viernes, 3 de mayo de 2024

Sierra del Oro GE



Hoy teníamos una etapa comanche entre manos, otra más, parecida a la de la semana pasada y contábamos con parecidos mimbres aunque intercambiando algunos cromos. Bueno, pensándolo bien, había faltas con respecto a la semana pasada pues nuestros compañeros los 'trastornaos' hoy han tomado un camino distinto y se han dejado llevar por el tiempo playero que daban las previsiones y han ido a ver el estado de la mar. Nosotros hoy, de interior, por tierras de Mordor. Empezamos...
Lo primero que hago al salir del portón de mi casa a las 7:55 y notar el sol radiante que ya calienta es dar la vuelta, quitarme los manguitos y meterlos en el buzón de la correspondencia, hala, ahí se quedan, -No me hacen falta-, además, me eché abundante crema protectora de Sol en los brazos.
Hoy en Carrefour Infante lo que más llama la atención es... la basura que inunda todo. Los marrrranos no viven todos en El Pozo, hay por aquí también y se dedican a ir a los conciertos y a tirar desperdicios por donde pasan. Todavía nos queda mucho por recorrer...
Cumplidos los minutos de cortesía salimos dirección Alcantarilla, entre nosotros navega 'nuestro' Frank Gómez, ciclista, corredor, entrenador y escritor, entre otros empleos. Nos acompañará hasta Barqueros, punto en el que decide no adentrarse en las tierras altas de los orcos. Otro ilustre que ha aparecido precisamente en Barqueros, donde Frankie se va, es José María, el Profesor, que se ampara en el refrán de 'Dios ayuda a quien madruga' y se adelanta a las cuestas, a las blancas y a las otras que hay desde que sales de Alcantarilla hasta que llegas a Barqueros.
En la Hero hemos recogido hoy al Primo al que echábamos de menos ya varias semanas. Su asistencia dice ha sido por gracia de su suegra, -para que luego digan-, apostados en el cruce también estaban Mari Carmen, Juan y Paco Manzanera, al que hoy le tocaba por aquí. Se echa de menos al resto de la patrulla 'águila' de Espinardo, Patricio y Paco que 'na más' que viven ya por y para el Coto.
De Murcia, la grupeta viene equipada con la dotación habitual de los últimos tiempos: Zape, Buytrago, Coppi, Belmonte, Lilo y Mari Cruz, Felipe (y no Esmeralda que hoy no le toca por aquí) Rafa Rosagro, Isaac y Espartaco, al que cito el último pero para destacarlo especialmente. Al que ponemos falta hoy es a José deSanJosé, que me pide kms y desnivel y luego,..... -¡luego no vienes zamarro!
Desde el principio se sabe que va a hacer calor pero cuando se pone de manifiesto de verdad es en la jodida (perdón) Cuesta Blanca que hace una daño por las mañanicas, buff, hoy ha sido Felipe, que está muy fuerte últimamente, el que ha sacado los petardos, y no los de peseta sino de los de duro, los gordos, y aquello ha saltado en mil pedazos, luego recomponer el destrozo ha costado tiempo pero hoy había voluntad de grupo y gracias a la colaboración de todos los compañeros hemos llevado las cosas bien hasta el final.
 
