de pronto te hacen tomar un sendero que rodea toooooda la montaña y endurece finalmente,
bajada y de nuevo al sitio de donde veníamos y entonces ya si, avituallamiento para descansar y
recuperar. Madre Mía, cada vez estamos más perros, los kms acumulados van haciendo
mella y gorda. Al menos se ve Alcázar de San Juan a lo lejos.
Nos
queda una última trialera, que llaman, y que no es más que un camino
que trepa hacía la montaña y que hay que hacer lógicamente andando si no
quieres partirte las piernas pero que en un determinado momento, e
inesperadamante se gira y se suaviza mucho, bueeeeno, menos mal porque
el cabreo ya es importante. ¿Por qué no nos dejan llegar ya a Alcázar y
no dar más vueltas?
Ahora
abordamos el asalto de la vía del tren, parriba, pabajo, pacá, pallá,
se hace enredoso la verdad y... vamos a por otro molino para variar, y
aquí la gente más cabreada que una mona porque el pueblo está ahí, ahí
al lado y no, nos tenemos que ir a tomar el fresco a lo alto del molino
que divisa la ciudad, bufff, yo estoy liquidado y del grupito que vamos
me quedo justo de fuerzas atacando al molino y faltando apenas 20 mts
echo pie a tierra y pierdo el contacto. Ratatatatata, tras coger un poco
de aire arranco la moto y me tiro cuesta abajo, qué gustoooo Diosss y voy
apretando; en la entrada del pueblo me espera Edu y vamos rodando por
las circunvalaciones del pueblo hasta llegar a la recta principal de
meta donde ¡sopla un viento en contra del carajo! jajajaja, para que no
te olvides de La Mancha.
Eduardo
y yo damos por finalizada la Titán de la Mancha (está la cosa para dar
otra vuelta sabes?) entrando juntos y anunciados por los spikers de la
organización. ¡Se acabó!
Hemos
completado la prueba, cosa bastante importante a tenor de lo muchos abandonos que parece ha habido y lo hemos hecho llegando de día y con un tiempo digno, tiempo que
ahí se va a quedar para bastantes años porque no es una prueba que creo vaya a repetir; es como las vacunas de una dosis, que ya tienes para toda la vida.
De la Grupeta Titán, Fernando Corbis abandonó porque no se encontraba quizás con la debida preparación física, Javi Bauer y Arusa terminaron con muchísimo mérito por parte de ambos, un par de campeones, y Antonio CS como ya he dicho abandonó por catarro. Me hubiera gustado haber recibido a Arusa por las circunstancias que tenía personales pero al final no pudo ser.
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