domingo, 19 de mayo de 2024

Sierras de Moratalla 2024

 

Queda ya muy lejano aquel 20 de Mayo de 2000 cuando hice por primera vez esta Marcha Internacional Sierras de Moratalla, recuerdo que fue la primera marcha que hacía en mi vida de estas características, la del estreno. En aquellos tiempos tenía un carácter más abierto en el que participaban muchos ciclistas de toda la geografía nacional. Ahora no hay tantos de fuera y la diferencia más grande es que muchos de los que ahora vienen van mucho más deprisa que los de entonces, el nivel medio del participante ha subido muuuucho, demasiado podríamos decir. Ahora 'hasta el más tonto hace relojes" en el sentido de que ya quedan muy pocos que salen a la aventura. La gente se prepara. Y se prepara mucho y bien.
Me embarqué como pasajero de última llamada, el último día y por la tarde. Me dieron un dorsal 409 aunque hubo otro que tardó más en decidir porque le dieron el 410. Pues ya'stá, ya la hemos liado.
- ¿Y a cual te has apuntado? -¿Yo?, a la larga, siempre que he ido a una marcha lo he hecho a la mayor, con dos cojones,.. o con tres. Y luego, como veremos, en Moratalla apuntarse a la corta no es tan mala idea.
En la partida somos un equipico bueno de Globeros de Élite, para hacer la larga están las dobles parejas, olé x4,  Paco Manzanera, Antonio Belmonte, Diego Meseguer y yo y para la corta Isaac y Nífer. 
No he tenido una semana muy plácida y estoy algo agostado y mal descansado, sobre todo para la dureza que tiene siempre esta marcha, una de las más duras y complicadas de España de siempre.
En la salida, con cierto nerviosismo esperamos a que suelten el chupinazo, recuerdo las ediciones de 2000 con mis calapies y cambios en el cuadro o en 2015 con mi Zeus de triple plato,... ahora ya estamos en 2024 y estoy plantado con la Canyon pintada con los colores del club yeahhh. Así que nada, cuando son las 9:00 nos vamos con el coche de control delante para hacer el tramo hasta Caravaca con velocidad controlada. Recuerdo a José Sánchez Nicolás lo bien que siempre ha llevado este coche de cabeza de carrera en cuanto a velocidad para que no se convierta en un elemento peligroso como sí fue en este caso, teniendo que estar continuamente dando frenazos y tirones con miedo de tener un enganchón y posterior caída. En uno de esos frenazos hace mi  pinza delantera un ruido muy feo y... pues creo que me he quedado sin frenos. Efectivamente, se han ido atpc las pastillas,... pffff, qué desastre! Uff,  a ver si gestionamos este inconveniente bien.
El día climatológicamente es perfecto, la temperatura justa, día soleado pero no en exceso,... increible. No se parece al día que me estrené en el 2000 que hizo un tiempo tipo asturiano, de nubes y lluvia.
En Caravaca se va el coche de seguridad y estamos en salida lanzada, hostiasssss y tanto, que pasamos por las calles de Caravaca, -en subida-, a tope, como si fuéramos los profesionales de la Vuelta a España. Esto no puedo llevar a nada bueno, es lo que estoy pensando mientras tiro y tiro para que no es escapé el tío ese de delante. Y ahora el Caracolillo, pues no es nah. Por si fuera poco estrés veo que salen hacía adelante Lilo y Felipe como rayos, nada nada, que se vayan que yo quiero sobrevivir un poco más de tiempo. Así que intento tomar un ritmo que, sin ser lento ni mucho menos, tampoco es para morir en la primera cuesta. Y así, buscando grupos de interés me muevo hasta Moratalla para pasar por segunda vez de cuatro que lo haremos. Vaya cansinería...
Tras paso por Moratalla hacemos la 'segunda salida' que resulta ser la tradicional de los viejos tiempos en la que manda la ruta hacía el Alto de los Álamos, puerto largo y duro para gente normalita como yo. Aquí el grupo que era grande se trocea enseguida y yo me quedo como a mitad un poco en solitario, lo mejor desde luego para no tener que ir forzado pero claro, durante la ascensión veo que el grupo delantero está cerca hmmmm, y al final me animo a cazarlos, mejor ir con ellos pienso. Justo por delante del grupo veo a Felipe, ah la ratita está ahí, a ver si la cazo pero joooer, me estoy atufando por lo que al cabo de un rato me suelto del grupo, paso. 

Cuando llego arriba estoy más solo que la una y recuerdo como me dijo Manzanera - la clave está en llevar un grupo bueno que te haga la bajada desde los Álamos a Caravaca. Pfff, pues de momento voy mal con esta instrucción. Estoy bajando, llaneando, bajando y me alcanza un grupo pero se me escapan porque van muy fuertes. Me engancho a un chico extranjero que va prudente pero que se le ve que tiene fuerza. Interesante. 
Llegamos al cruce de Campo de San Juan y giramos hacía el Sur para hacer ese pequeño puerto formando un grupo de media docena de ciclistas y luego bajando se va uniendo gente por detrás hasta formar un gran grupo. Hay un tiempo en el que parecemos una grupeta de amigos, así da gusto, un ratico de relax viene cojonudo. ¡Hasta se puede hablar!
Oootra vez llegamos a Caravaca, lo de hoy es día de la marmota, repetitivo, Caravaca x2 y Moratalla x4. Por tanto iniciamos el segundo Caracolillo, llegan quizás las mejores sensaciones del día subiendo por segunda vez el puerto. Pienso, a ver si ya empiezo a carburar bien pero qué va,... seguramente fue también de tipo psicológico.
Bajando y visitando Moratalla por tercera vez, -se dice pronto-, voy en un grupo de unos 20/25 y me estoy fijando que creo que todos van a la distancia corta y cuando llegamos nos suben por una calle atajo con una cuesta del copón y salen disparados como ratas de un naufragio y todos se cuelan por el pasillo que les dice que ya han terminado. Buff, y ¿ahora me voy yo? Son las 12 de la mañana, llevo 32 km/h de media, he hecho 100 kms, ¿por qué no me quedo, y disfruto de un buen aperitivo, (-¿una cerveza con marinera puede ser? ) con un cuerpo que ha trabajado pero que no está como un escombro. Mentalmente es muy complicado irse de allí pensando en la vueltaca que hay que dar, hacer más de lo ya has hecho y cuando el cuerpo ya está traqueteado,... estoy sólo además, aunque me junto con un 'Tortuga' colombiano que dice que se ha pasado a la larga, que si pasará algo,... jajajaja, claro que pasará, que te arrepentirás cobarrrrde.