En el cruce de Barqueros hacía las tierras altas se paró el subgrupo delantero a esperar a los rezagados, entre los que estaba yo que hoy tenía vocación de pastor, comodín a utilizar cuando uno siente falta de fuerzas. El caso es que en el cruce nos despedimos de Frank y recibimos a José Mari, intercambio de cromos. Y nos adentramos en zona comanche de pleno. -Que no nos pase nah
Existen dos posibles opciones de gestión de grupo que funcionan, la primera dice que si apretamos y rompemos el pelotón, -cosa que está pasando-, luego hay que esperar para reagrupar, es importante remarcar que con sólo 30 segundos basta para ello porque ni los fuertes son Van der Poel y Pogacar ni los más flojos son inválidos, ojo. La segunda de las opciones es no apretar tanto y llevar el grupo unido sabiendo que los de delante es posible que vayan un punto por debajo de su nivel y los de atrás vayan al punto, como las carnes jeje. Al final entre una y otra fórmula hemos conseguido mantener al grupo bastante compacto, esa es la verdad, que es lo único aceptable por estos parajes de tierras comanches en los que si te quedas cortado por aquí te comen los orcos, seguro.
A Ángel, que nos lo hemos encontrado con el profesor en Barqueros, lo dejamos porque tiene unos recados que hacer en Pliego y nosotros nos encaminamos hacía los Baños de Mula por una carretera botosa, como dice Perico Delgado.

A partir de los Baños la carretera secundaria que te lleva hasta Yéchar es muy atractiva, con esas cuestas que serpentean por montañas aterronadas, los conocidos badlands para trepar hasta la meseta superior. Comentamos con Zape que ya nos lo conocemos todo, es difícil sorprendernos ya con algún recorrido pero bueno, no por conocido es menos feo tampoco, van tirando las zagalas con la energía y la fuerza que mueve el mundo, impresionante el nivel que han cogido las dos, Mari Cruz y Mari Carmen y porque hoy no viene Esmeralda, la que completa el tridente de Neptuno.
Llegamos a Yéchar y alguien empieza a echar carbón a la caldera, la subida a Fuente Caputa adquiere una temperatura importante  -¿A dónde vamos con tanta prisa? Le pregunto a Coppi. - Eso digo yo, ni idea. Me contesta. El asunto es que, en que me veo de seguir la estela del grupo, que además, en estos momentos es bastante numeroso. 
Tanta velocidad no puede ser buena, y cuando llegan unos repechos de más entidad, empiezan a aparecer paracaidistas a los que hay que esquivar -yee yee yee Y el grupo se va seleccionando, de momento aguanto allí e incluso diría que voy más cómodo que al principio, cosas de este deporte y de las cabezas. 

Hoy Lilo tenía ganas de liarla por donde pasaba y aquí empieza a apretar las tuercas al personal, Juan va silbando, este no cuenta, Philippe con garbo va resuelto, Rafa también acompaña con garantías, por detrás van resoplando Zape, Buytrago y Belmonte, tíos listos que saben lo que quieren por otra parte. Paco Manzanera no resopla pero tampoco parece que vaya demasiado pimpante, ya veremos. De pronto Felipe lanza un zarpazo, al que -no le responde nadie- jajajaja, -ya volverá pensamos los que estamos allí, Lilo mantiene la presión del turbo constante y Juan... va silbando. Atrapamos a Felipe 'al poco' y volvemos a hacer grupo, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,... no queda más aquí. De pronto llega un repechón y Lilo sube un punto, ufff, abro paracaídas, no puedo, si acepto el envite, duro cuatro metros, así que.... se van Lilo, Juan, también y consiguen acoplarse Felipe y Rafa, no más. Han quedado cuatro cuatreros en cabeza.
Pues nada, ya está, a llegar arriba como pueda. Al poco llega Paco por detrás y me enchufo con él, durante algunos metros mantenemos la distancia con el grupo delantero e incluso parece que nos acercamos pero Paco parece que me pide relevo y... yo no estoy por ello, bastante.... ¡muerto en vida chaval!
Bueno, pues ya hemos llegado al Alto de Fuente Caputa y van apareciendo los de la comitiva de festejos uno a uno, con su música, enseña y estandarte. Espectáculo del bueno: moribundos, muertos y zombies sobre todo.
A partir de aquí vienen los llanos del Cagitán, de gran belleza plástica pero de asfalto bastante rugoso, al menos el tráfico es muy reducido porque la carretera es muy estrecha y dificulta el adelantamiento de los vehículos al pelotón. El día está radiante y los paisajes son de postal. Vamos camino de Cieza y tras algunos toboganes al principio y un terreno peleón después llega la bajada hasta la capital de los chitos, bajada con cierto peligro pues hay pinos a ambos lados de la carretera cuyas raíces levantan el asfalto haciéndolo especialmente donde más sombras hay y por tanto donde menos se ven, así que hay que andarse con ojo y agarrar el manillar bien.

