lunes, 5 de noviembre de 2018

CS2018 - Etapa 3 - Baeza

 

Engañados por Google Maps

Me despierto en Huesa y los pronósticos han acertado de pleno, lluvia de intensidad media desde primera hora de la mañana. Abortamos salida, espero a ver si escampa o amaina al menos. Ahora llueve mucho.

Me paso toda la mañana como un león enjaulado, dando vueltas en la habitación y mirando el radar de lluvia esperando a ver si aparece una ventana sin agua en la que salir de Huesa pero el frente no acaba de pasar nunca. Así que llega un momento después de varias horas que tengo que tomar decisiones y me hago una propuesta muy simple, salgo cuando se cumpla lo primero: que pare la lluvia o que se hagan las 12. Al final se dan las dos cosas simultáneamente, llueve muy poco y son las 12. ¡Vamos! Nada que ver con la hora de partida de ayer a las 7:30.
La salida es tipo estampida, en bajada potente durante bastantes kms -yupiiii, llueve un poco, me pongo la gorra impermeable que me he comprado pero voy incómodo. Fuera gorra hostias! Enseguida aparece ante mis ojos el paisaje monotemático de estas latitudes: olivos, olivos y olivos.

La carretera como hemos dicho empieza fácil, como que llevo 25 km/h de media con una MTB y alforjas pero pronto se va complicando. El terreno andaluz de lomas onduladas se empieza a sentir. Sale el sol con timidez pero al menos sale. 
La ruta que llevo en principio es la diseñada por la aplicación Bikemap que siempre me ha parecido muy interesante porque está hecha para ciclistas, sin embargo llegado al punto en el que estoy y consultando cómo llegar al destino deseado con Google Maps en su versión 'como llegar en bici' da una opción que resulta tremendamente atractiva por ahorro de kms y porque transcurre cerca del río Guadalquivir. Es difícil resistirse a la tentación de tomar esta ruta de manera que caigo en ella y me embarco sin imaginar en las consecuencias que tendría.
Lo primero que ocurre es que en unas pistas de tierra que pasan cerca del río empiezo a tomar contacto con el barro, y cuando digo tomar contacto es en grandes cantidades, no un poco. En apenas unos pocos metros de camino de tierra se aglomera tal cantidad en las ruedas que impiden el movimiento teniendo que parar y con un palo ponerme un buen rato a quitar barro para poder continuar. Sigo la marcha paralelo al río y cuando llego al punto en el que se cruza a través de un puente no es que no esté el puente sino que hay unas barreras bajo dos llaves que impiden el paso, una llave de Endesa y la otra de la Confederación Hidrográfica. Me lo está diciendo un operario de Endesa que me dice que está cansado de ver gente equivocarse siguiendo las indicaciones de Google. -Ahrrrg, porca miseria, para llegar a estar en el otro lado del río, que no puede haber ni siqueira 20 metros tengo que hacer más de 20 kms dando un rodeo de la hostia... -Estamos apañaos!
Vuelta atrás y tengo que cruzar de nuevo la barrucera. Intento como puedo sortear aquella 'mierda' sin pringarme en exceso pero aun así me toca limpiar de nuevo. A continuación sigo para dar el rodeo de los 20 kms. Patrás, patrás, patrás, desandando todo lo que había hecho hasta una estación de ferrocarril, ahora se presenta una bonita subida al frente para encaramarnos a una montaña y luego dar media vuelta y bajarla por otro sitio. De locos!

Después de unos kms de asfalto bueno llegan otros de asfalto roto y después llega la tierra y con la tierra la lluvia y con la lluvia los charcos. Y todo esto en un paraje totalmente inhóspito, no hay ni animales muchacho!, que no pase nah porque aquí por no haber no habrá tampoco ni cobertura para teléfono.
Parece que al menos la equipación de chubasquero y alforjas aguantan el agua perfectamente, tiempo habrá de comprobarlo en el futuro.

Tras bastantes kms de caminos de tierra decentes bajo una lluvia persistente estoy deseando llegar a Puente el Obispo para coger una habitación y descansar, el día aunque corto ha sido sufrido por la lucha contra los elementos, particularmente el agua y el barro y no me importa haber hecho menos kms. Cuando por fin llego al pueblo,... chasco de los gordos, me dicen unos chicos que allí no hay hostal ni nada que se le parezca, que la opción más corta es ir a Baeza. Tachán, Baeza, que está allá arriba en aquel cerro, cerca del cielo según se ve desde donde estoy. Madre mía!
Los chavales me plantean las siguientes opciones:
Llevarme en el Audi  jajaja, opción descartada porque ni cabía la bici en el coche lo primero y no estaba la bici como para meterla, embarruzada hasta las arcas. Otra opción que me dan es subirme a un autobús que pasa por allí, un Alsa. La tercera opción ya la podemos imaginar, en la bici.

La opción primera ni existe, la segunda me la pienso, incluso me quedo esperando en la parada un rato pero... hace frío allí, estoy todavía mojado de la lluvia caída, además, ¿y si luego no me quiere llevar? La bicicleta está fatal de barro, mmmmmh, nada nada, que me marcho en la bici. 
Es como hacer una Marina, no se si visto así es mejor o peor, mejor por conocido y peor por lo mismo... tenemos por delante algo más de 8 kms al 7% de media pam pam pam, paciencia paciencia bicharraco, que ya llegaremos.
Cuando voy por la mitad, me pasa el Alsa -Adiossss! 
e inmediatamente después empieza a llover pero bien. Y más y más, acho, que llueve cada vez más. Y que se hace de noche, pero de noche cerrada y allá que voy con las luces hecho un bandido.
Cuando llego a Baeza a las últimas rampas está cayendo la-de Dios, la carretera de subida es como un arroyo que se me viene en mi contra, yo subo a contracorriente como si fuera una lancha o como un salmón, no lo se. La gente me mira como a un marciano, pensando de qué manicomio se ha escapado este. Son momentos complicados.
Llego a un hotel que está al principio de la ciudad y me refugio en el aledaño, hace muuucho frío y sigue lloviendo aunque parece que va calmando un poco, tan fuerte no puede caer mucho tiempo. Con dificultades saco el móvil y busco hotel en Booking. Baeza, Oferta oferta, 4 estrellas por 38 euros. Llamo,-¿tienen habitación? -si -pues muy bien, voy para allá. Cargo navegador, busco el hotel y tachán, pero si estoy aquí! jajajaja, No había pasado un minuto y estaba entrando en recepción haciendo la reserva y con el empleado sorprendido. Le digo que disculpe por lo asquerosa que va la bicicleta y me dice que no pasa nada, que la dejarán en un lugar seguro del garaje. Estupendo!
Qué gusto no, qué gustazo la ducha, arreglar un poco las cosas, quitar el barro, descansarrrr, y luego cenar por todo lo alto en un restaurante de la ciudad, demasiado caro eso sí, me pasé. Pero el lomo de orza y las anchoas estaban divinas.

Qué bonito Baeza! Mañana tengo que visitarla. Me voy al hotel a recomponerme de los sustos y de los acontecimientos del día.  Es verdad que he hecho un retroceso de la ruta natural pero la visita a Baeza merecerá la pena.
 
 



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