En el avituallamiento de las largas rectas me paro a recargar, estoy empezando el proceso de demolición y el cuerpo no pide más que fin de fiesta pero queda, madre mía lo que queda....
Salgo solo de allí, nadie por delante (y aunque hubiera), nadie por detrás,.... rororororo, dando pedales para mantener, si hay repecho, mantener, si hay bajada soltar,... poco gas me queda. Voy como alma en pena.
Me llegan por detrás unos cuantos y al final me engancho con el de Onteniente, con el que converso un poco, poco porque cansa. Pero lleva un ritmo que más o menos lo puedo mantener, le digo que viene una subida muy dura y ¡no lo sabe! Mejor no saberlo seguramente. La pendiente esa baja que normalmente me gusta y se me da bien en esta ocasión me está desgastando como si fuera una lima y cuando llego al cruce de Benizar voy echando una peste a muerto que no veas. En el avituallamiento que hay allí paró de nuevo a recargar agua y sobre todo a descansar 'un poco'. Paro luego a hacer un pis y me pregunta el amigo del maillot de Moratalla si pasa algo, -no, un pis, no pasa nada (y todo)
Llegan la superrampa de Benizar... y con público, madre mía, qué espectáculo voy a dar, no puedo ponerme de pie porque se me enganchan los músculos de las dos piernas pero parece que sentado aguanto pero claro, a qué velocidad, tengo que dar una pena que paqué, -¡arrastro y canto las 40 en bastos! Nunca concibo la parada, eso es verdad, porque en mi vida jamás he puesto pie a tierra en una marcha de carretera y espero que siga así por más tiempo pero me pareció ver unas hormigas que me adelantaban subiendo jeje.
Bueno, tras un par de rampas criminales, luego viene una zona de 'descanso' al 8% y voy normalizando la situación pero siguiendo estrictamente el guión de la cámara lenta. Todavía queda un trecho y de nuevo viene una pendiente de mucha inclinación donde además hay un fotógrafo... -vaya, pues que haga foto y no haga vídeo porque se le acaba el rollo antes de que pase, qué agonía y qué rabia que no pueda apenas ponerme de pie.

Buff, pues hemos llegado a la famosa curva donde cede la pendiente pero no se puede cantar victoria porque Benizar todavía tiene más cosas que decir, de hecho psicologicamente son igual o más duras que lo pasado porque esos páramos y esas cuestas sobre lomas peladas donde no valen las ruedas y todo son ciclistas perdidos es ciertamente dantesco cuando vas en las condiciones en las que voy.
Las piernas no funcionan eso está claro pero a la cabeza le cuesta continuar y se instala como una losa que es difícil de transportar, me pongo algo de música para evadirme de las malas sensaciones. Estoy sufriendo sobre todo porque las piernas no marchan y además no puedo cambiar de registro, solo aguantar y aguantar.
Llega otro punto de avituallamiento y parada de nuevo, pero si estoy muerto,.... agua, golosinas,... tenía que haber cogido más. Estoy pajarraco total.
Quedan dos puertos, me aplico en la tarea y no quiero pensar nada más que en el momento en el que llegue al Alto de los Álamos. Va a ser la hostia!
Me pilla Carles, el de Cartagena de las brevets, y me supera sin poder seguirlo, luego llegan dos más y a estos los puedo aguantar y me voy con ellos, nos juntamos con Carles y luego más tarde con el de Moratalla. Sólo queda el último repecho, el definitivo pero no puedo aguantarlos porque tengo rampazos en las dos piernas y hasta en las orejas porque voy empujando ya con todo asi que bye bye, adiós amigos, ya llegaré.
Y llego, llego arriba, yupiii y ya, tirarme. Todavía en la bajada me pasan como unos cinco ciclistas más por lo menos porque no estoy ni para bajar de lo cansado que voy.
Llegada a meta y allí me encuentro con mis compañeros y ya se van aclarando todas esas cosas que durante mucho tiempo estuvieron espesas y vidriosas. Me falta una cerveza (o dos) para que se aclaren del todo jeje. Al final fueron tres y un rico plato de macarrones en compañía de mis compañeros, los que habían llegado ya y los que llegaron a continuación. Qué gustico me dió estar con ellos compartiendo las alegrías y las penas del día. El autorretrato que nos hicimos y que he puesto de portada del álbum describe muy bien las sensaciones del momento como grupo fraternal que somos. 
He hecho al final buen tiempo, llegando en una buena posición y siento satisfacción por lo conseguido a pesar de haber sufrido como un perro aunque aquí en Moratalla lo habitual, parecido a todas en las que he estado, eso también es verdad. Moratalla siempre te hace sentir el hierro. ¿Volveré? El tiempo lo dirá, cuando cruce la línea de meta juré y perjuré que nunca volvería a esta carnicería pero luego,... lo que pasa, que se olvida un poco lo malo y queda lo bueno.
 
 

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