Justo al llegar al puente que cruza el río Segura recibo llamada telefónica que cojo sin mirar quién es, tengo a mi madre en el hospital y me alarmo aunque enseguida me informa Coppi que es él y que Alfonso 'el Primo' ha tenido un pinchazo. Pues nada, os esperamos aquí mismo.

En la parada hay uno que está especialmente inquieto, Ginés 'Espartaco', tanto que al final se nos va al avituallamiento, -conozco un chiringuito aquí a la izquierda... -hala, pues venga, luego te recogemos. El resto del grupo estuvimos esperando junto al río hasta que llegó el Primo, -menos mal, he tenido una explosión  dice. -Ya, ya te hemos visto en Fuente Caputa  -No, esa explosión no,bueno, también, jeje, pero esta vez ha sido la rueda.
Pues ya que estamos todos nos vamos, todavía tenemos tela que cortar. Rafa insta a la sedición del grupo cuando dice: - Vámonos a Murcia directamente, sin pasar por el Santuario. -¿Sin pasar por sitio santo? Hereje, al purgatorio vas sino es al infierno directamente! 
Así que abandonamos Cieza y nos acercamos al pueblo vecino, Abarán, donde la gente será encantadora, seguro que sí, pero el pueblo es feo como él solo. No sé cómo han podido hacerlo tan feo, menos mal que tiene el río que lo salva un poco.
Por el camino vamos buscando el chiringuito de Ginés pero no damos con él. Pues nada, que se arregle como pueda, igual está ya borrrracho en la barra y no quiere saber nada de bici-hip-cletas. En Abarán me pregunta Juan por la subida al Santuario, -como si le inquietara-, -dos kilómetros 'maomeno' pero lo duro solo al final, le comento.
Aquí me caí el año pasado, en la curva de las cabras, mal recuerdo me dejó y una mano que se ha quedado algo tonta desde entonces. Empezamos a subir y hace un calor insoportable, insoportable como el ritmo que han puesto los de delante, Lilo, Felipe, Paco y Juan, que va silbando. Por detrás se vive mucho mejor, -garantizado-, de tertulia y disfrutando más tiempo y mejor de la subida que yendo a fuego. Mi grupeto amigo está formado por Zape, Buytrago, Belmonte, Rafica y Mari Cruz. Poco a poco se va endureciendo la subida terminando con dos rampones de campeonato. Arriba unas fotos rápidas y nos vamos que se van a hacer las tantas para llegar a Murcia.
Junto al río, en Abarán, hacemos reagrupamiento y avituallamiento en un super donde cargamos agua y alguna Coca Cola y cerveza. Con reservas hídricas suficientes para lo que queda nos vamos y ya con ritmo sostenido y apretando de vez en cuando para templar las piernas en los diversos cuestarrones que hay por el Valle de Ricote nos plantamos en Molina con un calor de canícula, por encima de los 35º, que hace que los cuerpos no acostumbrados todavía se resientan. 
Tras la escapada de la daltónica Mari Carmen en el semáforo enfrente del viejo restaurante El Niño de Molina, iniciamos el Paso del Cabezo Cortao con paso tranquilo y sin apretones, impropio de nuestro grupo históricamente pero apropiado para la torraera que nos estaba cayendo encima a esa hora.
Quiero agradecer mucho el breve mensaje que me ha enviado Paco Manzanera después de la ruta en el que felicitaba al grupo por exprimirnos y agruparnos cuando correspondía. -Así es, así da gusto.
Otro día más hemos cumplido el recorrido. La semana que viene más (seguro) y mejor (por ver).
 
 

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